Durante el panel “Fundaciones: el futuro del tercer sector”, directivos describieron la relación ideal que deben cultivar con las organizaciones para fortalecer el tercer sector.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Laura López, directora ejecutiva de la Fundación Ángel Ramos. Foto / Javier del Valle

Los retos no faltarán, pero la sintonía entre los componentes del tercer sector debe fortalecer su labor en la isla. En esto coincidieron directivos de fundaciones veteranas en el país durante el panel, “Fundaciones: el futuro del tercer sector”, que tuvo lugar durante la primera edición del Asesores Financieros Comunitarios Summit que se celebró el pasado viernes en el Hotel Verdanza de Isla Verde.

Participaron líderes como Laura López, directora ejecutiva de la Fundación Ángel Ramos; Beatriz Polhamus, gerente de la división de impacto social de Banco Popular de Puerto Rico; Samuel González Cardona, presidente de United Way Puerto Rico; Yadira Valdivia Guevara, directora ejecutiva de Liberty Foundation; Sofía Martínez, directora ejecutiva de Titín Foundation; y Jon Borschow, presidente de Foundation for Puerto Rico.


Beatriz Polhamus, directora ejecutiva de la Fundación Banco Popular. Foto / Javier del Valle

Durante la primera parte del panel moderado por el CPA, Rafael Del Valle, y la periodista Nadesha Karina González, cada líder explicó la misión de la fundación que dirige, sus prioridades y cómo han cambiado. Luego se concentraron en el futuro inmediato.

Laura López, directora ejecutiva de la Fundación Ángel Ramos, resaltó el interés en continuar trabajando con la educación temprana y el cambio de enfoque en su misión filantrópica para promover la movilidad social y el desarrollo máximo de los participantes en las organizaciones cuya obra apoyan.

“Los huracanes marcaron un antes y un después, llevamos cinco años de llover sin escampar. El sector ha desarrollado una capacidad impresionante de resiliencia sin haberla planificado, que tiene unas connotaciones distintas porque nos obligó a lanzarnos a las comunidades a dar servicio inmediato. Ese mismo movimiento nos obligó a identificar cómo habían cambiado esas comunidades y cómo teníamos que adaptar y cambiar los servicios. Hay una paradoja muy interesante porque esa resiliencia permitió a las organizaciones hacer ajustes para dar lo que las comunidades estaban necesitando. La pandemia trajo un escenario distinto porque nos encierra y nos lleva a atender con mecanismos para los que no estábamos preparados, que es la tecnología. Me quito el sombrero ante las organizaciones que han demostrado una capacidad extraordinaria que hay que continuar desarrollándola, atemperándola, creciéndola y en la Fundación Ángel Ramos lo estamos atendiendo”, afirmó López.


Yadira Valdivia, directora ejecutiva de Liberty Foundation. Foto / Javier del Valle

“El tercer sector ha hecho la diferencia, sacó este país adelante y estamos orgullosos de trabajar con ellos”, indicó, de otra parte, Yadira Valdivia, de Liberty Foundation, quien destacó el interés en la educación pública y en la prevención de violencia de género.

Exhortó a las organizaciones a no considerar las fundaciones “como fuentes de ingresos”. “Somos socios en la misión de ustedes, aliados en causas particulares y eso va más allá de un donativo, eso significa que nos involucremos en actividades. Para mí es importante esa relación de aliados y la transparencia, mantener la casa en orden todo el tiempo”, dijo Valdivia.

Poco después Sofía Martínez, de Titín Foundation, destacó que uno de los objetivos que trabajan es la capacitación de las organizaciones para que alcancen su óptimo desempeño.


Al centro, Sofía Martínez, directora ejecutiva de Titín Foundation. Foto / Javier del Valle

“Desde la experiencia de María ha habido muchos cambios que han marcado un antes y un después y ha sido a través de las organizaciones sin fines de lucro -y su respuesta inmediata en todas estas necesidades y los problemas que trajeron-, lo que provocó la validación de su trabajo”, dijo Martínez quien las definió como la primera línea de batalla en las emergencias y exhortó a robustecerlas “para que tengan su propia fuerza”.

