La fisonomía no es determinante entre los bailarines de la Escuela Mayagüezana de Ballet y Artes Escénicas Eugenio María de Hostos. Conoce su filosofía. 

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Alumnos de dos años en adelante pueden aprovechar las lecciones de baile que se ofrecen
al terminar la jornada escolar. Foto / Suministrada

Tener empeño y ganas son los requisitos de la Escuela Mayagüezana de Ballet y Artes Escénicas Eugenio María de Hostos para reclutar nuevos alumnos.

La escuela ubicada en los bajos del Antiguo Casino de Mayagüez lleva cuatro años enseñando técnicas de baile a 80 participantes entre las edades de 2 años hasta adultos mayores. Siete profesores certificados en baile se ocupan de ofrecer las clases de lunes a viernes, en horario de 4:00 a 9:00 p.m., y los sábados de 9:00 a.m. a 3:00 p.m.

“Somos una organización dedicada a promover el arte y la cultura, a difundirla y buscamos ser inclusivos porque lo estético se hace muy importante y nosotros no miramos eso, miramos la pasión. Como dice nuestro slogan ‘la pasión por la danza nos conduce a la educación’ y queremos ofrecer una alternativa positiva y diferente a las comunidades para su desarrollo”, cuenta Kelvin Santiago García, director ejecutivo y fundador de la organización.

Integran además el equipo directivo Carlomar Nazario Ramos, director asociado, fundador y maestro; Solianis Pardo Ruiz, administradora; y Wanda Santiago Estrada, presidenta de la Junta.

“Miramos la pasión” resulta un pronunciamiento sorprendente para esta compañía de baile en tiempos en que la imagen lo es todo.

“No tenemos un estereotipo para seleccionar a los bailarines, le damos la oportunidad a todos y creemos que todos tienen una capacidad. A través de la historia hemos visto que, para tú ser un bailarín de ballet, estéticamente tienes que ser esbelto, delgado, debes tener unas condiciones físicas bien diferentes a las de una persona que es obesa y tiene otro estilo de vida. Nosotros les ofrecemos una oportunidad tanto a la persona que es delgada como a la que es obesa para que pueda desarrollarse”, explica Santiago.

“Hace poco tuvimos nuestro ‘Cascanueces’ y había bailarines de todas las tallas y muchas niñas de diferentes niveles que pudieron expresarse y lucir dentro del nivel que están y dentro de la condición física de cada uno”, describe la presentación navideña.

En la Escuela Mayagüezana se rigen por la rigurosa técnica cubana de ballet y cuentan con Iván Monreal Alonso, nieto de la prima ballerina absoluta Alicia Alonso, como mentor y asesor artístico. “Él viene cada dos años a trabajar con nosotros”, resalta Santiago sobre el coreógrafo.

El cuerpo docente cuenta con maestros jóvenes y veteranos como la reconocida bailarina boricua Mumy Badrenas, hermana de la afamada coreógrafa Nana Badrenas e hija de Mary Medina, una de las bailarinas fundadoras de la compañía Ballets de San Juan. Todas han sido propulsoras del desarrollo del ballet en la zona oeste de la isla.

TEATRO MUSICAL: PRÓXIMA META

La Escuela Mayagüezana no ha olvidado que en su nombre incluyen el término “artes escénicas”. La meta es poder ofrecer teatro musical a sus estudiantes.

“Es lo próximo porque nuestra visión como organización es hacer musicales, que de aquí a cinco años podamos ofrecer también teatro, música y canto, aunque el fuerte ahora mismo es la danza”, señala.

En su sede en el casco urbano mayagüezano disponen de tres salones y ya identificaron una escuela en desuso en la Sultana del Oeste que podría albergarlos.

“Hemos sometido cinco propuestas y todavía no se nos ha otorgado, pero estamos en esa tarea de encontrar un espacio para poder ampliar nuestros servicios. Somos una organización sin fines de lucro, hay unos servicios para los que se pide una cuota para seguir dándolos, son precios cómodos para las comunidades. Para quienes no tengan recursos económicos, tenemos el programa de becas ‘Adopta un bailarín’”, explica Santiago.

“La satisfacción de los que hacemos este tipo de trabajo es el bien de la comunidad, de esos jóvenes sin los recursos o las herramientas que ofrecemos”.

Los alumnos provienen de Mayagüez y pueblos limítrofes como San Germán, Hormigueros, San Sebastián, Isabela, Aguada y Añasco, entre otros de la zona conocida como Porta del Sol. Sus programas contemplan también a personas de la tercera edad, como ‘Ballet Oro’, para exaltar los beneficios que el baile ofrece.

De igual manera, brindan tutorías e internet libre de costo en su sede para que los alumnos puedan cumplir con sus compromisos académicos.

Con orgullo destacan las oportunidades que han propiciado para alumnos destacados, como es el caso de Joshuan Vázquez, quien estudia en la Cátedra Alicia Alonso en Madrid, España, y se gradúa este año. Tiene 22 años.

“Joshuan empezó conmigo desde que tenía 8 años en un proyecto comunitario”, recuerda Santiago quien trabaja con las comunidades desde el año 2000.


Durante la temporada navideña presentaron el clásico de la época,
"El Cascanueces". Foto / Suministrada

“El solo hecho de entender que nosotros podemos alcanzar oportunidades para jóvenes que nunca las habían tenido, eso impacta nuestro corazón. La satisfacción de los que hacemos este tipo de trabajo es el bien de la comunidad, de esos jóvenes sin los recursos o las herramientas que ofrecemos”, añade el líder de la compañía sobre la labor comunitaria.

“Esta es una inversión de dinero y de tiempo para poder darle a estos niños, jóvenes y adultos una oportunidad. Muchas veces el sistema cree que es un gasto, pero no lo es porque a la hora de la verdad, si siguen la vida que tenían probablemente tendríamos que invertir más en sicólogos, en tutores, en medicamentos, en doctores que ahora no usamos porque logramos que tuvieran alternativas para salir de ese círculo que en algún momento podría afectarlos”.

La Escuela Mayagüezana participó de la competencia empresarial EnterPRize 2021 de Grupo Guayacán, en el renglón de Arte y Cultura. “Sabíamos que era una oportunidad de crecer, aunque sería mucho trabajo, y la aprovechamos. Cumplimos cinco años en octubre, esta es una organización joven, pero con muchas ganas de seguir creciendo”, culmina Santiago.

Atentos a los frutos del nuevo paradigma en las artes que se cocina en la Sultana del Oeste.

Fotos / Suministradas

 

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