Proyectos de sustentabilidad agrícola, alimentaria y en la construcción sientan la pauta de esta organización. Conoce sus tareas.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
Como los diligentes trabajadores de la tierra que son, el equipo de la organización Plenitud PR ha desarrollado la paciencia para esperar a que los frutos germinen y por los cambios que buscan propiciar entre la población que sirven en Las Marías. La calma sienta la pauta en las 15 cuerdas que acogen la labor de la organización en el barrio Alto Sano de dicho pueblo. A donde se escape tu mirada, se topará con un exuberante paisaje verde repleto de posibilidades para ojos alertas.
“Nuestros tres pilares son el servicio, la sustentabilidad y la comunidad. Nos dedicamos a compartir destrezas en agroecología, agricultura, bioconstrucción y recogido de agua de lluvia, esos son nuestros programas más técnicos. También, tenemos otros más sociales como “Amo a mi Abu” en el que apoyamos a nuestras personas vulnerables envejecientes, y a la niñez y a la juventud en “Crezco en Plenitud”, que es un programa de educación holística y provee oportunidades extracurriculares de agricultura, ecología, cocina natural, salud y bienestar”, explica Paula Paoli Garrido, codirectora junto a Owen Ingley de la organización que nació en el 2008.
Las Marías no fue su casa inicial. Un grupo de egresados boricuas de la Universidad de Florida, decidió regresar a la isla y poner en práctica sus ideas para vivir en armonía con la naturaleza. Comenzaron su labor en una finca en Morovis que fungió de base para crear jardines urbanos y comunitarios alrededor de Puerto Rico. Las alianzas fueron el cimiento para el crecimiento de Plenitud PR y en el 2011 llegó a Las Marías, donde establecieron la base de su Centro de Sustentabilidad Vivencial.
Unos 50 voluntarios conforman la red que permite maximizar el alcance de la Finca Plenitud, la cocina, eventos y proyectos comunitarios, así como la agricultura sustentable. Cultivan ¼ de cuerda de terreno donde entrenan a futuros agricultores.
“El equipo de servicio aquí somos como 30. Esta comunidad es súper rural, aislada y muchos de los recursos no llegan y nosotros llenamos un nicho de educación holística para la niñez, cosas tan sencillas como proveer la seguridad alimentaria en la región; a pesar de que es agrícola y hay monocultivos de café y chinas. Ahora mismo estamos alimentando más de 92 familias con lo que cosechamos y apoyamos agricultores con herramientas. Colaboramos mucho con la Universidad de Puerto Rico ofreciendo internados a los estudiantes y tenemos un impacto directo ayudando a que la comunidad sea más sustentable”, explica Paoli.
Se refiere al centro comunitario que gracias al apoyo de varias fundaciones está equipado para manejar emergencias, a la energía solar y al agua de lluvia que utilizan, y a la cocina comunitaria equipada para servir 1,000 plantos de comida al día si fuera necesario.
“Gracias a las alianzas hemos podido estar preparados para cualquier emergencia”, afirma Paoli.
Pablo Andrés Figueroa Rosario estudia en el programa de Horticultura, de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez y se unió a Plenitud PR “porque amo la agricultura y es mi propósito de vida”. Allí produce hortalizas frutales y se interesa por el desarrollo de bosques comestibles y frutales.
“Desde que comencé mis estudios en el recinto, estudiante del cambio climático, quise ver de qué forma podía impactar la situación. Durante el COVID empecé a sembrar porque sentí que era una de las formas más inmediatas que podía actuar y en ese viaje me interesó cómo podíamos producir alimentos que no impacten negativamente el clima y nuestra salud. En esa investigación llegué a Plenitud. Mi parte favorita del trabajo es ese contacto con la tierra, esa vida en el suelo”, menciona Figueroa y subraya su admiración por “el diseño maestro que existe en la naturaleza”, el cual busca replicar “para que nos beneficie”.
AGRICULTURA SÍ, PERO ¿CUÁL?
Rebeka Sánchez Cruz, directora del programa de Agricultura, destacó que en la organización favorecen prácticas de permacultura y agroecología.
“Son dos escuelas de pensamiento que utilizan el modelo natural como guía para desarrollar nuestras siembras de una manera sustentable. Cuando los participantes de nuestros cursos vienen a la finca por primera vez, muchas veces no han visto cómo crecen muchos cultivos que ellos consumen en su día a día y siempre están bien emocionadas cuando logran cosechar después de tres meses su repollo, su cilantrillo, sus tomates y se los comen en su casa y dicen ‘wao, esto no sabe a nada de lo que yo pruebo cuando compro en el supermercado’”, relata Sánchez.
Luego de procesos de mentoría y cursos, múltiples participantes se aventuran con proyectos que van desde los huertos caseros hasta las siembras comerciales. “Se dan cuenta de que no está tan lejano el poder uno sembrar y cosechar cantidades grandes dentro de espacios pequeños y poder alimentar a su núcleo familiar y luego hasta participar en los mercados. Con la comunidad que servimos en Las Marías y en Puerto Rico, nosotros estamos reaprendiendo a comer”, dice Sánchez aludiendo al dominio de productos enlatados y procesados.
“¿Qué es eso? ¿Cómo se cocina? ¡Wao, tienes acelgas, no las he visto en años en Puerto Rico!”, son algunos de los comentarios que reciben y evidencian la desconexión de los boricuas con la tierra. “Estamos educándonos en conjunto con ellos para que volvamos a consumir lo que estamos produciendo en la tierra”, afirma Sánchez quien confiesa que se interesó por la agricultura ante la realidad de que en la isla “casi todo se importa”.
En Plenitud PR, finca y cocina trabajan de la mano y se vive “una soberanía alimentaria que puede ocurrir en Puerto Rico”. “Queremos que esto se siga regando a través de todo el archipiélago y que podamos tener esa vida saludable, sustentable, en armonía con la naturaleza y en comunidad”, dice Sánchez esperanzada.
Infórmate sobre los servicios de la organización en su página https://es.plenitudpr.org o en Facebook, PlenitudPR.
Fotos y vídeo: Javier del Valle
Plenitud PR y Las Marías
- 82% de la niñez y la juventud participante vive bajo niveles de pobreza
- 61% es el nivel de pobreza promedio en la región de Las Marías y pueblos limítrofes
- 51% de los hogares con menores que sirven, uno o ambos padres están sin empleo.
Fuente: Plenitud PR