Esta joven compañía teatral cruzó el umbral hacia el mundo profesional y da sus primeros pasos adoptando una mentalidad empresarial.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Vistazo exterior a parte de la producción "Así no era".

Cuando el telón bajó para ellos luego de la puesta en escena “Los nietos”, presentada como parte del Festival de Teatro Puertorriqueño del Instituto de Cultura Puertorriqueña en el 2019, se despidieron entre lágrimas. No sabían en ese momento que la compañía que comenzaron como un laboratorio en el 2014 durante sus años en el recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico, seguiría creciendo hasta convertirse en un proyecto cultural profesional.

Se llama La Bicicleta y es una compañía teatral que crea contenidos en conjunto y aprovechando sesiones de improvisación.

“La Bicicleta es creación teatral que se basa en la metodología de dramaturgia actoral, esto quiere decir que las piezas son creadas con ejercicios colectivos; todas nuestras piezas son completamente originales”, describe Melissa Orsini, integrante de la compañía que además cuenta con la dirección del profesor Heriberto Feliciano y que tiene entre sus miembros activos a Noelia Loiz, Deddie Almodóvar y Yan Carlos Ramos.

A la distancia colaboran Jafet Ortiz, Janilka Romero e Ian Robles, quienes culminan sus maestrías en el exterior.

“La mayoría de las compañías escogen una pieza que ya fue escrita y tienen una figura del director que es quien monta toda la pieza. En nuestro caso, nosotros partimos por lo general de improvisaciones y jugamos tejiendo la historia de manera colectiva”.

Juego en el buen sentido de la palabra, porque cada actor está incorporando algo. “Si nosotros incorporamos distintas técnicas partimos de improvisaciones; desde el cuerpo en algunos momentos o a través del diálogo. Hacemos ejercicios de escritura y así todes vamos proponiendo personajes, creamos cómo se van dando esas relaciones hasta que se crea una historia. De esa manera el proceso es bastante colaborativo, lo que lo saca de lo que es el teatro tradicional como lo conocemos”, indica Orsini.

En su periodo universitario, la compañía creció bajo la guía del profesor de la UPR, Heriberto Feliciano, quien reconoció el deseo de los entonces estudiantes de explorar fuera de la academia y hasta se ha mantenido con ellos.


Integrantes de La Bicicleta.

“En ese momento el trabajo se hacía más similar al teatro callejero, eran piezas movibles que se pudiese montar el escenario en el momento y hacer un happening para que las personas pudieran ver las obras. Eran en la universidad o como preámbulo a otras piezas que se estuviesen presentando mientras la gente estuviese en las filas, por ejemplo. Llevamos una pieza a España, a la Universidad de Murcia y a la Complutense. Luego en el 2018 nos incorporamos de manera oficial como una compañía de teatro profesional”.

En el 2019 también realizaron una residencia artística en :Pública Espacio, organización ganadora del Premio de Arte y Cultura en la competencia empresarial EnterPRize 2019 de Grupo Guayacán, y disfrutaron de un mes de adiestramiento en técnicas teatrales en Casa Mala Yerba en Ecuador. Entonces llegó la pandemia.

EN LA OLA VIRTUAL

“Nos acogimos a la modalidad virtual, no nos quedó remedio, y se dieron estos espacios de creación que nos inspiraron a tener otras alternativas como es tener nuestras piezas documentadas y accesibles. Hicimos una que fue parte del Festival, fue híbrida y las personas que se dieron cita a la presentación en vivo también tuvieron la opción de ver otros momentos específicos que se diseñaron para la cámara a través de la plataforma Zoom. Se dieron estos dos puntos de conversación a la par y esto ha atraído mucho porque nos dio la oportunidad de experimentar y de tener otra visión cinematográfica dentro de lo que es el teatro. Creo que ahora las oportunidades son infinitas”, sostiene.

La transición de los sueños estudiantiles a un mundo real marcado por la pandemia no los ha amilanado.


Collage de algunas producciones de la compañía.

“Lo más importante ha sido reconfirmar por qué hacemos este trabajo. Cuando se dio la pandemia, nosotres no sabíamos si íbamos a crear algo, si íbamos a meternos en esta ola de la virtualidad. Empezamos a reunirnos por Zoom, a manera de mantener comunicación y explorando y haciendo ejercicios. Tuvimos una temporada de talleres que nos dimos entre nosotros compartiendo conocimiento y a la vez explorando unas plataformas, y de esos ejercicios fueron surgiendo inquietudes y decidimos ‘ok, vamos a ver qué sale’ porque claramente teníamos algo que decir. La Bicicleta ha servido como espacio para expresarnos a través del oficio”.

Ese trabajo fue seleccionado para figurar en otra edición del Festival de Teatro Puertorriqueño del ICP.

“Gracias a eso pudimos hacerlo porque siempre hemos luchado con conseguir los fondos para poder producir”, dice y recuerda que vendieron pizza, café, libros y ropa para costear el viaje a España.

“…creamos improvisando; ponernos el reto es una manera de seguir manteniendo esa picardía que da el teatro, tenerla viva”.

Adoptar una mentalidad empresarial fue la lección aprendida en EnterPRize, competencia en la que participaron en el 2021. “Lo mejor que nos dio fue organización, una visión muchísimo más clara para tener todo al día para poder ejecutar. Antes de eso no teníamos ningún conocimiento de cómo administrar una compañía”.

Ahora culminan los aspectos legales requeridos para poder operar y solicitar las debidas exenciones contributivas y se proponen seguir alimentando a la comunidad que ya han establecido. De ahí surge el “12 hour challenge” que les permitirá llegar a lugares y personas que se conviertan en anfitriones de sus espectáculos mientras ellos crean un trabajo nuevo.

“También nos sirve para la práctica, porque creamos improvisando; ponernos el reto es una manera de seguir manteniendo esa picardía que da el teatro, tenerla viva”, culmina Orsini entusiasmada.

Donde hay reto hay posibilidad; rueda La Bicicleta.

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