El centro educativo cagüeño ofreció sus "Encuentros con la ciencia" en comunidades y ahora alberga un Stop and Go del gobierno con ayuda de voluntarios.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
Siete días después de la llegada del huracán María, algunos empleados del Centro de Educación y Tecnología (C3Tec) de Caguas se acercaron a las instalaciones del espacio ubicado en la calle Gautier Benítez 59 para comprobar que la sede no se libró de los daños evidentes en el resto de la isla. Cristales del techo de la segunda planta del espacio dedicado a la educación y el estímulo por las ciencias, cayeron al suelo quedando a la intemperie. Con la ayuda de un contratista, limpiaron, secaron, acondicionaron las alfombras mojadas y cubrieron con madera los espacios de ventanas y techos rotos.
Solidaridad que se multiplica
9 de octubre de 2012- elnuevodia.com
Tesón en forma de escultura
8 de octubre de 2012- elnuevodia.com
Abierta la convocatoria del Premio Tina Hills por servicio a la comunidad
24 de septiembre 2012- 80grados.net
Se abre convocatoria al premio Tina Hills
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Una alianza acerca el arte a Cantera
10 de marzo de 2012- primerahora.com
Premio Tina Hills a Jóvenes de Puerto Rico en Riesgo
3 de marzo de 2012- sincomillas.com
Tina Hills premia la prevención
1 de marzo de 2012- elnuevodia.com
La enseñanza, la música, los juegos y el cariño vuelven a ser parte de la vida de pequeñines loiceños que regresaron a su escuela Montessori, luego del paso del Huracán María.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
Los abrazos fueron la norma durante el regreso a clases el pasado 16 de octubre, en el Centro Esperanza situado en Loíza. Sor Cecilia Serrano, de las Hijas de la Caridad San Vicente de Paul, tenía pegados a su falda a varios estudiantes de edad preescolar que le mostraban afecto y que, a su cobijo, aguardaban para saludar a los compañeros según llegaban.
De ese modo, la escuela que sigue la filosofía Montessori procuraba cierta normalidad en las vidas de pequeñines que, al igual que el resto de la isla, habían descubierto la furia de los vientos y el agua tras el paso del huracán María el pasado 20 de septiembre.
La necesidad estaba frente a ellos. Retomar las clases y alimentar estudiantes, sus familias y la comunidad fue la respuesta de Nuestra Escuela en Caguas y Loíza.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
Dos sonidos y un aroma marcan los pasos al subir las escaleras que llevan al segundo piso de la sede en remodelación de Nuestra Escuela en Caguas, ubicada en las esquinas Betances y Muñoz Rivera en el casco urbano criollo. Se escucha el trajín propio de la construcción a un lado y el intercambio entre estudiantes y maestros en clase del otro. De una improvisada cocina escapa el aroma a arroz guisado y picadillo de carne.
Esa es la nueva realidad de la escuela luego del paso del huracán María. Antes de ese momento, en su calendario estaba marcado el 11 de enero como día de inauguración de esa estructura. Ahora, a medio hacer, está ocupada por todos y la vida académica se empeña en ignorar el ruido de la calle, los sonidos de dos abanicos industriales y de las interacciones de los grupos en clases juntos en un mismo espacio.