En ocasión del Día Internacional de la Mujer, colegas de la líder Guiomar García Guerra-Mondragón, destacan sus aportaciones, el modo en que impactó el tercer sector y celebran su legado. 

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé

Existen líderes y líderes de primera fila. A ese selecto grupo pertenece Guiomar García Guerra-Mondragón y aprovechamos el Día Internacional de la Mujer para recordar sus ideas, sus estilos y su aportación al tercer sector que tanto amó.

Guiomar integró el grupo fundador de Fundación Flamboyán, de la organización Sapientis, de la Red de Fundaciones de Puerto Rico -hoy llamada Filantropía PR- de El Colaborativo PR y, hasta hace poco, de Bravo Foundation. La educación y la colaboración fueron dos grandes detonantes de su labor en el tercer sector.

“Como líder del sector filantrópico, Guiomar se distinguió por impulsar un liderato de profundidad. La educación y la filantropía fueron su norte. Le distinguía una gran inteligencia, un pensamiento agudo y crítico. Le imprimía rigor académico a cada encomienda que tenía ante sí. Saber escuchar de forma empática era importante, pero siempre asumía posturas firmes, con la pasión que le caracterizaba”, recuerda Laura López, directora ejecutiva de la Fundación Ángel Ramos, sobre la colega.

“Al interior del grupo de fundaciones, Guiomar promovió una cultura de trabajo caracterizada por la rigurosidad y la disciplina, por la búsqueda de estándares de calidad, promovía la investigación, los datos, la documentación y la evaluación. Estudiosa y disciplinada, siempre buscaba las mejores prácticas filantrópicas y educativas de distintos países, sobre todo aquellas que pudiesen ser adaptadas a nuestro contexto, defendiendo siempre la idiosincrasia de nuestras comunidades y organizaciones”, agrega López.

Con ella coincide María “Baby” Jaunarena, presidenta de la Junta Consultiva del Premio Tina Hills y directora ejecutiva de la organización no gubernamental Colibrí, quien asegura que “Guiomar no se conformaba con ofrecer una respuesta simple de servicios para atender las consecuencias de los problemas sociales que existen en el Puerto Rico de hoy”.

“El acercamiento de Guiomar a los retos mas difíciles que vivimos era inquisitivo, metódico, estratégico, entendiendo la complejidad de la interacción entre los distintos componentes del sistema que los crea y que los perpetúa. Era muy selectiva en sus propuestas y las iniciativas con las que se involucraba eran proyectos basados en evidencia científica que estaban más enfocados en lograr resultados y cambios sostenibles a largo plazo. Ella no se distraía con el anuncio de ‘lo que vamos a hacer’, ni con proyectos de masificación que eran más plataformas de relaciones públicas y protagonismo. Ella se ocupaba y, antes de hablar, se sumergía completa en el sitio con la gente para de verdad entender las condiciones, las interacciones, las barreras, y también las aspiraciones y oportunidades”, recuerda Jaunarena el estilo de trabajo de su colega, quien falleció a inicios de enero de 2020.

“Unir gente diferente que coincidía en un punto o en una misión fue una de sus grandes contribuciones al sector. Tenía una visión de cambio y lo lograba con gran integridad y con un poco de mal genio cuando debía tenerlo. Guiomar no tenía miedo a enfrentar situaciones difíciles, era muy valiente”.

Para Lourdes Miranda, fundadora de Miranda Foundation, el tercer sector “es absolutamente distinto” tras las aportaciones de Guiomar.

“Una de sus grandes contribuciones era la perseverancia; ella seguía y seguía porque sabía que había que hacer las cosas, que se podían hacer y que era necesario. No permitía que las cosas se desintegraran”, resalta Miranda.

Como ejemplo pone a la Red de Fundaciones, proyecto que nació hace 15 años para trabajar juntas estrategias más completas, desde los distintos intereses y misiones de cada fundación, y así enfrentar con mayor precisión las dificultades que vive el país.

Miranda asegura que Guerra enfrentó todo tipo de problemas, “pero ella no se rendía y trabajaba para formar coaliciones”. “Unir gente diferente que coincidía en un punto o en una misión fue una de sus grandes contribuciones al sector. Tenía una visión de cambio y lo lograba con gran integridad y con un poco de mal genio cuando debía tenerlo. Guiomar no tenía miedo a enfrentar situaciones difíciles, era muy valiente”, subrayó la gestora de Miranda Foundation.

UNIÓN COMO PUNTA DE LANZA

Al reflexionar sobre su obra, López, directora de FAR, también destaca que “Guiomar defendió una gestión filantrópica desde la colaboración”. “Tenía claro que un colectivo de fundaciones era mucho más fuerte y podría lograr mayores y mejores resultados cuando nos uníamos, que cuando optábamos por caminos solitarios. Desde esa convicción, lideró junto a otros colegas la creación de la Red de Fundaciones, hoy FilantropíaPR y el Puerto Rico Donor’s Education Collaborative, hoy Colaborativo PR”, dijo López.

