Decía Doña Tina que es importante compartir lo que Dios nos ha dado con quienes más lo necesitan. Así lo hizo a través de la Fundación Ángel Ramos desde su presidencia (1958-2008) y como miembro de su Junta de Directores hasta el 2025.
Bajo su liderato, la Fundación se convirtió en la principal institución filantrópica en Puerto Rico. En más de 65 años de historia, la institución ha invertido sobre $130 millones en más de 1,000 organizaciones sin fines de lucro.A esto se suma una especial donación personal que otorgó Doña Tina al Museo de Arte de Puerto Rico: una valiosa colección de 16 prestigiosas obras de artistas puertorriqueños que recogen parte de la historia de las artes plásticas del país durante el siglo XX. Conjuntamente, la Fundación donó al Museo otras 15 obras, también de artistas puertorriqueños. Esta colección es una de las más importantes de la institución situada en Santurce.
Su labor filantrópica no se limitó a Puerto Rico. Fue nombrada “ Mujer del año” en Detroit, donde trabajó activamente en United Way, organización que ofrece liderazgo y apoyo a una red de casi 1,800 entidades de base comunitaria en 45 países y territorios, museos de arte y otras instituciones culturales. En Miami presidió el Council of Arts & Sciences y el Comité de Reconstrucción de Bayfront Park, en el cual designaron una zona especial en 1996 como “Tina Hills Pavilion”.
“Es muy difícil separar la persona de Tina de la filántropa, su espíritu filantropico emanó siempre de sus valores.
Tina dirigió con éxito la Fundación Ángel Ramos después de la muerte del empresario porque, por encima de cualquier otro atributo, ¡fue una mujer de fe! Ella era una cristiana de verdad, no en el sentido piadoso, sino en el práctico. Tina vivió convencida de dos cosas: que todos somos iguales ante el Padre y que a quien Dios le da más, tiene el deber de ayudar al que tiene menos.
Con esa filosofía de telón de fondo, sabía que la educación en todas sus dimensiones es el factor determinante como agente de cambio. Son muchas las instituciones educativas que a través de estos 65 años se han beneficiado de esa convicción que ha transformado la vida de tantos.
Así mismo Tina- como buena italiana- y con esa misma pasión, defendió el arte como instrumento de crecimiento. De ahí su respaldo inequívoco a los museos puertorriqueños y a tantas organizaciones que impulsan la apreciación musical.
De carácter firme y corazón inmenso, Tina deja a los puertorriqueños un legado de compasión y generosidad. Ojalá las generaciones más jóvenes descubran en ella un ejemplo de cómo servir mejor a la patria”.
Marisara Pont Marchese
Integrante Junta de Directores
Fundación Ángel Ramos