Tres coordinadores de voluntarios que son parte del Programa de Formación y Desarrollo en Voluntariado, dirigido a organizaciones sin fines de lucro apoyadas por la Fundación Ángel Ramos, comparten sus experiencias antes y después del paso del huracán María. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé David Ortiz está convencido de que toda persona tiene la capacidad de ayudar a otro. "La cuestión es no tener miedo y acercarse a una organización apropiada", afirma el coordinador de voluntarios en Nuestra Escuela. Foto / Javier del Valle Parear intereses con necesidades es también un arte y quienes lo cultivan son coordinadores de voluntarios. Oenegé conversó con Milagros Ramos Valencia, David Ortiz e Irma Serrano Cancel sobre sus funciones como coordinadores de voluntarios, en organizaciones sin fines de lucro (OSFL), antes y después del paso por Puerto Rico del fenómeno atmosférico María. Los tres coordinadores forman parte -de un grupo de 10- que participan del Programa de Formación y Desarrollo de Voluntarios para OSFL, dirigido por la Fundación Ángel Ramos desde su Iniciativa de Desarrollo Organizacional.
Estructurar la relación de las organizaciones sin fines de lucro con sus voluntarios es uno de los principales esfuerzos en los que trabajaba la Fundación Ángel Ramos antes del paso del huracán María. El evento atmosférico retrató en vivo la importancia de inspirar a una ciudadanía activa como motor de un voluntariado dispuesto a servir a nuestro país. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Personal médico y de enfermería ha rotado en diversos turnos para mantener al día la clínica comunitaria Bantiox en Levittown. Ganancias que nos dejó María: ciudadanos activos que hoy son voluntarios para el Tercer Sector. Tan devastadoras fueron las secuelas inmediatas que dejó el huracán María en la isla, que múltiples organizaciones sin fines de lucro vieron cómo ciudadanos tocaron sus puertas para ayudarles a atender poblaciones en riesgo. En sus tres recientes publicaciones, Oenegé ha reseñado el poder de esa ciudadanía activa que, puesta de pie y con afán de servir, ha dicho presente en la reconstrucción de Puerto Rico.
Por: Astrid Morales, PhD, MS, MA* Después del huracán María las muestras de solidaridad de los ciudadanos se hicieron evidentes en las comunidades: personas con machete en mano abriendo caminos, calderos calientes compartiendo comida, manos amigas entregando agua y hasta una extensión cruzando casas de vecinos para compartir la energía de un generador. Así, se hizo palpable la solidaridad de los puertorriqueños que le salieron al paso al huracán desde múltiples lugares para comenzar la larga y ardua tarea de reconstruir el país. Cada gesto de solidaridad recordó la esperanza que no mengua en los momentos de dificultad y que hoy debe continuar cultivándose desde las organizaciones sin fines de lucro que componen el Tercer Sector.
Por: Astrid Morales, PhD, MS, MA* Tras el huracán María, son muchas las lecciones aprendidas y los saldos compartidos. Desde la Iniciativa de Desarrollo Organizacional de la Fundación Ángel Ramos, se ha documentado, durante las últimas ocho semanas, las lecciones más valiosas de una ciudadanía que el mismo día del huracán, puso corazón y extendió sus manos para ayudar, acompañar, abrazar y trabajar en busca de mitigar el impacto de un ciclón categoría 5 que dejó devastación a su paso. Al recorrer comunidades y organizaciones, se ha visto el rostro de las manos y los gestos solidarios que se movilizan mediante el servicio voluntario a través de organizaciones sin fines de lucro. Son ciudadanas y ciudadanos activos, cuyos espíritus inquietos se sintieron convocados para servir a las comunidades y atender sus necesidades más apremiantes.
La comunidad Punta Santiago fue fuertemente sacudida por el huracán María y esta organización se ha convertido en un bastión de ayuda, esperanza y posibilidad de un futuro distinto para sus residentes. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Salir de Humacao y arribar a la zona metropolitana en busca de suministros, ayudar y establecer contactos fue la primera meta. La segunda fue convertir la sede de su escuela alternativa en un gran centro de acopio desde donde la comunidad de Punta Santiago y pueblos vecinos pudieran servirse de artículos de primera necesidad, agua, hielo y alimentos. ¿La tercera?, iniciar un proceso de reconstrucción de la afectada zona, gestado desde la comunidad y la ciudadanía, en alianza con la organización Voz Activa.