“Nosotros tenemos que responderles a ustedes que llevan a cabo ese trabajo, no tienen que seguir mendigando fondos, es parte de nosotros validarlas y que ustedes llevan a cabo el trabajo con la seguridad que ofrecen”, mencionó Martínez e instó a las organizaciones a perseguir la diversificación, la profesionalización, a buscar fuentes de ingreso y a que “entre ellas sean unidades de negocios”.

FLEXIBILIDAD Y ROLES DIVERSOS


Jon Borschow, fundador de Foundation for Puerto Rico. Foto / Javier del Valle

Jon Borschow, de Foundation for Puerto Rico, recalcó su meta de “desatar la posibilidad de crecimiento de Puerto Rico en la economía mundial”, sin limitarse a las industrias turísticas, y resaltó la oportunidad de integrar el concepto de tecnología e intercambio de conocimiento con las organizaciones no gubernamentales.

“El tercer sector es crucial, sin él no se puede. Todos tenemos que aprender a colaborar y alinearnos alrededor de una visión, tenemos que empezar a tener temas en común, no es posible lanzarnos a hacerlo todo”, alertó Borschow quien recomendó ser “más flexibles, más ágiles y asumir roles variables”. “Las ideas pueden llevarnos hacia adelante”, agregó.

De otra parte, Beatriz Polhamus, de Fundación Banco Popular, insistió en las transformaciones que logran las comunidades “cuando se les apoya en metas que ellas identifican como prioritarias”.

“…si el rol de las juntas de directores ha sido importante, hoy es más importante que nunca y va más allá de que revisen el plan estratégico porque son sumamente complejos los desafíos que enfrentan”.

“Ahora trabajamos en cómo seguir fomentando que esos proyectos que por tantos años hemos financiado se puedan llevar a mayor escala y puedan impactar a más personas. El banco ha realizado una inversión contundente en organizaciones enfocadas en el ambiente y en la aceleración de negocios en Puerto Rico, para establecer una zapata que permita evolucionar el empresarismo. El nuevo ‘gap’ está en esos negocios que se han creado en los últimos diez años, que están buscando expandir y buscan capacidad para seguir creciendo y ayudar al progreso económico de Puerto Rico”, destacó Polhamus.

Para Samuel González, de United Way Puerto Rico, el próximo paso para el tercer sector debe ser “la flexibilización”.

“Hemos demostrado muchísimo, colaboramos, hacemos mucho con poco, que nos dan menos y hacemos más, pero si de algún modo el gobierno se une a nosotros, podemos hacer mucho más”, manifestó.


Samuel González, presidente de United Way de Puerto Rico. Foto / Javier del Valle

El director de United Way en la isla también alertó sobre un desafío que no cede. “Enfrentamos una amenaza que es mayor que los terremotos, los huracanes y el COVID y es la inflación. Los que vivimos de peseta en peseta veo la situación difícil porque la inflación la hemos vivido aquí, en Estados Unidos y es algo mundial, nos está afectando a todos. Estamos haciendo muchísimo más con muchísimo menos, si sigue como va, aconsejo que tengamos plan A, B, C, D y F; no nos quedemos pensando en los mismos colaboradores, busquemos fuentes alternas, otras maneras, estemos al día con las actividades de recaudación, ir a redes sociales. Preparémonos porque esto parece que va para largo”, recomendó.

Para finalizar López, de Fundación Ángel Ramos, recordó que ante los múltiples cambios que vivimos, “si el rol de las juntas de directores ha sido importante, hoy es más importante que nunca y va más allá de que revisen el plan estratégico porque son sumamente complejos los desafíos que enfrentan”, sostuvo.

Ante las variantes demográficas en nuestra población, opina que se convierte en un requisito “trabajar con planes de sucesiones” en el tercer sector.

“Hay muchas organizaciones emergentes, lo que es bueno, y debe haber un intercambio entre esa camada y los líderes que crearon lo que hoy conocemos como el tercer sector en Puerto Rico”, acabó López.

Fotos / Javier del Valle

Web Analytics