Se trata de un enlace directo y efectivo entre tu organización y la comunidad a la que sirves, que tiene el poder de capitalizar en el conocimiento de los participantes.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


El traspaso del conocimiento ocurre a través del promotor de salud que se convierte
en una especie de puente entre la organización y la comunidad a la que pertenece.

Un promotor de salud comunitaria conoce las fortalezas y debilidades del grupo al que sirve, por lo que resulta la conexión ideal para establecer iniciativas educativas que generen cambios. La organización Iniciativa Comunitaria (IC) lo sabe bien, por ello ha apostado por el desarrollo de este rol que activa en diversas instancias de su gestión que comenzó formalmente en el año 1992.

“El promotor de salud es un gran acierto, conoce a su comunidad y puede ser más preciso con su labor, definitivamente conecta la agencia a la realidad de la comunidad”, describe Priscilla López, directora del Programa de Capacitación y Desarrollo Profesional de IC.

Indica que los esfuerzos de la organización ganadora del Premio Tina Hills en el 2011 con sus promotores de salud comunitaria comenzaron en el 2013, y han evolucionado con el tiempo y la necesidad en el país.

“Soy de las que creen que la teoría y la práctica son la mejor combinación, mucha gente cree que solamente el profesional aporta en el proceso, pero en las organizaciones de base comunitaria nosotros aprendemos de la comunidad para poder dar un mejor servicio que vaya de acuerdo con la necesidad que tienen y seamos aceptados”.

Priscilla López,
directora del Programa de Capacitación y Desarrollo Profesional de IC

“En esa época, comenzamos a trabajar con los líderes formales e informales del Caño Martín Peña, esa área de Las Monjas, Barrio Obrero, Israel y Bitumul, porque es la más cercana a IC. Queríamos hacer un proyecto que beneficiara a la comunidad donde estamos. Comenzamos con Aurinés Torres, que es educadora en salud y doctora en currículo. Ella nos orientó sobre cómo desarrollar promotores comunitarios y nos enfocamos en la población de Las Monjas, por las características que tenía, que son las mismas que vivimos hoy en día en que vemos o muchos adultos mayores o niños, porque la población adulta joven -por las situaciones de violencia en las comunidades- usualmente son los menos. A veces, uno puede hacer este tipo de acercamiento, pero mejor identificamos líderes formales e informales de la comunidad”, detalla López.

Los líderes formales ya están reconocidos por sus pares en ese rol, mientras que los informales están empezando a desarrollar esas destrezas en sus comunidades.

“Así que junto a Aurinés desarrollamos un plan para identificar estas personas reconocidas en la comunidad, porque obviamente entendemos que el resto de la comunidad iba a seguir con ellos y con personas que están trabajando día a día en sus zonas y todavía no han sido reconocidas. Desarrollamos un proyecto de promotores de salud, adiestrándolos y reforzando áreas que ellos ya conocen porque tienen su historia y saben cómo se manejan situaciones desde la comunidad”, dice en torno a los primeros esfuerzos dirigidos a abordar temas de salud física, mental y ambiental.

PROMOTOR = FACILITADOR

López destaca que los promotores de salud resultan ser facilitadores en sus comunidades porque “aprenden las destrezas para poder darle continuidad a los servicios”, lo que resulta en una apuesta exitosa para la organización que aspira a que los cambios propuestos perduren.


`Desde el 2013 Iniciativa Comunitaria trabaja con `
el concepto del promotor de salud en su quehacer.

“Nosotros somos facilitadores externos que colaboramos para que ellos le den continuidad al proyecto y, cuando ya nosotros no estemos, ellos puedan continuar liderando y haciendo esas conexiones para dar los servicios. Trabajamos con ellos el desarrollo de unos registros en los que identificaban recursos externos en las áreas de salud mental, vivienda pública y familia, entre otros, y establecían esos contactos para que luego pudieran darle seguimiento a las situaciones que se presentaran en las comunidades. También desarrollan materiales educativos porque el promotor de salud trabaja en las campañas de salud de la comunidad”.

Como ejemplo López menciona el trabajo realizado para prevenir el crecimiento de mosquitos, durante el periodo de contagios con chicungunya y el virus del Zika que estos transmiten al infectarse.

“En ese caso desarrollaron materiales, invitaron a la comunidad y les enseñaron cómo disponer de esas aguas donde los mosquitos crecen, les enseñaron a no tener aguas acumuladas. Igual hicieron campaña educativa con la práctica de gomas acumuladas porque eran foco de acumulación y crecimiento de mosquitos. Ese promotor de salud lo que hace es que refuerza y sigue desarrollando cosas para la mejor convivencia de la comunidad donde todos están viviendo”, destaca la funcionaria de IC.

El trabajo formativo se extendió desde el año 2013 al 2019, “porque con las emergencias que vivimos en el país tuvimos que activarnos en otras cosas; trabajábamos con la comunidad, pero nos diluimos por toda la isla”.


Una de las mayores fortalezas del promotor de salud es el hecho de
que tiene la libertad de ajustar lo aprendido a su realidad y entorno.

“Luego de eso, del 2018 al 2021, trabajamos otras capacitaciones para promotores comunitarios y líderes de salud en los temas de manejo de emergencias y de la pandemia por COVID-19. Los desarrollamos no solamente aquí en Las Monjas, si no que nos movimos a Ponce, que fue uno de los pueblos impactados por la pandemia, los huracanes y los terremotos. Les enseñamos a estos promotores comunitarios a diseñar unos proyectos en los que cada manejo de emergencia tiene cosas similares, pero entendiendo que uno no maneja igual cada emergencia cuando se trata de un terremoto o es una situación como la pandemia”, puntualiza las diferencias.

El rol del promotor comunitario evoluciona con la necesidad, pero lo que no se altera es ese rol de enlace entre servidores y servidos.

“Formamos ciudadanos en sus comunidades y podemos ser más efectivos en nuestro trabajo. La realidad es que nosotros como organización llevamos una información, pero realmente muchas veces ellos tienen mejores estrategias para manejar muchas situaciones. Por ejemplo, les llevamos una información y nos dicen ‘ah, eso es importante, pero nosotros la llevamos de cierta manera y la gente la acepta mejor’. Soy de las que creen que la teoría y la práctica son la mejor combinación, mucha gente cree que solamente el profesional aporta en el proceso, pero en las organizaciones de base comunitaria nosotros aprendemos de la comunidad para poder dar un mejor servicio que vaya de acuerdo con la necesidad que tienen y seamos aceptados”, culmina López.

Para conocer más sobre los programas esta organización, visita su perfil en Facebook @Iniciativa Comunitaria.

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