Con la meta de que el año escolar que comienza contemple las múltiples posibilidades y necesidades de nuestros alumnos, nueve fundaciones del país unieron esfuerzos e información para crear un plan de trabajo integral que compartieron con el Departamento de Educación.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
El tipo de regreso a clases que tendrán los estudiantes de nuestro país en tiempos de pandemia nos debe importar a todos. Y ese amplio concepto de “todos” incluye al tercer sector.
Por eso, las fundaciones Flamboyán, Titín, Segarra Boerman e hijos, Colibrí, Comunitaria, Banco Popular, Liberty, Puerto Rico Education y Filantropía Puerto Rico, entre otras, identificaron retos, evaluaron ideas y propuestas que han resultado efectivas para preparar la guía de recomendaciones Educación segura y accesible. La guía fue compartida con el Departamento de Educación, con las organizaciones sin fines de lucro que apoyan y con el público general en sus redes sociales.
El documento, que reúne consideraciones para un plan integral de cara al reinicio de las clases en Puerto Rico, comenzó a gestarse el pasado mayo y en julio fue sometido a la secretaría de Educación.
En su introducción, el documento destaca la cercanía de las organizaciones y las fundaciones con las comunidades de mayor necesidad y riesgo dentro del contexto de la pandemia, lo que ofrece una envidiable posición al “proveer perspectivas esenciales para informar y apoyar las decisiones sobre el reinicio de las clases para los estudiantes en la isla”.
“Nuestros estudiantes han vivido crisis que han impactado su progreso académico durante los pasados tres años de manera significativa, pero en comunidad y colaboración podemos asegurarnos de que este año escolar cuente”, agregan en el encabezado del plan.
Carlos Rodríguez Silvestre, director ejecutivo de Fundación Flamboyán, destaca que el plan integral incluye aspectos claves como proteger la salud y la seguridad de la comunidad, así como contemplar las necesidades académicas y socioemocionales de los estudiantes. Algunas consideraciones de inmediato estuvieron sobre la mesa en el junte entre fundaciones.
“Tuvimos muchas recomendaciones en la implementación de medidas de seguridad por el virus, mucho consenso también en involucrar el insumo de las familias y los maestros. Ha quedado bastante claro que tanto en el sistema público como en el privado no ha habido una participación de esas familias y de los maestros en lo que podría ser o no ser esta experiencia virtual”, resalta Rodríguez.
Como referencias al plan se incluyen estudios y webinars realizados por diversas organizaciones en plena pandemia para entender lo que vivimos y cómo puede enfrentarse. Pero, sobre todo, a juicio del director ejecutivo de Fundación Flamboyán, se incluyen “para elevar las voces no solamente de los maestros y de líderes escolares, sino también de las familias, para que entiendan ese contexto de las necesidades y la capacidad de poder atender esa educación virtual de los niños”.
HAY QUE HABLAR CLARO
Mucha importancia se le destina al renglón de “comunicación efectiva y transparente”.
“A las familias les hace falta información. Hay que explicarles bien qué está haciendo el sistema para atender un posible regreso presencial a clases. Si no se cuenta con su insumo, si no hay una comunicación clara, no puede haber compromiso”, subraya Rodríguez.
Además de las medidas de seguridad, el plan invita a atender a los estudiantes de manera holística, a cuidar su componente socioemocional y la seguridad alimentaria de ellos y sus familias.
Entre muchas, una preocupación destaca: que el acceso a la educación pública sea equitativo.
“Creo que hay una concepción errónea del trabajo que hacen las fundaciones en Puerto Rico y cómo pueden ayudar, en este caso, al Departamento de Educación. No podemos resolver su escasez de recursos y no queremos su dinero, lo que queremos es incidir con información en que el dinero sea mejor utilizado”. |
“El enfoque hasta ahora ha sido equipo tecnológico, conexión y capacitación para aprender a manejar la plataforma digital, pero poco se ha hablado de maneras efectivas de instruir a través de las plataformas y cómo atendemos los rezagos académicos que vienen arrastrando los estudiantes, exacerbados por los huracanes, por los terremotos, por el COVID-19 y por el cierre de escuelas que se dio también en el mismo periodo”, afirma.
Algunas de las fundaciones coautoras del documento han participado en distintas reuniones en las que ha habido representación del Departamento de Educación y de la Junta de Supervisión Fiscal, y han invitado al gobierno a crear un Task Force Educativo multisectorial que apoye la gigantesca tarea que esta administración enfrenta, al igual que el resto del mundo.
“Creo que hay una concepción errónea del trabajo que hacen las fundaciones en Puerto Rico y cómo pueden ayudar, en este caso, al Departamento de Educación. No podemos resolver su escasez de recursos y no queremos su dinero, lo que queremos es incidir con información en que el dinero sea mejor utilizado. Queremos apoyar, compartir lo que hacen las comunidades, por ejemplo, las escuelas alternativas, elevar esas voces y esas mejores prácticas de trabajo que conocemos por el trabajo que hacemos”, explica.
El grupo continuará compartiendo la información que recopilan y tocando la puerta en el Departamento de Educación. Al momento, no ha habido reacción oficial de la agencia.
“Esperamos seguir actualizando este documento vivo, pero también empujando que se escuchen más voces y que las decisiones sean mejor informadas”, culmina el director ejecutivo de Fundación Flamboyán.
Fotos / Suministradas / Fundación Flamboyán