Durante la celebración del Día de Iniciativa Preescolar de la Fundación Ángel Ramos, algunas de las participantes compartieron el saldo del proyecto virtual, sus experiencias y saberes.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


La periodista Ana Teresa Toro fue la moderadora del diálogo entre participantes
de la Iniciativa Preescolar Virtual de FAR. Foto / Javier del Valle

Los primeros trabajos, las primeras planificaciones y, por supuesto, los primeros logros de la Iniciativa Preescolar Virtual (IPv) de la Fundación Ángel Ramos (FAR), fueron destacados en el conversatorio “Así vivimos la Iniciativa Preescolar: diálogos y testimonios”, realizado durante la celebración del Día de la Iniciativa Prescolar (IP) en Caguas. La periodista y oficial de comunicaciones de FAR, Ana Teresa Toro, fungió como moderadora. 

Participantes que se han certificado en los programas que ofrece la IPv a través de sus integrantes —Alcanza de la Universidad de Puerto Rico (UPR), APRENDO de Fondos Unidos de Puerto Rico, Despertar Musical del Conservatorio de Música de Puerto Rico, Certificación Montessori del Instituto Nueva Escuela e Integración de las Artes del Museo de Arte de Puerto Rico— compartieron sus aprendizajes y experiencias.


Participaron del panel, desde la izquierda, Lidia E. Marrero, Quetsy Michelle Vélez,
Julie Figueroa, Eileen Jiménez y Leidy Matos. Foto / Javier del Valle

Así supimos cómo les fue a Quetsy Michelle Vélez, en APRENDO; a Lidia E. Marrero, en el Programa Integración de las Artes; a Eileen Jiménez, en Despertar Musical; a Leidy Matos, en Alcanza; y a Julie Figueroa, en Certificación Montessori.

La importancia de abordar en edad temprana las emociones y sus expresiones, de procurar espacios que enriquezcan la lectura, recordar la ganancia que provee la educación musical y artística en el desarrollo de los niños y niñas, así como la independencia que resulta de exponerse a culminar tareas solos, fueron abordadas en el diálogo. Resaltó el hecho de que compartir cada técnica con padres y colegas es indispensable para fortalecer el ecosistema educativo.

Una de las prácticas que FAR ha propiciado es que los participantes tomen más de una certificación o taller y Vélez lo ha hecho. Brindó halagos a las experiencias en APRENDO, Integración de las Artes y Despertar Musical y aseguró que tiene en la mira las de Alcanza y Certificación Montessori.


Isset M. Pastrana lee su libro "En el patio de Lucas". Foto / Javier del Valle

“Mi visión es tomarlas todas y de alguna manera integrarlas porque todas aportan algo muy importante para nosotros, y seguir educando y aportando nuestro granito de arena al estudiante y a la familia”, dijo Vélez y agradeció el compromiso de las representantes de cada programa de la IP durante las sesiones de aprendizaje.

“Me comprometo a continuar aportando a la niñez temprana y a un mejor Puerto Rico”, agregó Vélez.

Cuando tocó el turno de compartir acerca de nuevas herramientas de trabajo, Julie Figueroa habló de la oportunidad de adentrarse en la filosofía Montessori, lo que le brindó “un enriquecimiento desde el alma”.

El adiestramiento tuvo lugar los sábados, sin embargo, Figueroa destacó que “el maestro siempre está desde el corazón, laborando no importa en el área de trabajo si no desde la raíz, que es la familia”. “Agradecemos la oportunidad y la motivación extra para crear herramientas, la adquisición de materiales con los que FAR nos ha beneficiado para nuestros niños y el enriquecimiento hacia nuestro conocimiento. “La maleta viajera” fue de gran beneficio para nuestra familia, así como el trabajo en equipo cuidando al niño y su alma”, compartió Figueroa.

Al hablar de Despertar Musical, Eileen Jiménez subrayó que la experiencia ha sido gratificante.


