El programa de empresarismo escolar Seeds de la organización Friends of Puerto Rico capacita a niños y a jóvenes para que puedan identificar oportunidades de desarrollo.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Angelique Sina, presidenta y cofundadora de la organización, comparte con participantes.
Al momento, han impactado unas 30 mil personas.

Friends of Puerto Rico quiere hacer realidad el país con el que sueñan. Desde el 2015 la organización sin fines de lucro trabaja para estimular el desarrollo económico de los habitantes de nuestro archipiélago mediante iniciativas de empresarismo, educación y la creación de oportunidades principalmente para niñas y mujeres, sin descartar a los niños, adolescentes y adultos tanto en el oeste como en la capital.

“Somos una comunidad de personas que queremos vivir en el Puerto Rico que deseamos, un Puerto Rico en el que los niños puedan tener el máximo aprovechamiento de las oportunidades, en donde no hay pobreza, hay actividad económica, somos saludables y nuestros sueños se hacen realidad. Esa es la esencia. Ya hemos impactado sobre 30,000 personas, según registramos en el 2018, así que hoy son muchos más”, describe la presidenta y cofundadora, Angelique Sina.

La tarea es monumental, pero paso a paso van impactando vidas y añadiéndole nuevos rostros al gran retrato de Puerto Rico que pintan.

“Este proyecto es importante porque no podemos cambiarlo todo, pero sí estamos enfocados en servir a comunidades que muchas veces están rezagadas y en trabajar con niños y familias para que pueda haber desarrollo económico y desarrollo social”, agrega Sina sobre el modelo que incluye al núcleo familiar completo.


Grupo de graduandos del programa Seeds junto a sus madres.

“Empezamos impactando a niños de nueve años en adelante y trabajamos para que tengan destrezas del siglo XXI, es decir, que puedan entender qué es el dinero, cómo se trabaja, cómo se gana, cómo se ahorra, cómo pueden comunicarse, tener una cuenta de banco, hablarle a un extraño para hacer una venta o una negociación. Tenemos un programa de empresarismo juvenil que se llama Seeds (Semillas). Friends of Puerto Rico nació en Washington D.C., yo era parte de la diáspora y ahora vivo aquí. Muchas de las personas que nos apoyan todavía están fuera de la isla”, dice la egresada de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla y de la McDonough School of Business de Georgetown University en la capital federal.

Seeds trabaja el niño, que consideran la raíz, para luego impactar a sus padres. Laboran con madres, muchas de ellas jefas de familia, a las que buscan inculcarle destrezas de emprendimiento, comunicación y tecnología. Los programas también están abiertos a varones.

VAMOS PA’ LA ESCUELA

El acercamiento de Friends of Puerto Rico ocurre de dos formas: las comunidades acuden a sus sedes en Aguadilla, en el tercer piso de la antigua pista de patinaje, y en LunaSpeiz, espacio en la calle Luna en el Viejo San Juan, o sus recursos visitan a las escuelas.

“Somos una comunidad de personas que queremos vivir en el Puerto Rico que deseamos, un Puerto Rico en el que los niños puedan tener el máximo aprovechamiento de las oportunidades, en donde no hay pobreza, hay actividad económica, somos saludables y nuestros sueños se hacen realidad. Esa es la esencia". 
Angelique Sina
Presidenta y cofundadora
de Friends of Puerto Rico 

“Aunque contamos con un Centro Empresarial para la Mujer en San Juan que cubre el área metropolitana, estamos basados en una oficina en Aguadilla porque las comunidades están rezagadas, los fondos para iniciativas educativas no necesariamente llegan acá. Desde Aguadilla impactamos a San Sebastián, Las Marías, Rincón, Aguada, Aguadilla e Isabela, que es un pedacito de la isla que está bastante olvidado. Llevamos programas educativos que sean emocionantes y divertidos, pero la fórmula de éxito es que vamos a las escuelas y adiestramos a maestros y consejeros para que puedan cofacilitar el curso. También hacemos talleres fuera de horas laborables para que los padres participen, esa es la mejor forma de llegar a la comunidad”, expone Sina y menciona a Aixa Rodríguez como recurso principal.

El programa educativo que comenzaron en escuela elemental ya fue expandido hasta escuela superior. Una de sus iniciativas es Pioneras, en la que las niñas van conociendo sobre carreras de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), porque Sina afirma que “es donde menos representación hay”.

“Está bien que aspires a hacer uñas y a tener un salón de belleza, pero ¿alguien te habló de que tú puedes ser ingeniera? El otro programa se llama Escalera, y ahí los vamos preparando para la universidad. Si queremos jóvenes que se queden en Puerto Rico o que regresen a trabajar y a vivir, porque puede ser que en 10 años aquí no haya gente joven, necesitamos prepararlos para que puedan ir a estudiar fuera o en Puerto Rico, recibir una beca y luego encontrar un trabajo o crear uno. Escalera ayuda a prepararlo de manera estratégica para que descubra qué yo quiero estudiar y por qué. Se les da mentoría uno a uno a todos los estudiantes, les ayudamos a diseñar el resumé, todas esas estrategias que ayudan a que puedas ser aceptado en las universidades”, dice Sina.

A los padres se le brindan talleres en temas de autoempleo, cómo buscar ingresos después de los 50, manejo de finanzas, ahorro y mercadeo. “Nuestras oficinas son centros empresariales, estamos ocho semanas con los cursos, pero damos acompañamiento uno a uno que muchas veces es más efectivo porque ¿quién te da ese empuje que necesitas cuando tomas un curso en YouTube?”.


El empresarismo y la conexión con la naturaleza son dos elementos clave en las
enseñanzas que los participantes reciben a través de Friends of Puerto Rico.

A las puertas de sus primeros diez años han realizado ajustes para que el servicio evolucione según las necesidades que encuentran en sus participantes. Antes de que Friends for Puerto Rico brindara servicio directo, otorgaban fondos a otras organizaciones sin fines de lucro. El cambio fue orgánico.

“No me arrepiento de cómo empezamos. En Washington teníamos mucho acceso a personas que querían cumplir filantrópicamente con la isla, fuimos grantmakers hasta que llegó la pandemia. Creo que lo más maravilloso ha sido tener un equipo de trabajo en Puerto Rico y dar servicio directo. Parte de lo que a mí me motiva para hacer esto es que no hay tanta oportunidad si tú vives fuera de San Juan, pero la motivación más grande es tener un equipo que conoce la comunidad, que cuando hay un problema nos llaman para ver cómo podemos ayudar. Lo mejor es tener esa fórmula de un equipo bien capacitado que decide trabajar con nosotros para impactar las comunidades, porque los problemas nos afectan a todos”, culmina Sina, quien vive en Aguadilla.

¿Quieres saber más de esta organización? Visita friendsofpuertorico.org o sus redes sociales bajo @friendsofpr.

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