Tras 17 años frente al Proyecto Nacer, Anayra Túa López ahora lidera el Instituto del Desarrollo de la Juventud. ¿Cuáles son sus metas?

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé

El pasado 2 de diciembre, Anayra Túa López puso un pie como directora en el Instituto de Desarrollo de la Juventud (IDJ), ubicado dentro de la sede del Boys & Girls Club en San Juan. A Túa le preceden 17 años liderando el Proyecto Nacer en Bayamón.

“Como reto nuevo me atrajo el tema de la pobreza que es de raíz e incide en tantas situaciones que tiene nuestro país y, por otro lado, la posibilidad de hacer un impacto más general a nivel de población. En Proyecto Nacer trabajamos con familias de Bayamón y áreas limítrofes, pero poder promover que haya cambios a nivel de país, junto al equipo del Instituto, eso fue lo que me voló la cabeza”, comparte Túa.

La líder siempre se ha percibido como “una promotora de cambios significativos, que hagan el bien a la mayor cantidad de personas”. “Yo soy una salubrista con los tenis puestos, ¿qué hay que hacer, voy para allá”, describe su usual acercamiento al trabajo la egresada de Walden University, donde completó su maestría y doctorado en Salud Pública, y del Recinto de Ciencias Médicas, institución en la que logró un posgrado en Investigación Traslacional.

Reformar el sistema gubernamental para atender mejor a las familias vulnerables y en pobreza en la isla es una de las prioridades del IDJ.

Ahora presentaron un Plan de 100 días para que el gobierno viabilice su propuesta de reducir la pobreza de los menores en la isla. El IDJ ha presentado planes de trabajo a 3, 5 y 10 años para lograr la meta.

“Hay cuatro áreas principales”, explica la nueva directora del IDJ como comprometer tanto al gobernador Pedro Pierluisi como a la legislatura a atender esta situación como prioridad, echar a andar el plan mediante política pública y órdenes ejecutivas, y no desperdiciar fondos federales especializados.

“Según estudios del Instituto, nosotros podemos a tres, cinco y hasta 10 años, reducir la pobreza infantil en 50% en el país y eso es con los recursos que tenemos; lo importante es priorizar”, insiste.

La política pública que impulsan, indica Túa, persigue remover barreras para que las familias puedan obtener un empleo “que les remunere suficiente para lograr su movilidad económica y que haya optimización de recursos a nivel de gobierno y agencias que permitan que eso se pueda dar en diez años”.

El constante trabajo investigativo y de medición que realizan tiene como fin “proveer medios científicos que están validados y ajustados a nuestra población en el país que realmente responden a las necesidades de las familias en pobreza”.

“Por eso compartimos la información, porque el Instituto solo no va a lograr esta meta. El Instituto es un medio y un promotor de que esto ocurra en términos de liderazgo sobre el tema”, detalla.

LA FOTO DEL SIGLO PASADO

Cuando hablábamos de pobreza en Puerto Rico, los puertorriqueños solían pensar en fotos en blanco y negro de arrabales urbanos y rurales a inicios y mediados del siglo pasado. Después del paso del huracán María, en el 2017, las postales de la carencia están por todas partes. Los terremotos y la pandemia solo recrudecieron lo que ya era máxima vulnerabilidad.

“Basta la pérdida de un empleo, un divorcio o la muerte de uno de los padres para que los nenes en el país queden en nivel de pobreza; con la pandemia lo hemos visto. Creo que hay una diferencia muy marcada en cómo percibimos la pobreza ahora porque muchas personas que podían pensar que eso les pasaba a otros han visto de primera mano que han tenido que entregar casas, que no tienen la seguridad de los alimentos, etc. Todo el mundo se está dando cuenta, y si no se están dando cuenta, están a puntito de entender que nuestro país tiene que atender este problema con prioridad”, subraya Túa.

“Mis expectativas las puedo resumir en una palabra: colaboración”.

“Ahora es un buen momento para que empiece todo el mundo a colaborar desde la base y que la familia, las comunidades, todos hablemos el mismo idioma y nos movamos para que ocurran estos cambios que son significativos y sistémicos, que van a beneficiar a la mayor parte en la isla”.

Las semanas de inmersión que lleva en IDJ le han dejado un buen sabor. “Me encanta, entro con una bola que ya ha empezado a rodar. Desde Proyecto Nacer había colaborado con el Instituto, pero estar de primera mano en momentos en que se siente que los proyectos están más cerca de darse es súper emocionante”, confiesa Túa, quien además integra la junta directiva del Child Welfare League of America.

“Mis expectativas las puedo resumir en una palabra: colaboración. Fomentar esa colaboración a múltiples niveles para que la agenda se pueda mover y pueda realizarse; impactar desde el gobierno estatal y los congresistas hasta las familias que viven en Aguas Buenas”, culmina.

Conoce más sobre el IDJ accediendo a: juventudpr.org.

Foto / Suministrada

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