Ante 400 personas, Justo Méndez Arámburu y Ana Yris Guzmán, presentaron la trayectoria de Nuestra Escuela en la Conferencia Internacional de Educación Democrática 2016 que tuvo lugar en Finlandia
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
Apenas regresaron de Finlandia Ana Yris Guzmán y Justo Méndez Arámburu, pero la satisfacción aún les dura. A Guzmán la delata la energía en su voz luego que fuera invitada junto a Méndez como oradores principales a la Conferencia Internacional de Educación Democrática 2016 (IDEC, por sus siglas en inglés), celebrada en dicho país europeo del 6 al 10 de junio pasado. Junto a nombres importantes en el campo de la educación mundial como Sugata Mitra y Yaacov Hecht, Guzmán presentó el proyecto educativo que fundó junto a Méndez en el año 2000, Nuestra Escuela y que cuenta con centros en Loíza, Caguas y Vieques. Nuestra Escuela fue ganadora del Premio Tina Hills en el 2015.
"Descubrimos muchas cosas en esta ocasión", acepta Guzmán, directora ejecutiva de Nuestra Escuela, "pero lo que me parece importante de esta experiencia es que se invitó a un proyecto puertorriqueño a presentar en Finlandia lo que está haciendo; ya eso es de gran valor".
Taller Salud ha sido varias veces finalista al Premio Tina Hills y está confiada en que ganará el galardón en algún momento. Así lo confiesa su directora, Alana Feldman.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
1-¿Por qué considera que su organización fue finalista al premio este año?
Mi primer instinto es responder "porque nos lo merecemos", pero se que así también se lo merecen muchas entidades comprometidas que trabajan para construir un mejor Puerto Rico. Me gustaría pensar que fuimos finalistas porque el comité de selección reconoció la creatividad, innovación y valentía que el personal de Taller Salud dedica al trabajar temas controversiales en espacios comunitarios. Nuestro trabajo es acompañar a mujeres de todas las edades en un proceso individual y colectivo de autoconocimiento y construcción de destrezas de autoeficacia sobre el propio cuerpo. Es el trabajo de identificar y ganarse la confianza de aquellas personas en más alto de riesgo en un acto de violencia, aún ante el peligro que eso representa al personal mismo; el trabajo de reconocer el trauma silente en menores de edad; el trabajo de fortalecer y fomentar capacidades multiplicadoras en personas que han vivido opresión racial, sexual y económica; el trabajo de ayudar a hombres y mujeres a confrontar y deshacer los estereotipos de género que aprendemos y reproducimos, a pesar de que cargamos el daño que nos ha hecho y las limitaciones a las que nos amarran...
Aunque se trabaja por ella a diario, el Proyecto Niños de Nueva Esperanza vela celosamente por la tranquilidad y el bienestar de la comunidad a la que acompaña. Por eso debutó como finalista al Premio Tina Hills 2016 y su directora, Ivonne León, habla sobre las implicaciones de esa nominación.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
1-¿Por qué considera que su organización fue finalista al premio este año?
Niños de Nueva Esperanza es un modelo único en Puerto Rico de efectiva inserción comunitaria. Hace 17 años, liderados por Ángel Darío Carrero (QEPD), un grupo de frailes franciscanos se mudó a vivir dentro de uno de los sectores más pobres y violentos de Sabana Seca. Durante ese acompañamiento, conocieron las necesidades y fortalezas de la comunidad y decidieron enfocarse en los niños. Comenzaron atendiendo el rezago académico con tutorías, el hambre con meriendas y subvencionando sus esfuerzos con el menudo que donaban individuos o negociantes de la zona. Al presente, Niños de Nueva Esperanza ha impactado a más de 5,000 participantes por medio de 22 programas alternativos. Ha logrado paz y desarrollado la comunidad de Sabana Seca fortaleciendo a las familias mediante el impulso de la autosuficiencia económica de las mujeres y el desarrollo integral de los niños y niñas en los que se promueven sus dimensiones sociales, emocionales, espirituales y culturales.
El potencial de una niña educada en valores de servicio e igualdad no tiene límites en la filosofía de Caribe Girl Scouts Council, organización que se estrena como finalista al Premio Tina Hills 2016. Ness Marie Tollinche conversa sobre las expectativas.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
1-¿Por qué considera que su organización fue finalista al premio este año?
Caribe Girl Scouts Council es la organización líder dedicada a promover e inculcar los valores cívicos y ciudadanos en las niñas. Nuestra misión es ayudar a las niñas a desarrollar el valor, la confianza en sí mismas y los principios para hacer del mundo un lugar mejor. En una sociedad en la que se ha ido perdiendo la enseñanza de valores morales, éticos y cívicos, cobra mayor relevancia el fomentar e impulsar en nuestra juventud el regreso al respeto, la hermandad, laboriosidad, honestidad, humildad, bondad, solidaridad y generosidad. Nuestra organización a través de los diferentes programas ofrece a las niñas oportunidades para desarrollar habilidades para el liderazgo, mejorar la autoestima y civismo, a la vez que se divierten y hacen amistades.
2-De todas esas fortalezas, ¿cuál le enorgullece más?
De todas las fortalezas la que más nos enorgullece es la credibilidad y seriedad de nuestra organización. Somos el único programa de liderazgo exclusivo para niñas, así como el ser una organización inclusiva, que no discrimina por religión, nivel social, cultural u orientación de género.