El artista Quintín Rivera Toro presenta una nueva colección de pinturas y vídeos creados para esta exhibición, que ya puedes visitar en SalaFAR.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé

Si al apreciar los nuevos lienzos del artista Quintín Rivera Toro el espectador se cuestiona si estos se van arrugando o, por el contrario, se están expandiendo, el diálogo entre ambas partes habrá comenzado. Y precisamente eso le complace al artista cagüeño.

“Ahí arranca el diálogo con la obra y el interno, al final eso es lo más que a mí me importa, más que yo sentir que estoy comunicando mi verdad, que es subjetiva, que la persona experimente su versión de lo que es una verdad”, explica el artista cagüeño y gestor cultural.

Con la técnica que llama “colapso del lienzo” como punto de partida, éste presenta nuevas pinturas y vídeos reunidos bajo el título, “Pinturas fuertes”, en la Sala de Exposición de Arte Fundación Ángel Ramos (SalaFAR). Ubicada en el vestíbulo del Edificio Ángel Ramos en Hato Rey, la entrada a la sala es libre de costo para público general y ya puedes visitarla.


Ana Teresa Toro, oficial de Comunicaciones de la Fundación Ángel Ramos. Foto / Javier del Valle

En “Pinturas fuertes” destacan piezas dominadas por una palabra pintada en acrílico sobre canvas crudo, y el espectador deberá decidir si se está expandiendo o arrugando.

Sus lienzos escultóricamente manipulados sugieren “que hay movimiento, expansión y contracción del canvas y, por consecuencia, de la palabra que está pintada”.

“Las posibilidades que nos da el lenguaje son múltiples: cómo una palabra puede significar cosas distintas para distintas personas, cómo puede cambiar el significado entre generaciones”, menciona el artista que posee grados en Escultura de Hunter College en Nueva York y de Rhode Island School of Design, en Providence, Estados Unidos; en Cine y Comunicaciones de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras; y un doctorado en Producción de Arte e Investigación de la Universidad Politécnica de Valencia, España.


El artista Quintín Rivera Toro junto a sus padres y su hija. Foto / Javier del Valle

“Las primeras versiones de estas pinturas que presento en SalaFAR las hice en el 2008 y usé la misma técnica, entonces las llamaba ‘pinturas débiles’. Ahora cambia el tono. En aquel momento las palabras eran más alarmistas, por ejemplo, “caos”, “pánico” o “furia”, pero entre lo que hemos vivido como país, como planeta y yo como persona, he evolucionado y ahora me gusta tener un tono más inspiracional, aunque eso no significa que se excluyan las crudas realidades. Por eso me gusta tanto la técnica, porque esa manifestación del material en el imaginario puede incluir también el antónimo de la palabra que se está presentando”, afirma el creador que mantiene su taller en Caguas.

Si bien no abandona el acrílico, en “Pinturas fuertes” experimentó con el canvas de color, integró color en la pintura y calafateado (caulking).

“Empecé a experimentar con el calafato para darle impasto a la pintura, algo que llevaba tiempo queriendo ver qué efecto tenía, porque en la medida en que uno se involucra en descubrir los detalles hay más tiempo para la reflexión. Las arrugas en el lienzo refieren un poco a la escultura barroca o renacentista por los dobleces de la tela y en la aplicación de la pintura quería que se observara el brochazo o la marca”.

“Yo crecí rodeado de artistas gráficos que eran grandes rotulistas. Estas piezas para mí incorporan las tradiciones de las que yo provengo, tuve que llegar hasta este punto para darme cuenta de que crecí enamorado de esa creatividad”.

Rivera destaca también otro componente importante: la costura en los bordes.

“Las obras tienen esa terminación y para mí es otra dimensión importante porque hay motivaciones culturales que son de herencia de mi familia y por la industria de la aguja; mi abuela toda su vida trabajó arduamente cosiendo y mi abuelo trabajaba en la construcción, pero tenía la caligrafía más bella que he visto en mi vida. Crecí mirando esa magia artesanal y creativa”, expone.

Sobre los vídeos que se presentarán con la técnica de animación stop motion asegura que se realizaron “durante la ola de los NFTs (tokens no fungibles en la red blockchain)”. “Fue una experimentación que necesitaba hacer porque esas animaciones ilustran lo que uno ve en potencia cuando mira las pinturas”, subraya.

ARTE HEREDADO


Irene Esteves, coordinadora de SalaFAR; Roberto Santa María, presidente de la Fundación Ángel Ramos;
el artista Quintín Rivera Toro; y Laura López, directora ejecutiva de la Fundación Ángel Ramos.
Foto / Javier del Valle

Rivera Toro asegura sentirse “orgulloso de integrar la programación de SalaFAR”, un espacio “comprometido con el quehacer artístico de Puerto Rico”, y anticipa que el programa educativo asociado a “Pinturas fuertes”, “será multidisciplinario”.

El gestor cultural lleva tiempo procurando que pinturas de esta colección “se exhiban en espacios de alto tránsito”. “Ya he hecho experimentos con fotografías en vías públicas y, ahora, la particularidad de que SalaFAR tiene un pasillo por el que la atraviesa el público me gusta mucho. Uno siempre está buscando tener nuevas audiencias y crecer, así que participar en esta plataforma me parece muy positivo”, acota Rivera.

Y parecería que está destinado a exponer en SalaFAR, ya que sus padres coincidieron mientras laboraban en el edificio, en la década de los setenta.


Quintín Rivera Toro usó la técnica que denomina "colpaso del lienzo" en esta exposición.
Foto / Javier del Valle

“Mi papá y mi mamá se conocieron en los pasillos de El Mundo, mi mamá era recepcionista y mi papá era jefe de mantenimiento. Más allá de que esa historia de amor empezara ahí y salí yo, mi papá aprendió el modelo de la publicidad, se casaron, se mudaron para Caguas y montó una agencia de publicidad. Yo crecí rodeado de artistas gráficos que eran grandes rotulistas. Estas piezas para mí incorporan las tradiciones de las que yo provengo, tuve que llegar hasta este punto para darme cuenta de que crecí enamorado de esa creatividad”, culmina Rivera.

Sigue atento a nuestras redes sociales en Facebook (@FundaciónÁngelRamos), Twitter (@FAR-Oenegé) e Instagram (@far_oenege), para que descubras el programa educativo inspirado en la exposición “Pinturas fuertes”. SalaFAR abre al público de lunes a viernes, en horario de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. Para más información, puede llamar al 787/763-3530.

Fotos / Javier del Valle

 

Web Analytics