Dónde y cómo nos necesitan nuestras comunidades son algunas de las preguntas que debes contestarte en la situación atípica que vivimos, la cual parece que se extenderá por más tiempo. Alfredo Carrasquillo, experto en desarrollo organizacional, te orienta.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
La pandemia sigue despojándole hojas a nuestro calendario. Tiempos inciertos precisan del liderato y la rapidez del tercer sector y, aunque esa ha sido la norma durante pasados eventos catastróficos vividos en el país y en medio de la crisis económica, un nuevo modo de proceder se impone en la era del COVID-19. La falta de precisión en torno al fin de esta emergencia sanitaria nos exige a todos un cambio de ruta. Eso incluye a las organizaciones sin fines de lucro.
Con Alfredo Carrasquillo, consultor en desarrollo organizacional y coach ejecutivo, conversamos sobre las cosas que debes evitar, pero más que nada, las que debes poner en práctica ya para mantener viva la conexión efectiva con tus empleados y participantes.
“Dos cosas serían las peores para hacer ahora: jugar al avestruz y meter la cabeza debajo de la tierra pensando que no pasa nada o que no hay que hacer ajustes ante esta realidad, y pensar que lo que vivimos es un asunto transitorio que ya mismo se va a acabar”, comienza alertando Carrasquillo.
La información científica y médica pronostica que, al comienzo del año 2021, todavía la pandemia será un asunto prioritario en nuestras vidas. El desarrollo y la confirmación de la efectividad de las nuevas vacunas toma tiempo y la posibilidad de recurrencia ante la enfermedad comienza a documentarse.
“Aunque se nos haga difícil, hay que reconocer que es una nueva realidad que llegó para quedarse más tiempo del que quisiéramos y que obliga a repensar las prácticas de nuestras organizaciones sin fines de lucro”, añade el mentor.
Repasemos juntos algunos aspectos que, según alerta nuestro entrevistado, llegaron para quedarse en tiempos pandémicos:
- Trabajo remoto- Lejos de ser un remedio temporero, esta práctica laboral estará con nosotros más tiempo para garantizar la salud de todos.
- Medidas para promover servicios tienen que considerar variables de modo prolongado- Cómo se dan los servicios, reorganizar los espacios dependiendo de la naturaleza de la organización y la prioridad inmensa que debe tener el desarrollo de habilidades tecnológicas de empleados y participantes, escalaron en el orden de tus prioridades.
- Procurar la conexión con todo el universo que sirves y del que te nutres- Cerrar la brecha digital en la isla también se añade a tus tareas. “Tenemos que trabajar duro para que la conectividad de todos los ciudadanos sea mejor. No puede ser que cinco personas en una familia dependan de la misma computadora, porque no es factible en esta realidad de trabajo y estudio a distancia. Las organizaciones sin fines de lucro deberán encaminar esfuerzos para que cada niño y adulto obtenga el equipo necesario porque esa será la vía para recibir los servicios y deben brindar también la educación para aprender a manejarlos”, subraya.
- Ponte las pilas con tu equipo- Asegúrate que tus empleados están bien, más allá de permitirles que se lleven a las casas las computadoras portátiles y las sillas ergonómicas que usaban en la sede de la organización. “Además de consideraciones legales y de salubridad, hay unas responsabilidades éticas que cumplir”, dice el mentor.
- Que no escapen de tu vista quienes no pueden hacer trabajo remoto- Esta situación no es similar a un post huracán en la que tarde o temprano llegará la electricidad, el agua o el internet. “Enfrentamos un escenario del cual todavía desconocemos la magnitud de su impacto económico en nuestras finanzas personales, en la isla y en el mundo. Las condiciones de vida se agravarán en varios segmentos de nuestra población. El que está en la economía informal o trabaja en la calle está más expuesto a enfermarse. ¿Cómo vamos a responderle a estas personas? ¿Quién los va a cuidar?”, cuestionó.
IMPLANTAR LO APRENDIDO

Alfredo Carrasquillo
Además de empeño, si algo tiene de sobra el tercer sector es conocimiento de las poblaciones que atiende y ahora debe depurarlo. Carrasquillo exhorta a aprender de las experiencias vividas.
“El huracán María nos dio una gran lección de humildad. Muchas organizaciones sin fines de lucro habían perdido el contacto con la realidad de sus comunidades y responder a la emergencia los confrontó con una pobreza y una necesidad más básica, y con sectores de población que no atendían y estaban en precariedad. Hay que aprender de eso y no cometer el mismo error”, dice el coach ejecutivo sobre la enajenación por exceso de trabajo.
Estar alertas significa también disponer de un inventario de necesidades específicas. “Hay que aprovechar el equipo de trabajo y los voluntarios para hacer mucha investigación de mercado y con eso me refiero a encuestas y entrevistas para saber qué está pasando con nuestra gente, cuántos desempleados hay, de qué están viviendo. La realidad de hoy es distinta y mañana será diferente”, asegura.
Una de esas realidades que ha experimentado los cambios más dramáticos es la red de apoyo de familias y trabajadores. Los abuelos, que solían cuidar los niños, integran los grupos vulnerables al nuevo coronavirus, mientras que los niños pertenecen a un segmento, por lo general asintomático y con altas probabilidades de contagiar a otros.
“Para mucha gente es posible que su red de apoyo no este ahí después de esta experiencia, por la cantidad de muertes que se vislumbran ¿Cómo vamos a responderle a esos adultos que se quedan solos? Son preguntas duras, pero hay que hacerlas porque la realidad no nos puede agarrar con los calzones abajo”, sostiene.
De igual manera, las fundaciones vienen obligadas también ha replantearse “dónde y en qué van a hacer inversión social en medio de la pandemia”.
“No pueden seguir pensando en business as usual, sino en dónde poner los apoyos, en construir apoyos con más gente y mediante esfuerzos más arriesgados”, insiste Carrasquillo e invita a revisar los proyectos que han abrazado las fundaciones Ford y Rockefeller en la pandemia.
Las posibilidades existen, solo debemos cambiar de espejuelos para verlas.
No te olvides:
- Hacer una radiografía para tener un diagnóstico claro de dónde están y las circunstancias de vida de la gente que servimos y de quienes trabajan con nosotros
- Repensar el modelo de servicios y las prioridades de tu organización ante la prolongación inevitable de la crisis
- Ejecutar partiendo de la nueva información
Fuente: Alfredo Carrasquillo
Fotos: Javier del Valle