Conoce la labor de esta organización que al momento mantiene su programa de Compras solidarias en el casco urbano de Caguas.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Giovanni Roberto Cáez entrega una de las compras siguiendo el sistema de turnos
por hora que evita la aglomeración de personas.

Guiadas estrictamente por la hora que se le asignó, personas de distintas edades se acercan al estacionamiento del futuro Centro de Apoyo Mutuo en Caguas, edificio situado en la calle Vizcarrondo del casco urbano cagüeño. A partir de las 10:30 a.m. comienza la entrega de compras solidarias, una de las iniciativas de la organización Comedores Sociales de Puerto Rico, que cuenta con Giovanni Roberto Cáez como uno de sus gestores.

Desde temprano, voluntarios traen los alimentos -no perecederos y locales- para organizar las bolsas de compra que serán entregadas. Antes de eso, las personas necesitadas se comunicaron con la organización y se le realizó una entrevista para determinar su nivel de necesidad y conocer el núcleo familiar. Al recoger la compra deben presentar una identificación que valide sus datos.

“Las personas que se acercan a buscar comida también buscan respeto, dignidad, alguien que los escuche”, afirma Roberto a Oenegé.

“Con las compras solidarias, la gran mayoría son mayores de 45 años -entre un 60 a 70% de las personas- son adultos en edad productiva con algún dependiente y están buscando alimentos para ellos y para las personas en su núcleo familiar”, describe.

Este es el único programa que al momento la organización mantiene activo durante la pandemia. Todos sus esfuerzos están dirigidos a habilitar la deteriorada estructura que albergará el Centro de Apoyo Mutuo de Caguas, que acondicionan, mayormente, con donaciones privadas. De igual manera, opera la iniciativa de compras solidarias.

“Empezamos en el 2017, después del huracán María, y las posibilidades se abren cuando estamos en medio del trabajo de emergencia porque estamos buscando que tenga un mayor equipo y alcance. En ese sentido, estamos trabajando el voluntariado y buscando los recursos para terminar su reconstrucción”, dice sobre el espacio que cuenta con 2,400 pies cuadrados.

Las ambiciones con el espacio son muchas: cocinar, servir, almacenar comida.

“Y ser un espacio multiuso que tenga desde la sala de reuniones hasta un salón de juegos”, comenta Roberto. “La verdad es que la mayoría de los recursos de dinero que están llegando son personas individuales que donan a través del ATH móvil. Nosotros aprovechamos bien lo que llega para adelantar el proyecto en su complejidad. A veces recibimos de una organización en Boston, de donantes individuales y de nuestros propios esfuerzos con la Cocina Rebelde”.

“… cuando uno tiene éxito combatiendo el hambre pues el proyecto crece”.

Pero la Cocina Rebelde, una cafetería ubicada en la avenida Gándara, cerca de la University High School (UHS) y de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras, está cerrada a causa del coronavirus.

LOS INICIOS

La UPR ha servido de espacio experimental para Roberto. Oriundo de Caguas, en el 2012 el líder comenzó a “jugar con la idea” de enfrentar el tema del hambre en la isla. “Y ya en el 2013 se hizo realidad el empezar a trabajar algo con la comida. La verdad es que fue bien instintivo, tampoco es que había un plan o un proyecto como el que tenemos ahora”, dice.

Lo que surgió en aquel momento fue el Comedor Social Universitario, donde de lunes a jueves servían 120 platos diarios.

“Se hizo claro que se podían hacer otras cosas, que la crisis iba a empeorar y yo no quería seguir trabajando en el sitio donde estaba así que me aventuré a intentar sobrevivir y en el proceso descubrí que la comida era algo mucho más importante de lo que yo estaba viendo. ¿Por qué? Porque había mucha hambre, mucha más de la que yo esperaba, por eso tuvimos éxito, lo que yo no esperaba que fuera a pasar, y cuando uno tiene éxito combatiendo el hambre pues el proyecto crece. Empezamos con 20 ó 30 platos, era un experimento en Sociales y frente a Humanidades y después de un año me quedé con Sociales”, explica sobre las sedes de las facultades del recinto riopedrense de la UPR en las que nació la iniciativa.

Cocina Rebelde aspira a ser una marca que les permita “desarrollar el proyecto social para no pasar el problema monetario que estamos pasando ahora”.

“Seguimos siendo una organización que está casi en cero, la entrada de dinero no es algo constante. Tenemos mucha esperanza en la cafetería en Río Piedras, porque le ha ido muy bien, pero la realidad de la pandemia nos cambió el modelo. Por eso agradecemos que más gente pueda conocer el proyecto para que siga creciendo”, culmina Roberto.

Si necesitas recibir una Compra solidaria, puedes llamar a los siguientes números: 787-329-7479, 787-228-0560, 787-702-0053 o al 939-642-4602.

Para colaborar con el proyecto como voluntario o hacer donativos, comunícate al 787-384-6973.

Más información: Facebook/ Comedores Sociales de Puerto Rico

 

Fotos Javier del Valle

 

 

 

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