“Guiomar fue propulsora de una filantropía estratégica, de una filantropía de ruptura, que cuestionaba las estructuras que perpetúan la pobreza y la desigualdad social. Fue una incansable luchadora de la educación pública, estaba convencida que una educación pública de calidad para nuestra niñez y juventud era posible”, insistió López.

Agregó, como otra colaboración significativa, el estudio comisionado ante el escaso conocimiento sobre la práctica de donar a las organizaciones sin fines de lucro en la isla. “Los hallazgos permitieron conocer el perfil del donante en Puerto Rico y fomentar la cultura filantrópica en nuestro país”, dijo López.

De otra parte, Alexandra Hertell, directora ejecutiva de la Fundación Segarra, Boerman e hijos, igualmente identifica la capacidad de unir colegas con distintas visiones como una de las fortalezas de Guiomar.

“Ella siempre tuvo muy claro que en la unión está la fuerza, por más complicado que crear colaboraciones o alianzas pueda ser. El trabajar en colectivo quizás no es la ruta más fácil, pero sí la más productiva y la manera más robusta de crear cambios sistemáticos”, dice Hertell.

La líder de Fundación Segarra resaltó que esfuerzos como la Red de Fundaciones y el Colaborativo de Donantes de Educación “han ido transformándose en sus propias entidades”.

“Su legado se honra en la continuación del trabajo colectivo para estratégicamente llegar a una sociedad equitativa y justa para todes”, agrega Hertell.

Por su parte, Beatriz Polhamus, directora ejecutiva de la Fundación Banco Popular, puntualiza que “Guiomar era una luchadora vehemente por fomentar la filantropía, crecer el tercer sector y profesionalizar la gestión tanto de fundaciones como de las organizaciones sin fines de lucro”.

Sin titubear enumeró logros de su colega. “Ella impulsó que se cambiara la ley y la fórmula sobre el beneficio contributivo por motivo de donativos filantrópicos en Puerto Rico y ahora los individuos pueden deducir el 100% de sus donativos en sus planillas. Insistió en la formalización de la Red de Fundaciones como una organización sin fines de lucro en propiedad y hoy contamos con una organización que ha abierto su membresía a fundaciones locales y del exterior que interesan respaldar a Puerto Rico”, dice Polhamus.

Al igual que sus colegas, insiste en el impacto del Colaboratorio PR, proyecto que reúne a cinco fundaciones locales comprometidas con cambiar la educación pública en Puerto Rico. “Hoy en día trabaja en las escuelas del pueblo de Loíza para asegurar una transición exitosa de escuela superior a la universidad”, detalla Polhamus el proyecto.

LO QUE NO SE OLVIDA

En sintonía las entrevistadas aseguran que honrar la dedicación, el legado y la memoria de Guiomar es posible si se continúan sus proyectos exitosos y el modelo de colaboración que tanto favoreció.

“No tan solo el tercer sector es distinto, sino que puedo decir que yo soy distinta tras la gestión de Guiomar. Sus logros son muchos, pero su legado más grande es la manera en que ella trabajó tanto con las organizaciones como con sus colegas. Su manera profunda de acercarse a resolver problemas sociales, me llevaba siempre a llamarla para consultarle cuando estaba desarrollando algo nuevo en la Fundación Banco Popular. Guiomar será siempre para mi un ejemplo a seguir: mi amiga, mentora, colega, cómplice y apoyo. La extrañaré por siempre”, declara Polhamus.

“Pensar juntas es de las experiencias más estimulantes y que más extrañaré en mi quehacer profesional. Cada conversación con Guiomar me renovaba las ganas y el compromiso de continuar aportando a construir una filantropía de compromiso y transformación de país”.

“Honramos a Guío demostrando con palabra y acción un compromiso genuino y voluntad de cambio hacia las causas grandes que la apasionaban: levantando una educación pública de calidad, viviendo en armonía con la naturaleza, hilvanando un nuevo tejido social donde los distintos sectores se conectan para crear oportunidades que den rienda suelta a la diversidad de talentos y creatividad de los puertorriqueños, y claro, fortaleciendo la filantropía entre los puertorriqueños y aumentando la inversión de impacto social en Puerto Rico para crear nuevos espacios de innovación accesibles a la promesa de nuestr@s niñ@s, jóvenes y familias con deseo de superación”, agrega Jaunarena.

La directora de FAR describe a Guiomar como “mi colega-maestra”.

“Su inteligencia y capacidad analítica la convertían en la colega perfecta con quien pensar nuevos proyectos, con quien armar planes estratégicos, sabiendo que siempre te iba a hacer las preguntas de rigor, las que me iban a hacer pensar o repensar, las que necesitaba escuchar. ‘Pensar juntas’ es de las experiencias más estimulantes y que más extrañaré en mi quehacer profesional. Cada conversación con Guiomar me renovaba las ganas y el compromiso de continuar aportando a construir una filantropía de compromiso y transformación de país. Eso lo atesoro y creo que emularlo será la mejor manera de honrar su legado”, culminó López.

 

Fotos / Suministradas / Fundación Flamboyán

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