Con motivo de la celebración del Día del Voluntariado, repasamos su contribución a la labor del tercer sector y al bienestar del país.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Voluntarios laboran en la organización Iniciativa Comunitaria durante la pandemia
por COVID-19. Foto / Javier del Valle

De solo echarle un vistazo general a las redes sociales de diferentes organizaciones sin fines de lucro en Puerto Rico, vemos un mensaje que se repite con diversas variantes: “Hazte voluntario”, “Únete a nuestra comunidad como voluntario”, “Si estás interesado en ser voluntario”, “Para ser voluntario activo de nuestra organización”, “Únete a las manos que hacen posible nuestra labor”.

Que una persona se acerque a una organización y pronuncie la frase “quiero ser voluntario”, sin duda suele ser música para sus oídos por todas las cualidades que agrega a la misión de cumplir con sus objetivos. No exageran.

Según refleja el Estudio sobre las organizaciones sin fines de lucro en Puerto Rico 2022, realizado en alianza por Filantropía Puerto Rico y Estudios Técnicos, la aportación estimada de los voluntarios al país es de $1,231 millones, si se aplica una compensación promedio por hora de $12 que considere el tipo de tareas en las que se desempeñan. Al contabilizar su labor e incluirla en la del tercer sector, aumenta la aportación que éste realiza al Producto Nacional Bruto con un total de 6.3%.


Las labores se mantienen ininterrumpidas en el Hogar Santa Teresita gracias
al apoyo de sus voluntarios. Foto / Javier del Valle

El estudio nos brinda una imagen clara de la realidad del país. Sabemos que tenemos una economía 24% más pequeña que hace 15 años, que la reducción acumulada de población desde el 2010 es del 14%, que el estimado de población mayor de 55 años en la isla superaba el 36% en el 2020 y que el 44% de las personas viven bajo el nivel de pobreza. Además, un 24% de la población mayor de 25 años no cuenta con diploma de Escuela Superior.

No sorprende entonces que haya más de 18,000 organizaciones sin fines de lucro registradas en Puerto Rico que cuentan con exención contributiva local o federal. Hay mucho por hacer y los voluntarios ayudan a pisar más fuerte.

La población servida por las organizaciones sin fines de lucro en la isla anualmente es de 700,000, es decir una de cada cinco personas en Puerto Rico. El 35% son mujeres, el 33% son adultos mayores y el 32% familias bajo el nivel de pobreza.


Carmín Rivera mantuvo su trabajo voluntario en la organización Bills Kitchen
en tiempos de pandemia por COVID-19. Foto / Javier del Valle

La investigación arroja que al comparar el aumento en el número promedio de voluntarios entre el 2015 y el 2020, se identifica un crecimiento de 63.4%. Hoy se estima que 734,739 personas brindan tiempo voluntario en alguna organización sin fines de lucro. Su labor representa 45,052 empleos a tiempo completo.

Algunos se especializan en desastres, otros aportan su amplia experiencia profesional luego de la jubilación o son estudiantes en busca de conocimiento mediante prácticas supervisadas o labor comunitaria requerida en sus centros de estudios. La mayoría sólo quiere ayudar.

Para hacerlo viable, las organizaciones sin fines de lucro deben definir estructuras y actualizar sus programas de voluntariado de modo que esos nuevos servidores encuentren un taller en el que realmente colaboren, que les haga sentirse útiles, que sea afín a sus propósitos de vida y que avance el servicio de la organización y, de paso, colabore con su estabilidad.

Si resuena en ti la labor voluntaria en nuestras organizaciones sin fines de lucro, te recomendamos que visites las que despierten tu interés y selecciones aquellas cuya misión te hagan sentir más pleno. Cuando ese feliz cruce ocurre, te aseguramos que saldrás con el corazón contento. 

Fotos / Javier del Valle

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