¿Cuántos somos? ¿Qué nos falta? ¿Qué nos preocupa? Estas son algunas de las interrogantes que la firma Estudios Técnicos respondió con datos recientes en el AFC Summit
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
Con la meta de tener un tercer sector conectado e informado, que pueda definir estrategias con mayor precisión para servir a sus participantes, la organización Asesores Financieros Comunitarios (AFC) celebró su “Summit 2023” el pasado 18 de agosto en Vivo Beach Club en Isla Verde.
Teruca Subirá, coordinadora de subvenciones de la organización con sede en Estados Unidos Direct Relief, abrió la jornada con la ponencia “Fortaleciendo el tercer sector”. Le siguieron las presentaciones de datos realizadas por los especialistas, José J. Villamil y Anitza Cox, de la firma Estudios Técnicos.
En la tarde se llevó a cabo un panel sobre el tercer sector, integrado por Arleen Muñoz León, asesora del gobernador y directora ejecutiva de la Oficina del tercer sector y organizaciones de base de fe en La Fortaleza; el doctor Nelson I. Colón Tarrats, principal oficial ejecutivo de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico; Lillian Díaz Bento, vicepresidenta ejecutiva de First Bank; Roxanna Santiago, secretaria auxiliar de Rentas Internas del Departamento de Hacienda; y Manuel Cidre, secretario de Desarrollo Económico. Al culminar los trabajos, se separó un espacio para la interacción entre los más de 200 asistentes al evento.
Durante su intervención, Villamil presentó cifras que muestran el contexto social y económico de la isla. El experto dejó claro que la economía puertorriqueña sigue sin avanzar y se muestra un 22% más pequeña que hace 15 años. Su crecimiento depende mayormente de las ayudas federales prometidas para la recuperación de la isla tras los fenómenos experimentados desde el 2017, como huracanes y terremotos. En el caso de la composición demográfica, Puerto Rico registra una reducción acumulada de población de 14% desde el año 2010 y el estimado de población mayor de 55 años al 2021 es de 35%. Las cifras revelan que estamos ante una población más pequeña, con menos gente joven de la proyectada.
También, a 2021, se identificó que el 39% de las familias en Puerto Rico vive bajo el nivel de pobreza. La movilidad social queda impactada para este grupo cuando se reporta que un 22% de la población mayor de 25 años no cuenta con diploma de escuela superior. En el coeficiente Gini, que marca la desigualdad en Estados Unidos, la isla exhibe una puntuación de 0.54, el más alto nivel entre todos los estados.
En el renglón de vivienda, el índice de asequibilidad ha empeorado, en parte por la inflación y por el aumento en los costos de construcción. En el 2005, en Puerto Rico se construyeron 13,400 casas nuevas mientras que en el 2022 fueron 1,200.
“Los problemas no han cambiado mucho de año en año, algunos se han agudizado”, alertó el economista aludiendo al cuadro presentado en el anterior Summit de AFC.
De igual manera, destacó oportunidades para el país como la que representa fortalecer el capital humano para incentivar la movilidad social. Instó además a capitalizar en el rol de los municipios y las organizaciones comunitarias, de modo que no interactúen “como entes aislados”. “Las organizaciones sin fines de lucro son vitales para la transformación del país”, insistió Villamil.
A MIRARNOS COMO GRUPO
Anitza Cox contextualizó el retrato a gran escala de la realidad social de la isla con resultados del Censo de población y vivienda, estimados de la Encuesta de la comunidad de la Oficina del Censo 2017-2021, así como con hallazgos de tres investigaciones recientes realizadas por Estudios Técnicos: “Ciudadanos y marcas con propósito”, “Estudio de las organizaciones sin fines de lucro 2022”, creado para Filantropía PR y “Situación financiera de las entidades aliadas 2022”, un análisis comisionado por United Way Puerto Rico.
Cox indicó que cuando se afirma que el 39% de las familias vive bajo el nivel de pobreza, según lo define el gobierno federal, no sólo alude a que no pueden cumplir con el pago de servicios esenciales y necesidades básicas, sino a que no tienen libertad para procurar su desarrollo social, “para que sean quienes quieren ser en la sociedad”.
“El tema de la pobreza y la desigualdad no afecta a todos de la misma manera”, expresa Cox para luego presentar que el 42.7% de la población general vive bajo pobreza en la isla y cuando se miran indicadores de pobreza y raza en la investigación, el 44.2% son afrodescendientes.
“Para las organizaciones sin fines de lucro (la información) plantea que tenemos que acercarnos a las necesidades y a los servicios desde otra perspectiva porque las características de la población son distintas”, señala Cox.
“¿Por qué no pensamos en servicios, sistemas o procesos de administración compartidos que puedan ser usados por más de una organización? Cuando decimos perspectivas sectoriales es pensar en soluciones que incidan en el beneficio de todos”. |
“Noten que a medida que aumenta el nivel educativo de la persona, disminuye el porciento que vive bajo niveles de pobreza. Sin escuela superior, la pobreza está por encima del 60%. Es importante que estos indicadores sociales, como sector, los miremos continuamente para poder enfocar adecuadamente las estrategias. Conocemos las comunidades con las que trabajamos, pero es importante mirarlo en ese contexto”, recomienda.
El tercer sector aporta un 5.6% al producto nacional bruto (PNB) de Puerto Rico y genera un estimado de 100,000 empleos. “Si convertimos la labor voluntaria a empleos a tiempo completo, esas horas de más de 600,000 personas serían 45,052 empleos a tiempo completo. No podemos perder de perspectiva que el impacto del sector va más allá del servicio y la economía. Las organizaciones sin fines de lucro son agentes de cambio social, ayudan a adelantar la democracia y la gobernanza participativa a través de las alianzas multisectoriales, la movilización de voluntariado y al ser espacios para la abogacía comunitaria”, recalcó.
Como los tres retos principales del sector identifica la demanda creciente de servicios, las necesidades emergentes y la competencia por menos recursos.
“Eso nos obliga a mirarnos desde una perspectiva sectorial. Hay muchas oportunidades en el contexto de fondos de recuperación post María, pero implementar programas federales requiere unas estructuras específicas operacionales, administrativas y fiscales, y tenemos que replicarlas en todas las organizaciones sin fines de lucro. ¿Por qué no pensamos en servicios, sistemas o procesos de administración compartidos que puedan ser usados por más de una organización? Cuando decimos perspectivas sectoriales es pensar en soluciones que incidan en el beneficio de todos”, propuso Cox.
Al final de su intervención invitó al tercer sector a desarrollar mecanismos para compartir prácticas prometedoras, a fomentar una cultura de datos manejados a diario para establecer mejores estrategias en conjunto, y a priorizar la rendición de cuentas que les permita a los voluntarios, donantes y al sector en general, saber “qué se hace con su esfuerzo y su dinero”.
Para más información, visita www.afc.pr.
Fotos / Javier del Valle