La charla magistral de la Cátedra Ángel Ramos celebrada en la Universidad del Sagrado Corazón sobre el uso de la inteligencia artificial estuvo a cargo de la periodista española, Esther Paniagua Gómez. 

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Representación de la FAR y de la USC, de izquierda a derecha: CPA Roberto Santa María,
presidente de FAR; Dra. María Vera Hernández, decana de la Escuela de Comunicación
Ferré Rangel de la USC; Laura López Torres, directora ejecutiva de la FAR;
Esther Paniagua Gómez, invitada especial; Lcdo. Gilberto J. Marxuach Torrós,
presidente de la USC; Dra. Anuchka Ramos Ruiz, Provost y Vice presidenta de Asuntos
Académicos y Estudiantiles de la USC y el Sr. Diego Suárez Matienzo,
presidente de la Junta de Directores de FAR.

Con el complejo y abarcador procesamiento de datos que realiza la inteligencia artificial (IA) ya convivimos. Después de la fascinación inicial por sus respuestas inmediatas y cargadas de datos, llega el momento de reflexionar en torno a su utilidad, su confiabilidad y cómo aprovecharla, especialmente si eres periodista.

La Cátedra Ángel Ramos presentó a la española Esther Paniagua Gómez, experta en el tema, quien brindó la conferencia magistral, Inteligencia artificial en el periodismo y la comunicación: retos y oportunidades, el miércoles 12 de noviembre, en el Teatro Emilio S. Belaval de la Universidad del Sagrado Corazón (USC) en Santurce.

Estudiantes, profesores y entusiastas de la comunicación pública conformaron la nutrida audiencia. La doctora María Vera, decana de la Escuela de Comunicación Ferré Rangel de la USC, dio la bienvenida y distinguió entre los asistentes a Gilberto J. Marxuach Torrós, presidente de la USC; a Anuchka Ramos Ruiz, vicepresidenta Ejecutiva de Asuntos Académicos y estudiantiles de la USC; a Roberto Santa María, presidente de la Fundación Ángel Ramos (FAR); a Laura López, directora ejecutiva de FAR; a Diego Suárez, nuevo presidente de la Junta directiva de FAR y a Jaime Bauzá, uno de sus integrantes.

Poco después se proyectó un vídeo producido por la periodista y escritora, Ana Teresa Toro, y editado por Javier del Valle, que condensaba la historia de Ángel Ramos, sus inicios humildes, sus objetivos cumplidos con la creación del primer conglomerado de medios puertorriqueño y la misión de la fundación que estableció hace más de seis décadas y que ha servido a la isla desde entonces, guiada por su entonces viuda, Argentina S. Hills. 

“Tenemos que preguntarnos qué estamos buscando y el nivel de excelencia que queremos. ¿Hacer más de peor calidad? Tenemos que aspirar a hacer las cosas excelentes".
Esther Paniagua Gómez,
conferenciante invitada de la
Cátedra Ángel Ramos 2025
de la USC
 

El breve acto protocolar precedió el plato fuerte de la mañana, la conferencia de la periodista Paniagua, autora especializada en temas de ciencia, tecnología y ciberseguridad, cuyo libro Error 404: ¿Preparados para un mundo sin internet? ha sido traducido al alemán e italiano, entre otros idiomas.

Tras establecer el complejo entramado de patrones diseñados por el ser humano con el que opera la inteligencia artificial, la conferenciante mostró ejemplos sobre las secuelas de su uso, que comenzó a masificarse a partir del 2010.

“La inteligencia artificial detecta patrones para producir contenido”, explicó Paniagua en torno al modo en que la IA genera textos, “hace una predicción de la siguiente palabra, no entiende lo que le preguntamos. Está entrenada con trillones de palabras o trozos de palabras en internet”.

De este modo consignó que el ser humano ha alimentado la IA a lo largo de los años y que esta debe ser vista como un asistente eficaz, mas no infalible. Siempre debe imponerse el discernimiento y la razón humana al corroborar los datos que ofrece.

¿EXISTEN LÍMITES?


La conferenciante y periodista española Esther Paniagua Gómez, experta en ciberseguridad
e inteligencia artificial, advirtió acerca de la necesidad de establecer límites éticos
a la hora de integrar la IA al trabajo periodístico.

La repuesta inmediata a esta interrogante es: los debes fijar tú mismo. Especialmente dado el contexto de que la IA ni es infalible, ni piensa, como se escucha decir. “No producen verdades si no contenido verosímil, nos pueden llevar a engaño”, indica Paniagua al traer como ejemplo que al hacerle una petición a, por ejemplo, Chat GTP, la plataforma hace una búsqueda veloz de la información disponible y la presenta cual si fuera verdad. Nos corresponde separar la paja del grano entre los múltiples enlaces que recomienda, verificando su autenticidad y seriedad.

