Aunque se trabaja por ella a diario, el Proyecto Niños de Nueva Esperanza vela celosamente por la tranquilidad y el bienestar de la comunidad a la que acompaña. Por eso debutó como finalista al Premio Tina Hills 2016 y su directora, Ivonne León, habla sobre las implicaciones de esa nominación. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé 1-¿Por qué considera que su organización fue finalista al premio este año? Niños de Nueva Esperanza es un modelo único en Puerto Rico de efectiva inserción comunitaria. Hace 17 años, liderados por Ángel Darío Carrero (QEPD), un grupo de frailes franciscanos se mudó a vivir dentro de uno de los sectores más pobres y violentos de Sabana Seca. Durante ese acompañamiento, conocieron las necesidades y fortalezas de la comunidad y decidieron enfocarse en los niños. Comenzaron atendiendo el rezago académico con tutorías, el hambre con meriendas y subvencionando sus esfuerzos con el menudo que donaban individuos o negociantes de la zona. Al presente, Niños de Nueva Esperanza ha impactado a más de 5,000 participantes por medio de 22 programas alternativos. Ha logrado paz y desarrollado la comunidad de Sabana Seca fortaleciendo a las familias mediante el impulso de la autosuficiencia económica de las mujeres y el desarrollo integral de los niños y niñas en los que se promueven sus dimensiones sociales, emocionales, espirituales y culturales.
Taller Salud ha sido varias veces finalista al Premio Tina Hills y está confiada en que ganará el galardón en algún momento. Así lo confiesa su directora, Alana Feldman. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé 1-¿Por qué considera que su organización fue finalista al premio este año? Mi primer instinto es responder "porque nos lo merecemos", pero se que así también se lo merecen muchas entidades comprometidas que trabajan para construir un mejor Puerto Rico. Me gustaría pensar que fuimos finalistas porque el comité de selección reconoció la creatividad, innovación y valentía que el personal de Taller Salud dedica al trabajar temas controversiales en espacios comunitarios. Nuestro trabajo es acompañar a mujeres de todas las edades en un proceso individual y colectivo de autoconocimiento y construcción de destrezas de autoeficacia sobre el propio cuerpo. Es el trabajo de identificar y ganarse la confianza de aquellas personas en más alto de riesgo en un acto de violencia, aún ante el peligro que eso representa al personal mismo; el trabajo de reconocer el trauma silente en menores de edad; el trabajo de fortalecer y fomentar capacidades multiplicadoras en personas que han vivido opresión racial, sexual y económica; el trabajo de ayudar a hombres y mujeres a confrontar y deshacer los estereotipos de género que aprendemos y reproducimos, a pesar de que cargamos el daño que nos ha hecho y las limitaciones a las que nos amarran...
Un premio en metálico de $150 mil recibe la organización sin fines de lucro tras convertirse en la vigésima entidad ganadora del Premio Tina Hills Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El equipo de SER de Puerto Rico (al centro Nilda Morales, directora ejecutiva) junto al licenciado Rafael Cortés Dapena, a la extrema izquierda, y Laura López Torres, a la extrema derecha, presidente de la Junta y directora ejecutiva de la Fundación Ángel Ramos, respectivamente. La obra de la Sociedad de Educación y Rehabilitación de Puerto Rico, SER de Puerto Rico, a lo largo de seis décadas en nuestra Isla, la convirtió en merecedora del Premio Tina Hills que otorga anualmente la Fundación Ángel Ramos (FAR). La distinción consta de un premio en metálico de $150 mil. Esta es la vigésima edición de la entrega del galardón que resalta la trayectoria, el liderazgo y la aportación a una mejor calidad de vida por parte de una organización sin fines de lucro. Video :: Carlos Álvarez Lara Como parte de la ceremonia celebrada en el anfiteatro del renovado Centro de Ciencias y Visitantes Fundación Ángel Ramos del Observatorio de Arecibo, subieron al escenario los finalistas al premio: Caribe Girls Scouts Council Puerto Rico, Proyecto Niños de Nueva Esperanza, SER de Puerto Rico y Taller Salud.
Portavoces del Tercer Sector reclaman al Gobierno no olvidar el trabajo en áreas de salud, educación y servicio social que realizan en comunidades alrededor de la Isla, con asignaciones provenientes del fondo general Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Participantes de programas del Centro Sor Isolina Ferré en Caimito: Luz Román, del Programa de Incubación de Microempresas; y Ángel Marrero, estudiante que completó escuela superior. El fin del actual año fiscal está a la vuelta de la esquina. Un nuevo presupuesto del fondo general se decide en estos momentos y las organizaciones sin fines de lucro del país reclaman no ser olvidadas en el proceso de adjudicación de partidas. Las aportaciones económicas gubernamentales que reciben son necesarias para que puedan continuar ofreciendo servicios sociales, de salud, educación, arte y cultura. Ese fue el pedido que ayer en la mañana realizó el Movimiento Una Sola Voz (MUSV), durante una conferencia de prensa celebrada en el Centro Sor Isolina Ferré situado en Caimito. El colectivo agrupa 140 organizaciones sin fines de lucro del país. "Al Gobierno le pedimos que nos vean como aliados", pidió José Luis Díaz, director ejecutivo de los Centros Sor Isolina Ferré, quien además agregó que comprenden el difícil panorama económico actual.