Luego de más de dos décadas de labor en el método Montessori y en el Instituto Nueva Escuela, asume la dirección ejecutiva de la organización.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


La nueva directora ejecutiva del Instituto Nueva Escuela (INE) Jennyffer Otero asume
el reto en el marco del aniversario número 15 de la organización.

Que más estudiantes y más maestros en Puerto Rico dispongan de lo mejor en el proceso educativo, motiva a Jennyffer Otero a subir a diario la larga escalera que lleva a la sede del Instituto Nueva Escuela (INE) en Río Piedras.

“Yo me crie en Juan Domingo (escuela Juan Ponce de León) como profesional, ahí yo aprendí a hacer lo que he hecho por 23 años, ahí yo conozco a Ana María (García Blanco) que es la fundadora junto a la comunidad, la visionaria de esto. Me he criado en esa visión Montessori, es lo que sé hacer”, confiesa Otero y luego agrega, “siempre le digo a Ana María ‘yo estoy aquí porque tú me diste una mirada distinta’”.

Otero es un rostro muy conocido en el INE, organización fundada en el 2008, y ha sido colaboradora de García Blanco desde que la seleccionó cuando era una maestra novata para brindarle un taller a padres en la escuela Juan Ponce de León, así que a nadie le ha sorprendido que a partir de verano del 2023 asumiera la dirección ejecutiva de la organización. García se ocupará en adelante del área de transformación.

“Como directora ejecutiva soy responsable de acompañar a la organización a cumplir su plan estratégico y de poder seguir construyendo con la mesa, con los líderes y con la comunidad hacia dónde va el INE en los próximos años. En ese momento nos encontramos”, informa Otero quien está al mando de más de 300 empleados entre el equipo y las comunidades escolares.

La líder asegura que en el INE “todos corremos muchas bases” ya que valoran que “cada persona tenga contacto directo con el corazón y el alma del proyecto que son las comunidades escolares, vivir con ellas y pertenecer a la academia”.

Otero no se ha desvinculado de sus antiguos roles porque asume la jefatura con la mirada de la filosofía Montessori, una de las características del INE. “Como directora ejecutiva todavía doy clases en la academia, acompaño a directores escolares para ayudar a que pongan la administración de la escuela a favor del proyecto, que es lo mismo que yo hago aquí. También sigo teniendo pertinencia en las comunidades escolares, tengo mis días de visita, ofrezco talleres, sobre todo de gobernanza compartida y de traer estructuras a las escuelas que puedan permitir decisiones en consenso”, indica.

El quinceañero que vive la organización lo asemejan a la adolescencia y así se definen, como adolescentes que todo lo debaten.

"Estamos en un momento histórico como organización cuestionándonos cómo servimos mejor. Hemos estado evaluando nuestros acercamientos con las comunidades, viendo dónde tenemos que poner el enfoque de los esfuerzos”.
Jennyffer Otero,
Directora ejecutiva INE

“Estamos en un momento histórico como organización cuestionándonos cómo servimos mejor. Hemos estado evaluando nuestros acercamientos con las comunidades, viendo dónde tenemos que poner el enfoque de los esfuerzos. Las estructuras están claras y llevamos casi un año con muchas mesas de evaluación y trabajo interno para ver cómo nos acercamos a las escuelas para ayudarlas a construir su sueño”, asevera la directora.

Parte del ejercicio de reflexión que impone el aniversario incluye asegurar su futuro. La responsabilidad de Otero es, también, comandar esa búsqueda.

“La pregunta desde acá es cómo nos hacemos sostenibles, son preguntas que toda organización sin fines de lucro tiene: ante los retos, cómo hacemos para seguir sirviendo por 15 años más a la comunidad”, declara.

LA HUELLA DE ANA MARÍA

La directora asegura que habla por sus compañeros cuando describe a la fundadora del INE no solo como la visionaria que ayudó a la comunidad Juan Domingo a lograr su sueño, sino que añade algo más.

“Ana es la persona que nos ha enseñado a vivir realmente la metodología de trabajo, la cultura de paz, el amor al prójimo. Yo creo que hay un componente bien importante para el éxito del proyecto que es el amor, si nosotros no miramos el proyecto desde la óptica del amor las cosas serían mucho más difíciles”, afirma Otero.


Otero comenzó a trabajar en el INE desde sus orígenes como maestra novata
y aspira a trabajar con el equipo de trabajo en proyectos que lleven
a la organización a impactar a cada vez más escuelas en el país.

Otra huella palpable es el amor a la patria que viven junto a García y la posibilidad real de “hacer de Puerto Rico un lugar mejor”. “Yo creo que nos ha contagiado a todos los que caminamos con ella a hacer la lucha, a levantarnos todos los días y ver la cosa con esperanza. Ana siempre mira con esperanza todo lo que pasa, en 15 años hemos tenido retos enormes, pero como dice nuestra junta de directores, el INE ha sabido agarrarlos y salir mejor. Hemos tenido cierres de escuelas, pérdidas de fondos, pero cada reto que pensamos que iba a ser decisivo nos ha hecho más fuertes, nos ha hecho crear otra estrategia para salir y hemos podido servir a las comunidades”, describe orgullosa.

En el 2005 Otero estuvo en la “mesa de soñar” en la que se planteó la posibilidad de crear el INE y pasó a enseñar a otros adultos la filosofía Montessori. En los 15 años del INE ha recorrido distintos roles. De su fuerte, que era la academia, pasó a la administración.

“La pregunta nunca fue ‘qué necesitaba Jennyffer o qué quería’, aquí la pregunta siempre fue ‘qué necesitaba el INE en ese momento’ y es la misma pregunta que rige nuestros proyectos en la escuela ‘qué necesita el joven y la niña, qué es lo mejor para el INE como proyecto para su futuro’. Las decisiones del rol que fui ejecutando algunas fueron naturales y otras con el colectivo, pero el rol de Ana y el mío se fue fusionando a lo largo de los años”, explica.

Aliados como la Fundación Ángel Ramos y la Fundación Banco Popular de Puerto Rico pusieron sobre la mesa del INE temas de administración y sucesión que fueron manejando con expertos. “Cuando la palabra sucesión apareció en nuestras vidas fue crítica porque no la veíamos, pero se dio bien natural, estábamos inmersas en las reuniones. Ahora la dirección ejecutiva es más sencilla, antes de anunciarlo al mundo ya lo hacíamos aquí”, dice sobre el cambio de roles.

Para Otero es momento de retribuir su gran oportunidad de crecimiento en el INE.

“Tengo que estar alerta de que todo el mundo encuentre camino tanto profesional como personal, que sientan que este es el proyecto de vida, tal como yo lo he aprendido a hacer”, acaba la directora.

Para conocer sobre la labor del INE, visítalos en www.inepr.org.

Fotos / Javier del Valle / Suministradas INE

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