“Los humanos entrenamos la IA para que sea capaz”, recordó la periodista sobre quién tiene el control.

En la gestión periodística la IA ha llegado para quedarse. Su arribo coincidió con el desplome de las estructuras comerciales periodísticas tras la desaparición de los periódicos en papel, lo que les abrió la puerta a las redacciones globales en busca de abaratar costos en la redacción de notas. Múltiples noticias y titulares que leemos son el resultado de versiones creadas por IA –“tienen olor a Chat GTP”, dice Paniagua- y puede percibirse en detalles como la repetición de patrones gramaticales y sintácticos, entre otros casos. “Las lees y dices ‘han usado la muletita’ y te preguntas como lector ‘cuánto es tuyo y cuánto es de Chat GTP’”, dice.

Útil para buscar datos, es fundamental que estos sean corroborados por el redactor, estableciendo correlaciones, revisando fuentes. De igual manera, la IA puede clonar voz e imagen de sujetos humanos, lo que en ocasiones ha contribuido a la proliferación de desinformación cuando se utiliza de forma temeraria. 

La IA puede respaldar a un periodista en la creación de gráficos, al suministrar ideas sobre la dirección de una investigación, en la transcripción de textos o en la titulación. Es especialmente eficaz en las tareas repetitivas. Si bien podría decirse que la industria periodística mundial ha optado por descansar en la IA para hacer labor periodística “a escala y más rápido”, Paniagua alerta que sin supervisión humana puede incitar a incorreciones o falacias que pueden tener un impacto nocivo en la credibilidad tanto del periodista como del medio. 

VIDA EN LA ERA IA


El Teatro Emilio S. Belaval de la Universidad del Sagrado Corazón estuvo lleno a capacidad para
la conferencia en la que participaron estudiantes, facultad y representantes
de otras escuelas de comunicación del país.

La conferenciante presentó ejemplos del alcance de la IA y cómo se percibe. Mostró a Aitana, una influencer española creada con IA que sobrepasa los 200 mil seguidores en Instagram, y a Alba Renai, presentadora de un espacio web del programa Supervivientes. Destacó comentarios generados por su participación: “No envejece”, “Disponible 24 horas”, “No cobran salario”, “Bajo mi control”, entre otros, y la antropomorfización de la que fue objeto.

“(Alba Renai) no es ella, es esta”, explicó Paniagua.

La magnitud del uso actual de la IA tiene un impacto social. En algunos casos, los resultados que ofrece a algunas búsquedas refuerzan estereotipos ocupacionales, de género, raciales o de aspecto físico, según se mostró en la conferencia. En ese caso estaríamos ante un retroceso tras avances sociales alcanzados.

La automatización presenta varios sesgos en materia de privacidad y seguridad, de desinformación a causa de fuentes y datos falsos que suministra, y de idiocracia, lo que ocurre cuando se le delega a IA funciones cognitivas. La conferenciante sostuvo que la deuda cognitiva refleja un 55% menor de actividad cerebral. De ahí que resulta fundamental reflexionar si la IA hace el trabajo por ti o te ahorra pensar.

“También hay un asunto de responsabilidad cuando se dice que la IA piensa, si comete un error se responsabiliza al sistema y no se asume”, dice Paniagua y agrega que trae deshumanización y alerta sobre la posibilidad de que se le requieran cosas éticamente reprobables que no haría el ser humano.

“Tenemos que preguntarnos qué estamos buscando y el nivel de excelencia que queremos. ¿Hacer más de peor calidad? Tenemos que aspirar a hacer las cosas excelentes”, señala sobre la labor acompañada de IA.

Paniagua también apuntó al impacto al medioambiente de la IA. Uno de los datos en proyectados en pantalla resultó muy elocuente: “Si Internet fuera un país, sería el 4to. más contaminante del mundo”. Las exigencias eléctricas de sus centros de datos son muy elevadas y es uno de los múltiples retos a considerar.

De cara al futuro, Paniagua exhortó al público a utilizar la IA con una continua responsabilidad de revisión para garantizar rendimiento de cuentas y transparencia, entre otros parámetros. Instó a usar las herramientas que provee como complementos de su gestión, a cuestionar sus resultados y a ser dinámicos en el trabajo y a estimular la interacción presencial.

“Nosotros tenemos la voluntad. La IA no se levanta un día y dice ‘voy a escribir un poema o a pintar un cuadro’. El humano es el que tiene la voluntad”, subrayó Paniagua.

Fotos / Suministradas / USC

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