Inspirados en la Semana de la Niñez Temprana, organizaciones integrantes de nuestra Iniciativa Preescolar compartirán en Oenegé guías y actividades para procurar el bienestar de los niños en casa. Continuamos la serie con Despertar Musical, programa del Conservatorio de Música de Puerto Rico.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé

Con la Semana de la Niñez Temprana como brújula, tocamos la puerta de Despertar Musical, programa del Conservatorio de Música de Puerto Rico que nos presenta juegos con música. “La recomendación principal es a que compartan en familia, que se diviertan, que canten, que bailen, pero juntos”, asegura Esther Mari Barbosa, directora del programa, sobre este tiempo de aislamiento físico para evitar el contagio de COVID-19.

“Si el niño siente que todos los que viven en la casa participan de esa actividad no percibe separación entre adultos y menores, se siente integrado, apoyado y seguro porque ve un equilibrio. Papá y mamá están con él haciéndole sentir que todo está bien”, agrega Barbosa.

La líder puntualiza que el uso de la música alivia las tensiones diarias generadas por la cuarentena, ya que “rompe la rutina y se van a divertir”. “No porque sean adultos papá y mamá van a dejar de disfrutar la actividad, va a ocurrir de manera más orgánica, más relajada, y el niño va a ver que hay diversión dentro de todo lo que estamos viviendo”, dice.

Eso sí, la atención debe ser completa por parte de todos los participantes, aunque la actividad dure corto tiempo. “Tienen que desconectarse todos y no distraerse, estar bien involucrados”.

A MARCHAR SE HA DICHO

Barbosa invita a seleccionar cualquier canción y a marchar marcando su ritmo. “Así marcan el pulso fijo que es el pulso constante, como cuando vamos a un concierto y aplaudimos. Lo escuchamos, lo identificamos y empezamos a marchar a diferentes velocidades”, explica.

Igual pueden hacer el ritmo con palmadas y cantar “El caculito”, rima que es una de las preferidas de los niños que disfrutan los programas de Despertar Musical. Puede hasta terminar siendo un juego para celebrar quién se la aprende más rápido o la velocidad a la que la canten. La canción dice así:

Un caculo yo encontré,
y estaba al revés.
Pobre calculito, era chiquitito, no podía caminar,
se tenía que enderezar.
Al final lo enderecé
y el caculo feliz se fue.

La directora insta a dramatizar la pegajosa rima y a cambiar las voces. “En el caso de cambiar de roles, hay un juego que hacemos y si lo hacen en casa puede ser divertido tomando las precauciones de contacto físico. El adulto y el niño hacen los personajes del caculito y de la persona que lo endereza. Quien haga del caculito se acuesta con la espalda en el piso, las piernas y los brazos levantados, y cuando cantan ‘y el caculo feliz se fue’, puede levantarse y salir corriendo. A los nenes les encanta”, anticipa Barbosa.

En la actividad también puede incluirse a los abuelos, los primos o los amigos mediante videollamadas. ¡Inténtalo en casa!

 

*Busca en las próximas ediciones de Oenegé más recomendaciones de actividades para trabajar en casa durante este periodo de distanciamiento físico.

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