Jun Martínez y Ana Teresa Toro exploraron los diversos significados que proponen las flores, en un conversatorio por la exposición “Esto también permanece”.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
Las flores, con toda su belleza y exuberancia, fueron la excusa ideal para reunir al artista Jun Martínez y a la escritora, Ana Teresa Toro, en un sugerente diálogo con motivo de la exposición “Esto también permanece”, que entró en su semana final en la Sala de Exposición de Arte Ángel Ramos (SalaFAR). La próxima exposición que, en esta ocasión será del artista Julio Lugo Rivas, estará abierta al público desde el 23 de febrero.
Ante una veintena de asistentes, el pasado 9 de febrero el pintor contrastó sus motivaciones para pintar flores y las sensaciones que buscaba provocar en sus lienzos, con los textos de Toro en su poemario “Flora animal”.
Al hablar sobre las flores, Martínez resaltó “cómo este elemento pasajero puede servirnos como una señal que nos apunta a cosas que de repente nos parecen permanentes”.
“La belleza, el amor, la memoria también, hay distintas maneras que le dan un sentido a las flores y la relacionamos con nuestra experiencia que son cosas que permanecen, cosas que vienen antes de nosotros y que siguen después de nosotros. También de ahí viene el título de la exposición, de notar esa identificación y esa pregunta que también surge de dónde viene este sentido, de que algo queda, algo dura. Yo mismo me voy de este plano en algún punto, pero hay un sentimiento de que algo permanece y a mí las flores me enseñaron eso”, expresó el artista plástico.
Por su parte la escritora destacó la fuerte presencia de las flores en las expresiones culturales isleñas. “Las flores están para los nacimientos, las flores están para los matrimonios, las flores están para los días especiales y para el romance, las flores están para la muerte, para embellecer espacios, para ocupar y desocupar espacios, las flores son hasta gestos políticos, ya hablaremos de los cerezos que inspiran el poema sobre el tema. Son parte de una gestión política porque la belleza sigue teniendo un valor en la sociedad más allá de la sorpresa, del asombro y lo que nos provocan”, declaró Toro.
El ser humano “persigue desesperadamente” la belleza, destaca la autora y periodista, y esa búsqueda va desde cortar una flor hasta procurarse vivencias estéticamente atractivas.
“Buscamos la belleza del sabor, una experiencia estética humana que nos haga sentir que somos otra cosa que la carne y en el caso de las flores, en el caso de permanecer, cuando las cortamos nos recuerdan nuestro destino inevitable que lo único constante y permanente es que no lo es. Cada vez que miramos las flores, inevitablemente nos enfrentamos a esa encrucijada y no podemos escapar; quizás es la única cosa que permanece”, dijo Toro en una de las múltiples expresiones intercambiadas por ambos creadores durante el evento.
OTRA VEZ PRESENCIAL
“Esto también permanece” es la primera exhibición que retoma el calendario de eventos presenciales en SalaFAR, incluidas sus actividades educativas. Antes del conversatorio con Toro, el artista plástico ofreció el pasado 4 de febrero un recorrido guiado por la exposición en el que integró a Sofía Cáceres y a Amaury Ortiz, propietarios de la Finca De Rústica, situada en Naguabo. Martínez dejó su taller ubicado en el Proyecto Casitas de Artistas Residentes del Municipio de Bayamón para trabajar allí al aire libre.
“Desde que comencé a pintar, mi práctica se organiza en ciclos de pintar afuera en bosques o en fincas, como una de flores de unos amigos en Naguabo. Después de los huracanes el paisaje cambió y hace como un año que estoy pintando con las fotos que tomaba. La naturaleza ofrece espacios para tener reflexiones y mis pinturas son eso; esta exposición en SalaFAR es una de tantas reflexiones que llevo haciendo en los últimos dos años”, explicó Martínez antes de la apertura de la muestra.
Para más información sobre SalaFAR, llama al 787/763-3530.
Fotos y vídeo / Javier del Valle