El taller de creación musical del programa del Museo de Arte Contemporáneo lanzó el álbum “Barrio Obrero en el Microphone” en la plataforma Spotify, tras las sesiones con sus participantes en la comunidad.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
A viva voz expresaron con seguridad su decisión: “¡reguetón!”. Así se encaminó el álbum “Barrio Obrero en el Microphone” que resultó del taller de creación musical “Ética y reggaetón” realizado por el programa “MAC en el Barrio” con participantes entre los 7 y 17 años residentes en la comunidad santurcina. La iniciativa integra los ofrecimientos del Museo de Arte Contemporáneo (MAC).
La Casita Amigos Jesús Maestro, ubicada en Barrio Obrero a minutos de la céntrica Placita Barceló, fue la sede del laboratorio musical donde los participantes experimentaron con palabras y sonidos junto a los músicos Wilfrido "Frido" Vargas y Víctor Díaz Diez, guiados por el marco artístico propuesto por la coordinadora del programa, Katia Cruz Quintana. A lo largo de dos meses y medio en los que la asistencia osciló entre 15 y 30 participantes, produjeron tres canciones originales.
“Hicimos un sondeo a viva voz porque no querían sentarse a llenar los papeles de la encuesta de intereses y todos dijeron primero, ‘música’, y después, ‘reguetón’. Luego hablaron de cocina y baile. En los géneros musicales favoritos estuvo el reguetón, el rap y el dembow; la mayoría de los participantes son dominicanos, sólo había tres puertorriqueños”, explica Cruz Quintana los inicios del proyecto el pasado diciembre.
La coordinadora afirma que “no pensé que fuera un problema” el género musical escogido por los jóvenes, puesto que pensó que a través del arte contemporáneo “podemos abarcar el reguetón de forma crítica”.
Lo próximo fue la selección del contenido de las tres canciones. “Ellos querían hablar del día a día, de sus amistades, del salón de clases. Un día una compañera que es bien habladora, Amanda, estaba muda y de ahí salió la canción: ‘¿Qué le pasa a Amanda?’. También querían hablar de estar en la playa. El reguetón era el medio para compartir sus sueños, sus risas, sus deseos y hasta sus mofas y bromas sanas a Amanda. Eso también puede ser reguetón”, declara Cruz.
Vargas, músico dominicano, y Díaz, sonidista, les brindaron primero instrucción básica de música y luego entraron a la creación colectiva.
“Muchos quisieron hablar de la migración, de lo que era vivir en Puerto Rico como niño y como joven, algunos sólo llevaban un año, dos o tres en Puerto Rico. Ese contacto fue un elemento súper clave. Después que se grabó el material, se trabajaron las cortinas y el editor hizo magia. Con nuestro equipo audiovisual se subió a la plataforma digital Spotify, lo que tardó un poco porque ellos revisan primero el material que suben”, recuerda sobre la gestión que se completó en mayo.
LOS NERVIOS DEL DEBUT
Con la petición de acceso a Spotify comenzó “el desespero” de los participantes por saber la fecha de publicación de sus canciones.
“MAC en el Barrio pone en altoparlante lo que la gente y la cultura ya tienen en cada lugar, que son cosas súper mega valiosas. Ellos lo saben y nosotros les seguimos los pasos, con nuestros recursos celebramos con ellos. Aportamos la mirada crítica y cómo el arte contemporáneo puede ayudar a visibilizar y a hablar de nuestras necesidades".
Katia Cruz Quintana,
coordinadora del programa |
“En marzo hicimos el día de entrega de certificados del taller y lo convertimos en un ‘listening party’ de sus canciones, se las pusimos a máximo volumen en el museo. Después pidieron escuchar dembow, bachata, merengue, salsa y se pusieron a bailar. Fue toda una fiesta, lo que se había propuesto con el ‘listenig party’”.
Cuando el álbum subió a Spotify, Cruz notificó a los artistas implicados. “Imagínate cómo estaban ellos, todos los días preguntaban cuando subía y por fin pasó; lo publicaron en sus redes, en Instagram”, recuerda entusiasmada.
Para Cruz, la atención y el trabajo que el programa “MAC en el Barrio” realiza en las comunidades “aporta legitimización y validación de las culturas que la historia general o más conservadora han querido dejar a un lado”. La iniciativa también le permitió retornar al Barrio Obrero de su niñez y en el que se desarrolló su familia, por lo que define la vivencia como “bien especial”.
“MAC en el Barrio pone en altoparlante lo que la gente y la cultura ya tienen en cada lugar, que son cosas súper mega valiosas. Ellos lo saben y nosotros les seguimos los pasos, con nuestros recursos celebramos con ellos. Aportamos la mirada crítica y cómo el arte contemporáneo puede ayudar a visibilizar y a hablar de nuestras necesidades. MAC en el Barrio es pluralidad pura”, describe Cruz Quintana quien alertó sobre el creciente deseo de aprender música o expresarse a través de ella entre los jóvenes en las comunidades.
“Cuando les preguntamos no me dicen ‘cine’, ni ‘pintura’, ellos dicen ‘música’ y en el MAC estamos ready para eso”, afirma.
El nuevo ciclo de “MAC en el Barrio” está listo para comenzar en julio en Loíza. La coordinadora Zarina Dorna trabajará “Loíza en el microphone” en el Residencial San Patricio porque allí, cuando les preguntaron a los jóvenes qué querían trabajar para expresarse, la respuesta fue la misma: “¡reguetón!”.
El proyecto artístico “Barrio Obrero en el Microphone” de “MAC en el barrio” contó con el respaldo de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal de Puerto Rico (AAFAF).
¿Quieres escuchar las canciones? Busca en la plataforma musical Spotify bajo el nombre de Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico: https://open.spotify.com/int.../album/5RRXzisIGKkLGTaBEqz0Gp
Fotos / Suministradas MAC