Organizaciones sin fines de lucro fungen, alrededor de la Isla, como intermediarias del Banco de Alimentos de Puerto Rico
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
Vestida con su hábito de color claro, Sor Aracelis Reyes rebusca dentro de una caja repleta de galletas, granos, salsas enlatadas, jugos y cocteles de frutas individuales en el almacén del Banco de Alimentos de Puerto Rico situado en Hato Tejas, Bayamón. Mira etiquetas, revisa fechas de expiración con diligencia y no piensa en sus gustos. Piensa en los de ellos y ellas.
Sor Reyes labora en el Centro María Mazzarello que mantienen las hermanas salesianas en Orocovis. De día es un colegio con mensualidades módicas, de tarde se convierte en un centro de tutorías y actividades para niños de todas las edades de distintos sectores del pueblo, especialmente de La Pica, una comunidad con mucha necesidad a todos los niveles. Muchos de los niños son candidatos al fracaso escolar. Allí, les ofrecen atención, comida y los más talentosos académicamente podrían ser becados en el colegio.
"Para muchos, su última merienda del día es la que le damos", dice Reyes y continúa su búsqueda de lo necesario.
El interés del artista Raymond Cruz Corchado por replantear las posibilidades de la materia, aprovechando antiguas capas de pintura, dan vida a la exposición Estratos abierta al público en SalaFAR.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
Luego de utilizar cuanto objeto punzante, taladro o espátula tuvo a su disposición para encontrar huellas del pasado, aparece la recompensa. Ahí está, luego de quince, veinte o treinta años, un color aplicado en alguna pared que quedó oculto sobre nuevas capas de pintura. Precisamente, en ese instante el trabajo del artista humacaeño Raymond Cruz Corchado toma otra dirección. Es momento de unir esas huellas del pasado en una edición del presente.
"Eso es precioso, para mí es algo extraordinario ese momento porque sé que hay algo detrás que alguien tapó. Entonces trato de maximizar esa capa de color y darle nueva presencia luego de tantos años tapada. Cuando encuentro ese color lo respeto, lo dejo ahí, no sigo socavando el material", indica el artista con más de 20 años de experiencia en el campo de las artes plásticas.
La discapacidad intelectual en distintos niveles no interfiere en la aspiración a una vida digna en el Instituto Psicopedagógico de Puerto Rico
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
La empinada cuesta era lo que seguía. Antes de que fuera donada al Instituto Psicopedagógico de Puerto Rico, la amplia finca en Bayamón que hoy lo alberga marcaba el fin de un camino llano para comenzar la subida. Ante la cantidad de accidentes en la carretera que ocurrían frente a ella, sus dueños construyeron un altar a la Virgen de los Milagros ante el que devotos de la zona se reunían para implorar protección tanto para los caminantes como para los conductores.
La imagen continúa en el mismo lugar y, discreta, observa el trajín que desde el 1949 tiene lugar en la finca que hoy es sede del centro de base comunitaria que brinda servicios a niños, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual leve, moderada y severa. Si de brindar protección se trata, ahora suma en su cuido a los 123 participantes del lugar, 93 de los cuales allí viven. El "Instituto" es su hogar.
"El espíritu del Instituto Psicopedagógico de Puerto Rico es de familia, de amor, de paz para esas familias y para los participantes. Para los padres es una tranquilidad saber que, si ellos faltaran, pueden tener a sus hijos en un lugar donde no les faltará nada, eso lo vivimos día a día", describe Milagros Vargas, directora ejecutiva de la entidad.
El segundo de varones y el primero de damas, ambos en Bayamón, se suman a los hogares comunitarios que administra la institución
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
"Uno se siente súper orgullosa, contenta y motivada", confiesa Milagros Vargas, directora ejecutiva del Instituto Psicopedagógico de Puerto Rico.
Habla de los dos nuevos hogares comunitarios que inauguró la entidad, uno para damas en la urbanización Jardines de Caparra y uno para varones en la urbanización Villa España, ambas en Bayamón. De este modo, ya son tres los hogares de este tipo que administra el Psicopedagógico, centro fundado en el 1949 que brinda servicios a niños, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual leve, moderada y severa. Cuenta con 123 participantes, 93 de ellos viven en la sede principal en Bayamón y 18 están distribuidos entre los tres hogares mencionados.