La biblioteca con libros dirigidos a lectores desde bebés hasta los 12 años ubicada en San Patricio Plaza, vivió una inesperada inundación que les confirmó el apoyo de la comunidad que sirve.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Vistazo del estado de la biblioteca tras la inundación.

Apenas era el 7 de enero de este 2025 cuando Gianlee Márquez Hernández y Juan Carlos Acevedo Gándara recibieron una sorpresiva llamada telefónica: la biblioteca especializada en edad temprana que operan en el centro comercial San Patricio Plaza en Guaynabo estaba inundada.

Luego de trabajos de limpieza, de inventario de libros, equipos y materiales, la Biblioteca Infantil Lee Conmigo reabrió sus puertas dos días más tarde, el pasado 9 de enero. De modo imprevisible, la experiencia les sirvió para calibrar el apoyo del público a la gestión que realizan desde que en el 2019 fundaron la organización sin fines de lucro con igual nombre, dirigida a promover la lectura en edades tempranas. Cuentan con más de 4,200 libros.

“Luego del susto ya logramos poner todo en orden, hacer inventario y volvimos a abrir en horario regular”, declara Márquez.

Dado que la biblioteca ubica dentro de un centro comercial, solo cierra en días festivos. Cuando les informaron que “había entrado agua”, llegaron con rapidez al espacio pensando que “esas cosas pasan”, dado que conviven con establecimientos a ambos lados y en el piso superior.

“Cuando llegamos había más de tres pulgadas de agua en la biblioteca y ya había cruzado a los dos locales de los lados, la fuente principal (del escape de agua) era en la biblioteca. Todavía no está claro qué pasó porque también recibimos agua del techo, algunos plafones se cayeron, de seguro tuvo que haber sido un asunto de tubería más grande, pero terminó explotando ahí”, indica Márquez.

Márquez y Acevedo quedaron asombrados ante el escenario que encontraron. La adrenalina del momento activó su energía para proteger el espacio y devolverlo a su estado original. “El pensamiento inmediato fue ‘¿de dónde está saliendo esto?’, ‘¿cómo yo lo paro?’. Corrimos y cerramos la llave de agua que estaba ‘liqueando’, nos miramos y fue ‘anda pal y ahora qué’. ¿Cómo saco el agua?”, recuerda esos momentos iniciales.

Personal del centro comercial les apoyó en el proceso, trajeron equipo que absorbe agua y Lee conmigo contrató una compañía especializada para la misma tarea. El mismo día lograron retirar el líquido acumulado.

“Desde que entramos teníamos una idea aproximada de qué se había dañado. Luego de cerrar, la respuesta inmediata fue rescatar los libros que estaban en los libreros sobre el piso. Afortunadamente, la mayoría de los libreros en nuestra biblioteca son aéreos, no tocan el piso”.

¿PÉRDIDA O GANANCIA?



El espacio ubicado en el centro comercial San Patricio Plaza en Guaynabo, ya cuenta con una
comunidad sólida de participantes que inmediatamente se activaron para ofrecer
ayuda y aportar a la pronta recuperación de las instalaciones.

Luego de salvar libros, secarlos y resguardarlos, protegieron los muebles. El estimado de daños realizado junto al equipo revela que no se afectaron más de 50 títulos y la mayoría pueden volver a ser útiles. Unos 15 quedaron inservibles. En medio del mar de emociones encontradas, pensaron en las familias que sirven.

“No fue hasta que me tocó sentarme en la computadora a escribir el correo electrónico indicando que íbamos a estar cerrados que asimilamos lo que había pasado. Fue descubrir ‘esto es real, hay una emergencia aquí’. Yo sentí miedo. Las respuestas de las familias siempre han sido superbuenas, superacogedoras y nos han apoyado un montón, pero yo sé que se iban a alarmar porque es la biblioteca que ellos adoran, que ellos respetan y visitan constantemente así que teníamos un poco de miedo de cómo iban a reaccionar”, confiesa Márquez.

Sin embargo, las familias y la comunidad que atienden se desbordaron en muestras de cariño y apoyo a la biblioteca. “A la misma vez que estaban preocupados, en sus mensajes decían que estaban dispuestos a colaborar, a ayudarnos. Estaban pendientes de qué nos hacía falta, cómo podían ayudarnos para rescatar el equipo, a reponerlo. Siempre han estado bien comprometidos con la biblioteca y sentir que la perdían por un minuto les invitó a tomar acción, a estar activos y pendientes de cómo ayudar a solucionarlo”, agrega.

No cabe duda de que el 2025 comenzó con una agridulce lección para la biblioteca Lee conmigo.

“En primera instancia uno piensa ‘caramba, por qué pasan estas cosas’, pero creo que nos hacía falta confirmar cuán especial es el espacio para las familias. Uno lo escucha todos los días, hay familias que te cuentan anécdotas, pero no es hasta que llegan momentos como este que uno ve en concreto el efecto que tiene un espacio como el que nosotros tenemos. Las familias necesitaban una biblioteca, ver cómo las familias respetan, promueven y buscan el espacio -y lo especial que ha sido para ellos- es de los regalos más lindos que tenemos desde que empezó la biblioteca”.

"En primera instancia uno piensa ‘caramba, por qué pasan estas cosas’, pero creo que nos hacía falta confirmar cuán especial es el espacio para las familias".
Gianlee Márquez Hernández
Cofundadora de la
Biblioteca Lee Conmigo 

Lee conmigo cuenta con 13 promotores a tiempo parcial y 3 empleados a tiempo completo, Márquez, Acevedo y Sarahí Malavé Otero, coordinadora de promotores de lectura. Los promotores de sala de lectura reciben a las familias, les orientan y les dirigen en la búsqueda de libros, mientras que los otros promueven las actividades de lectura en voz alta.

“Uno aprende de todas estas cosas y toma las medidas para prevenir o para que los daños sean menores y, aunque la inundación parecía catastrófica, afortunadamente fue muy poco lo que perdimos así que eso nos prepara. La vida de una biblioteca es corta y con un montón de retos así que en la medida en que podemos prepararnos evitar este tipo de cosas estamos listos. No se afecta los planes que teníamos, fue bastante rápida la reapertura”.

En “Lee conmigo siguen apostando por su propuesta. “Más que nunca. Un espacio como el que nosotros tenemos ha sido un oasis para muchas familias y la esperanza es que lo pueda continuar siendo”, opina Márquez y recuerda que el próximo abril celebrarán el “Lectura Fest”, el festival de lectura en voz alta en el que reúnen a más de 500 niños y niñas en la planta baja de San Patricio Plaza.

Lo mejor de todo, culmina, es ver crecer a los bebés que llegan a la biblioteca “como personas y como lectores”.

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¿Quieres ir a la Biblioteca Infantil Lee Conmigo?

  • La biblioteca cuenta con más de 4,200 libros. 
  • El acceso a la biblioteca y las lecturas en voz alta es gratuito. 
  • En el espacio ubicado en San Patricio Plaza encontrarás servicios como clases y talleres para las familias, celebraciones de cumpleaños y un sistema de membresías a través del cual las familias pueden tomar prestados los libros y llevarlos a sus hogares. 
  • Desde la biblioteca se coordina también el Festival de Lectura en Voz Alta, “Lectura Fest”, que durante los pasados dos años ha contado con la participación de más de 450 menores y sus familias en cada edición. 
  • Con la “Ruta escolar” visitan escuelas de la isla.

*Fuente: Lee conmigo, organización sin fines de lucro

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