Mari Mari-NarváezOENEGÉ Nancy Madden sabe que los sitios los hace la gente. Son muchos los lugares que tienen una belleza muy especial, condiciones para la querencia, para la memoria larga, para la vida amable. En ese sentido, pudo haberse quedado en cualquiera de los muchos destinos a los que suelen enviar a las religiosas. A fin de cuentas, en todas partes se pueden sembrar relaciones. Si esta monja nacida en Atlanta se quedó viviendo estas últimas tres décadas en Punta Santiago, Humacao, es porque fue ahí donde su trabajo echó vuelo, desarrolló un sentido mayor, creció. "Donde quiera que uno va, se siembra. Donde establece la amistad, el amor, donde se dedica a una meta, a unos propósitos, uno se queda", dice Madden, fundadora del Programa de Educación Comunal de Entrega y Servicio, (PECES), una de las organizaciones de base comunitaria y sin fines de lucro más emblemáticas del País y cuya misión es "inspirar y facilitar el desarrollo social, educativo y económico de los jóvenes y residentes de Punta Santiago, Humacao y los pueblos del sureste de la Isla".
Cierran inscripciones al máximo galardón filantrópico en Puerto Rico La convocatoria para el Premio Tina Hills por Servicio a la Comunidad de la Fundación Ángel Ramos vencerá este próximo martes 10 de diciembre, razón por la que la Fundación hace un llamado a las organizaciones sin fines de lucro (OSFLs) dedicadas al arte y la cultura, la educación y los servicios humanos, a someter sus solicitudes utilizando la nueva plataforma en línea en www.farpr.org. El Premio de $150,000 es el galardón de mayor prestigio en la filantropía puertorriqueña. Fue instituido en 1997 con el propósito de distinguir la excelencia en servicios de las entidades no gubernamentales, así como su compromiso con el bien colectivo. Desde el año 2011 se concede además un premio de $15,000 a cada una de las tres entidades que resultan finalistas.
15 años del Centro para una Nueva Economía Mari Mari NarváezOENEGÉ Observar cómo se mueve el mundo. Inspeccionar en detalle el rastro que va dejando ese flujo universal de los recursos en la vida de la gente. Pensar en los efectos de las cosas, imaginar una vida distinta, proponer caminos concretos para llegar ahí. Parecería una tarea, a lo sumo, abstracta. Pero en el Centro para una Nueva Economía (CNE), se trata de una labor diaria, concreta, planificada. “Todo empieza con una buena idea”, dice Deepak Lamba Nieves, director de Investigaciones en este laboratorio de ideas, al cual ha estado vinculado casi desde sus inicios. “Pero es más difícil de lo que uno piensa porque, no porque tengas una buena idea, eso va a tener el grado de recepción que tú estimas. Tienes que cabildear, persuadir con un mensaje claro y una serie de ejercicios a un público más amplio”.
Mari Mari NarváezOENEGÉ Aquella noticia había impactado a una buena parte del País. Casa Julia, esa institución social que durante tanto tiempo se había responsabilizado por albergar a sobrevivientes de violencia doméstica y sus hijos, tenía que cerrar sus puertas. Como muchas otras veces, faltaban los recursos. Pero esta vez la situación se hacía aún más crítica, llevándolos al borde del cierre. Los directores de la organización acudieron al Colegio de Contadores Públicos Autorizados (CCPA) a pedir ayuda administrativa. El Colegio rápido activó a sus miembros voluntarios para ayudar en la supervivencia de la Casa Julia. Entre ese y otros muchos esfuerzos, las cosas empezaron a mejorar. Pero aquella situación de emergencia sirvió para que un grupo de esos contadores se diera cuenta de que el problema no era solo en Casa Julia. Eran muchas las Organizaciones Sin Fines de Lucro (OSFLs) que ofrecían servicios sociales vitales para el País pero sufrían de una serie de problemas administrativos que no les permitían ser exitosas. Desde presupuestos inexistentes o mal diseñados hasta insuficiencia de fondos, exceso de gastos, problemas estratégicos, de contabilidad, recursos humanos, entre otros. Fue ahí cuando nació el germen, la primera idea de lo que más tarde ese mismo año de 2007 se convertiría en Asesores Financieros Comunitarios (AFC).
Mari Mari NarváezOENEGÉ Toda la vida, Miguel Soto Class observó el País desde lugares distintos. De pequeño vivió en Aguadilla, donde su papá era pastor en una iglesia. Allí fue a una escuela pública. Más grandecito se mudó a la ciudad, donde lo enviaron a un colegio muy exclusivo. Su padre, aguadillano, venía de una familia pobre. Su madre, hija de un empresario, era de una familia sanjuanera con recursos. "Tengo los dos mundos", dice en entrevista con OENEGÉ a propósito del 15 aniversario del Centro para una Nueva Economía (CNE), que él ideó y fundó. El CNE es el primer y único laboratorio independiente de ideas en Puerto Rico, y se dedica a producir investigación y propuestas de política pública sobre asuntos de desarrollo económico. "La familia de mi papá era bien estadista y por el lado de mi mamá eran bien populares. Así que también tengo esa dicotomía política. También tuve unas experiencias interesantes con la diáspora. Primero con mi abuelo, porque tenían una fábrica en Nueva York y habían vivido allá. Era bien común hablar de esa comunidad puertorriqueña como que 'estos no son puertorriqueños, estos son de allá'. Pero yo tuve una experiencia distinta porque desde chiquito ya yo sabía que había una gente allá. Tenía muchos tíos que se habían ido. Así, toda mi vida ha sido una dicotomía entre posturas políticas, ricos y pobres, puertorriqueños de aquí y de allá, San Juan y la Isla".