La Red por los Derechos de los Niños y Jóvenes de Puerto Rico fortaleció su estructura operativa y maximizó sus servicios gracias a sus fieles voluntarios.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Grupo de empleados de Banco Popular de Puerto Rico rehabilita residencia que la Red por
los Derechos de la Niñez y la Juventud en Puerto Rico utilizará para asistir
a sus participantes. Foto / Suministrada

Cuando pasó el huracán María, no éramos la organización que somos ahora”, acepta Marcos Santana Andújar, fundador y presidente de la Red por los Derechos de los Niños y Jóvenes de Puerto Rico, activa en 32 municipios del país.

No sólo se refiere al número de empleados, sino también a la diversificación de servicios y al fortalecimiento de su estructura que experimentó la organización sin fines de lucro fundada en el 2013, con miras a adelantar el cambio sistémico para erradicar la violencia al agrupar albergues, activistas individuales y voluntarios. El denominador común para lograrlo han sido sus voluntarios.

“Gran parte de nuestra respuesta a la emergencia la logramos con la labor de nuestros voluntarios y voluntarias, así empezamos la recuperación de los albergues. Esa primera etapa fue directamente con manos voluntarias porque nosotros éramos muy pocos. Ese llamado a la acción a la gente, posterior al huracán María, fue bien poderoso porque muchos de nosotros —que pasamos el huracán en albergues— estábamos agotados. Se hizo un llamado por los medios de comunicación disponibles, pero lo más que funcionó fue el boca a boca y mucha gente empezó a registrarse como voluntaria”, explica.

Santana rememora que los primeros voluntarios fueron organizados en la sede de la Fundación Banco Popular en Hato Rey, para realizar tareas de entrega de suministros.

“Después empezamos a entender la importancia del voluntario más especializado, conseguimos gente que nos ayudaba identificar fondos en la diáspora, a escribir solicitudes de fondos de emergencia, a articular un mensaje; gente que nos conectó con periodistas de afuera, todo eso se hizo con recursos voluntarios. De hecho, muchos de nosotros no cobrábamos porque la Red tenía muy pocos recursos económicos así que teníamos trabajos en albergues”, señala Santana.

Ese proceso de recuperación exitoso fue documentado en la “Guía para la Protección de los Derechos de los Niños en Desastres Naturales”, la cual fue lanzada libre de costo en el 2018 y actualizada en el 2020 tras la pandemia por COVID-19.

Astrid Morales, consultora y gestora de Ciudadanía Activa de la Fundación Ángel Ramos (FAR), observa que el contexto que ofreció el huracán María a la Red, “fue la pieza catalítica para el crecimiento y el desarrollo exponencial que tuvo esa organización”. “Eran bien poquitos empleados y las necesidades de los albergues de menores eran tantas, que la única manera de atenderlas era convocando voluntarios. Ese voluntariado le dio visibilidad a la organización y lo pudieron capitalizar excelentemente bien en los medios de comunicación. No solamente permitió la continuidad de sus trabajos de recuperación, sino que además generó oportunidades de desarrollo, de alianzas, de donaciones. Gracias a esa mano voluntaria pudieron ampliar el trabajo y visibilizarlo”, destaca Morales.

LA NUEVA GUÍA DE VOLUNTARIADO DE FAR

Ya puedes acceder la recién publicada “Guía para el manejo efectivo de un programa de voluntarios en contextos de emergencia” que la Fundación Ángel Ramos (FAR) presentó a través de su iniciativa Ciudadanía Activa, en su página web (www.farpr.org). Allí encontrarás dos formatos libres de costo: libro digital para leerla y otro que te permite imprimirla. Además de la información y las recomendaciones, hallarás ejercicios de aplicación en cada etapa del texto. “Al finalizarlos tendrás un plan de implementación de desarrollo de voluntariado para tu organización o comunidad”, garantiza Morales.

Para el director de la Red, la guía de FAR complementa la información sobre la protección de menores recopilada por ellos.

“Nosotros sistematizamos nuestra respuesta a la emergencia y ahora FAR presenta esa mirada de los voluntarios con una herramienta súper valiosa. Se puede maximizar el recurso del voluntariado, es una forma de seguir documentado su labor que nos sirve de pareo porque me ayuda a apalancar y a retener otros fondos federales que me requieren el que demuestre ‘¿cuál es el pareo?’ A lo mejor no tengo dinero en efectivo como organización, pero sí voluntarios”, subraya Santana.

“Por lo que hemos vivido en nuestro país, estamos en una constante recuperación así que diariamente tenemos voluntarios que nos ayudan a servir alimentos en el comedor comunitario de Juncos, a dar tutorías o a leer cuentos a nuestros niños en los centros Head Start, ellos no solo son parte esencial de nuestro trabajo sino incluso un aliciente”.

Ya no hay marcha atrás para esta organización, sus voluntarios integran su estrategia de trabajo. Paola Díaz Báez ha sido “una extraordinaria Gerente de movilización y alcance, es una gestora brutal”. Y además crearon la plaza de Coordinadora de voluntariado, que se ocupa de movilizar voluntarios a los diversos programas de la organización. La plaza recién la ocupa Yahaira Rivera.

“Por lo que hemos vivido en nuestro país, estamos en una constante recuperación así que diariamente tenemos voluntarios que nos ayudan a servir alimentos en el comedor comunitario de Juncos, a dar tutorías o a leer cuentos a nuestros niños en los centros Head Start, ellos no solo son parte esencial de nuestro trabajo sino incluso un aliciente. Además de representar un alivio para nuestra misión, también inspiran y enganchan a otros en nuestra causa y mantienes viva tu misión porque los tienes hablando de ella en sus casas, en sus trabajos y en sus comunidades”, apunta el presidente de la Red.

Para Morales, la guía de FAR capitaliza “el conocimiento y la inteligencia que hemos desarrollado en Ciudadanía Activa en los últimos 7 años”, desde donde han confirmado la solidaridad del pueblo boricua.

“Algo de lo que hoy no puede quedar duda es que ahí afuera hay miles de ciudadanos solidarios y dispuestos a ayudar cuando son convocados. Lo mejor que podemos hacer es compartir esa experiencia con las organizaciones y las comunidades para que estén mejor preparadas cuando reciban voluntarios listos a realizar un trabajo eficiente y alineado a las necesidades”, culmina Morales.

Fotos / Suministrada

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