Quizás disfrutaste sus conciertos en YouTube en estos meses. Aquí repasamos cómo el programa adscrito al Conservatorio de Música de Puerto Rico fue el fiel acompañante de 601 alumnos alrededor de la isla durante esta pandemia.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


En todos los rincones de la isla a los que llega el programa
Música 100 x 35, estudiantes practican sus instrumentos
durante la cuarentena. Foto / Suministrada

Cuando pensaban que siempre se regirían por su metodología grupal, por sus conceptos orquestal y coral, llegó en marzo la cuarentena por COVID-19 a nuestra isla. Por eso el programa Música 100 x 35 se dedicó a ajustar con velocidad su currículo educativo a la metodología individual y, el 1 de abril, retomaron sus labores de enseñanza musical de forma remota.

El resultado de la experiencia es evidente en los conciertos que lograron presentar en YouTube, con el apoyo técnico de maestros y administrativos.

“En Música 100 x 35 los conciertos son sumamente importantes porque los estudiantes pueden mostrar sus logros, tocar una pieza en un concierto los reta. En mayo siempre se hace uno y ya teníamos fecha en el Teatro Tapia en San Juan, pero tuvimos que cancelar por el coronavirus. Sabíamos que los estudiantes necesitaban la presentación y como tenemos maestros que son tecnológicos, pues nos ayudaron a lograrlo”, cuenta entusiasmada Helen González, directora general del programa Música 100 x 35.

Se refiere al trabajo voluntario de profesores como Ángel Figueroa, Arístides González, Luis Fernando Ruiz Pacheco, Noraberth Reyes, Giancarlos Rodríguez, Kimberly García y de la administrativa, Mara Nieves.

“Cada estudiante grabó una parte del concierto con su instrumento y nos enviaba el vídeo, en casa tenían una grabación de referencia para dejarse llevar. Después los maestros unieron todos los vídeos en un proceso que duró más de un mes. Ahora en agosto presentaremos un pedazo que no pudimos añadir en los otros conciertos. Fue una mega producción y lo hicimos por los chicos, porque queríamos que se expusieran”, sostiene la directora.

LA ANTIGUA ERA GRUPAL


Caras felices junto al maestro Rsoelín Pabón durante el ensayo para un concierto el pasado
febrero en la Sala Sinfónica Pablo Casals. Foto / Suministrada

El programa Música 100 x 35 celebró el pasado mes de febrero -por supuesto, con un concierto- sus primeros diez años de vida. Inspirados en el exitoso programa venezolano, El Sistema, que desde el 1975 comenzó a transformar comunidades desventajadas con los valores de la música, Música 100 x 35 persigue como misión “promover el rescate y desarrollo social a través de la música para niños y jóvenes, en especial a aquellos de escasos recursos”. Está adscrito al Conservatorio de Música de Puerto Rico.

A lo largo de diez meses brindan educación musical en tres niveles: Pre-Infantil – de 4 a 7 años; Infantil-Juvenil 8 a 18 años; y Orquesta Sinfónica de la Juventud Puertorriqueña. Con 14 núcleos alrededor de la isla impactaban 700 estudiantes que tomaban cursos de música en escuelas y centros culturales al concluir su jornada escolar. La música les muestra las bondades de la disciplina, el compañerismo y despierta su sensibilidad. La metodología era grupal porque reforzaba los valores que promueven. Hasta que llegó la pandemia.


Clases virtuales de música es la realidad en esta cuarentena para los alumnos del programa
Música 100 x 35. Foto / Suministrada

“Todo el mundo me dijo ‘¿cómo lo van a hacer con una metodología grupal?’. Pero lo hicimos. Coordinadores y supervisores educativos prepararon desde mediados de marzo una nueva metodología individual y, en tiempo récord, el 1 de abril comenzamos el programa virtual”.

Solo 601 alumnos pudieron continuar, el resto no contaba con computadora e internet que les permitiera conectarse a las plataformas educativas utilizadas. “Otros eran muy pequeñitos y sus padres prefirieron no exponerlos a las plataformas electrónicas”, aseguró González.

“Como no podían tocar todos a la vez, lo hicimos tipo seminario, así que todos los estudiantes tenían que escuchar la ejecución de otro estudiante”.
 

El respaldo de la familia fue fundamental para que las clases funcionaran apropiadamente. González cuenta que los profesores brindaron talleres de afinación de instrumentos a los padres, que además participaban de las clases virtuales para poder ayudar luego a sus hijos en las prácticas.

Violín, viola, violonchelo, contrabajo, flauta, oboe, clarinete, fagot, trompeta, trompa francesa, trombón, tuba y percusión son algunos de los instrumentos que aprenden a tocar los participantes.


Recuerdos pre- COVID-19: dinámica usual del programa de educación musical
en escuelas del país. Foto / Suministrada

“Fue beneficioso tener ese contacto con los padres para que ellos vean lo que trabajan sus hijos cuando aprenden a tocar un instrumento. Como no podían tocar todos a la vez, lo hicimos tipo seminario, así que todos los estudiantes tenían que escuchar la ejecución de otro estudiante. El alumno tenía que estar bien preparado para ese momento”, detalla González.

Retante resultó la sincronización del sonido, ya que dependía en gran parte de la señal de internet que el estudiante tuviera en su casa. Los maestros se ajustaban a las plataformas que tuvieran los padres y debían escoger piezas individuales para sus alumnos. 

“Fue súper criollo el proceso, pero se logró mantener la motivación y el interés”.

AL DÍA CON LOS TALLERES


Los talleres socioeducativos con la trabajadora social Jainies Rivera abordaron
temas como el manejo de crisis. Foto / Suministrada

Desde hace dos años, el programa Música 100 x 35 cuenta con la trabajadora social Jainie Rivera, que ofrece talleres socioeducativos a padres y estudiantes.

“Entre abril y mayo ella brindó talleres a las familias para aprender a manejar crisis o para estar alerta ante conductas de alto riesgo”, enumera González algunas intervenciones. “Eran en vivo y luego se hacían pruebas al culminar cada taller. Esas respuestas nos ayudan a nosotros para reforzar la enseñanza musical con los valores que se necesiten destacar. En nuestro programa la música va a la par con el desarrollo social de los estudiantes”.


Las prácticas continuaron de cara a la presentación individual en formato
remoto. Foto / Suministrada


Ya el Conservatorio de Música determinó que ofrecerá sus clases de manera virtual a partir de agosto. Música 100 x 35 no le teme a un año escolar virtual, ya quedó demostrado el poder de la música en cualquier circunstancia.

“La música te cambia la manera de pensar, de hablar, sus valores te transforman y desarrolla muchas otras áreas del estudiante. Todas las comunidades tienen derecho a exponerse a estos beneficios y esa es nuestra responsabilidad”, culmina González.

Fotos: Suministradas

 

 

 

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