¿Cómo la organización resguarda a sus participantes? ¿Cómo enfrentan la incertidumbre ante el posible recorte de fondos federales? Alma Frontera, su presidenta, nos comparte sus reflexiones.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé

Aunque reconoce la gran incertidumbre con relación a los fondos federales bajo
la presidencia de Trump, Frontera asume el reto con “una mezcla de ser responsable
y planificarte, dentro de lo que se puede, aunque te cambie el plan a la semana”
Las políticas migratorias del presidente Donald Trump no excluyen a Puerto Rico. Ya las autoridades federales han realizado operativos alrededor de la isla indagando en el estatus migratorio de sus residentes, para asegurarse de que únicamente permanezcan en territorio estadounidense quienes estén autorizados.
Y en ese estatus no definido caen múltiples familias cuyos integrantes se benefician de los servicios que ofrecen Boys & Girls Clubs de Puerto Rico, en cuyos clubes se privilegia la seguridad. El riesgo está latente. Por ejemplo, un tercio de la población en el Club Las Margaritas cuenta con algún familiar con estatus migratorio no definido. En el Club Llorens Torres, los jóvenes manifestaron que el tema migratorio es el que más les preocupa.
“Hay mucho miedo, lo hemos visto en cuidadores o guardianes legales que no están viniendo a recoger a los nenes. Esas primeras semanas fueron de mucho miedo de ellos por no salir y una preocupación de nosotros de que tuvieran la comida suficiente ya que no se sentían seguros usando la transportación pública o visitando el colmado de la esquina. En nuestro club se sirve lo que, para muchos, es el único plato caliente en el día”, expone Alma Frontera, presidenta de Boys & Girls Club de Puerto Rico.
Identificaron las familias y les hicieron llegar sus “Mochilas de felicidad”, que brindan los alimentos necesarios, entre otros respaldos.
“Algunos de los bebés de Early Head Start dejaron de venir y estamos llevando el mensaje de que nuestros espacios son seguros. Tenemos unos protocolos desde la primera semana orientando al equipo de trabajo sobre cuál es la documentación y el proceso apropiado del gobierno para llevar a cabo alguna intervención. Aunque hayan estado en comunidades donde tenemos clubes, no han llegado a ellos. Sabemos que están en las comunidades porque los papás nos dejan saber, se comunican”, indica la presidenta.
Frontera destaca que “las comunidades protegen los clubes” que mantienen “relaciones estrechas con la comunidad”. “Los consideran un espacio seguro, hay un entendimiento de que no se tocan y se protegen porque reconocen el servicio de excelencia que se realiza”, señala la presidenta.
SIGUE LA INCERTIDUMBRE POR FONDOS FEDERALES
Temprano en su mandato, el presidente Donald Trump también ordenó el congelamiento de fondos federales mientras se revisa su alineamiento con las políticas públicas que implantará. Al cierre de esta edición, se desconoce a ciencia cierta cuáles sobrevivirán los cortes en este cuatrienio, lo que altera las proyecciones de trabajo del tercer sector.
Frontera asume la situación con “una mezcla de ser responsable y planificarte, dentro de lo que se puede, aunque te cambie el plan a la semana”.
“Tenemos una responsabilidad de continuar y no dejar que el miedo nos afecte porque los niños no tienen la culpa, ni controlan eso. Ellos saben lo que está pasando, pero para nosotros es crucial que somos una constante para ellos y no vamos a permitir que se afecten porque eso está conectado con su seguridad emocional”, afirma la líder.
“Tenemos una responsabilidad de continuar y no dejar que el miedo nos afecte porque los niños no tienen la culpa, ni controlan eso. Ellos saben lo que está pasando, pero para nosotros es crucial que somos una constante para ellos y no vamos a permitir que se afecten porque eso está conectado con su seguridad emocional”.
Alma Frontera
Directora ejecutiva
de Boys and Girls Clubs de Puerto Rico |
“Un día que la puerta del club esté cerrada podría haber sido life changing, quizás era el día en que ese participante te iba a hablar de una beca que le llegó y no sabe qué hacer. Si no estuviéramos nosotros -y todo el tercer sector- ese era el día que el participante nos necesitaba con el tema de salud mental, de educación, de graduación, de preparación para que sean entes competitivos. Todo niño y joven debe tener las mejores oportunidades y sabemos que eso no es así, así que tenemos que asegurarnos. Quizás yo sólo le quité el seguro a la puerta y el joven hizo todo lo demás, pero el poder estar en la vida de esa persona constantemente, ser ese adulto que brinda disciplina, rutinas, límites, que les explica, los lleva de la mano y con la empatía de que es un ser humano en crecimiento, es bien importante. Tenemos que aseguramos de que las puertas se mantengan abiertas y los líderes estén en la calle”, insiste Frontera.
Asumir el momento implica el dilema de sucumbir al miedo o renacer. Frontera reconoce como un reto que el tercer sector tiene muchos “jefes” -desde el donante, las juntas directivas y los líderes, hasta el participante- y a todos se le rinden cuentas.
“Uno está aquí para asegurarse de que el barco vaya en la mejor dirección, de manera estratégica, para ser innovadores y empujar hacia adelante”, señala.
Al comparar el donante de fondos estadounidense con el boricua, señala que el primero tiene “un mayor nivel de entendimiento de la necesidad de fondos irrestrictos”. “Sin un andamiaje detrás de los servicios no puedes ofrecerlos y sin el conocimiento especializado del personal tampoco; aquí están súper preparados, lo que me da mucho orgullo”.
“Mientras más entendimiento haya de que tú me quieres apoyar como organización, como misión y como maquinaria de hacer que esos servicios lleguen, pues mejor nos va a todos y más probabilidades hay de que yo pueda aumentar los servicios”, culmina compartiendo el mensaje que subrayan a sus donantes.
Para saber más de Boys & Girls Clubs de Puerto Rico, visita: https://bgcpr.org.
Fotos / Javier del Valle