Tania González, del programa Despertar Musical, comparte recomendaciones. Foto / Javier del Valle

“Estoy demasiado agradecida, hasta mi familia ha sido parte de estas iniciativas, nosotras hemos reído y llorado, ha sido maravilloso. Todo mi equipo de trabajo lo tomó y ha sido super beneficioso porque en un principio estaban ‘esto de la música es como complicado’ y si las vieran ahora que hasta me corrigen. Nos hemos involucrado, nos damos el apoyo, nos corregimos. Hasta los papás nos dicen: ‘mira, en casa están cantando una canción, ¿cuál es?’. La más que les encanta a ellos la del caculito y nosotras en WhatsApp con el voice cantando para que el papá la tenga en la casa y se las pueda cantar. Ha sido súper beneficioso para los niños, para nosotras como compañeras porque nos relajamos y para los papás porque les encanta”, asegura Jiménez.

Relata también que esos 15 a 20 minutos que destinan a cantar en el centro lo respetan a diario. “Religiosamente lo separamos para ellos, es un momento que los nenes esperan con entusiasmo y cuando sacamos los instrumentos ya están emocionados”, cuenta entre risas.

Leidy Matos, representante del programa Alcanza, describió la experiencia educativa como “maravillosa” y aseguró que los recursos lograron transmitir el conocimiento por la pantalla “y uno aprende porque aprende”.

¡SERENDIPIA!

“De las cosas que más he aplicado en el centro donde estoy es un proyecto nuevo y gracias a Alcanza, que me dio herramientas nuevas para hacer algo diferente. Una de ellas es el ambiente lingüísticamente enriquecido, tenemos libros impermeables hasta en el baño”, contó Matos.

Usando el término de ‘serendipia’ utilizado en Alcanza, habló de la intencionalidad en su planificación al leer un cuento. Para ello debía encontrar changos, pero eran los días pos-huracán Fiona “y los changuitos no aparecían por ninguna parte”, dijo provocando risas. Una niña reclamaba verlos. Cuando por fin aparecieron, los niños llegaron corriendo, las aves se fueron volando y no pudieron verlas. Matos narró también la experiencia tras leer “En el patio de Lucas”, de Isset M. Pastrana, ya que los estudiantes le cambiaron el nombre a “Las miramelindas”, al adaptar el cuento a su realidad.

“Fue una experiencia tan maravillosa que apliqué en el centro con mis niños y ellos están encantados”, celebra Matos.

La moderadora destacó la atención al detalle, disposición a la aventura y paciencia requeridos para lograr un aprendizaje inolvidable.

Lidia Marrero aprendió destrezas del programa de Integración de las Artes y como maestra de preescolar las valora.

“Las artes son fundamentales para el desarrollo holístico del niño, y más en esa edad temprana. Las experiencias fueron increíbles en el salón al usar las piezas del Museo (de Arte de Puerto Rico) para integrar las artes, el lenguaje, las matemáticas. La integración curricular era en todo y yo pensaba que solo podía utilizarse usando libros, una lámina y no, a través de estas piezas del Museo podemos desarrollar estas destrezas tan importantes en el apresto escolar. Cuando les presenté una pieza de arte sin nombre, ellos pudieron exponer sus ideas e ir creando. Les dije ‘hoy vamos a ser autores’ y fue maravilloso, tuve que cambiar la planificación porque todo ese día fue para crear la obra. En el salón empecé con un grupo y terminé con todo el salón porque todos querían expresar ideas para hacer el cuento”, recuerda Marrero.

Igual sucedió cuando trabajó la técnica del barro; debían crear unas hojas y un estudiante prefirió hacer “la letra que nos enseñaste, la H”.

“Maestra, me gusta más así porque con la plastilina se parte la letra. Fue una experiencia bien maravillosa. Quiero seguir con la certificación de Montessori y completarlas todas”, reveló Marrero.

Como denominador común en el conversatorio resaltó el hecho de que los programas que integran la IP se complementan y dialogan unos con otros. “Es un proyecto total”, subrayó Toro.

¿Más información? Accede a www.farpr.org.

Fotos y vídeo / Javier del Valle

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