La fundadora de Miranda Foundation falleció el pasado 5 de diciembre; recordamos su sólida huella en el tercer sector. 

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Su perrita Shakti fue una de sus mayores alegrías, aquí junto a ella en su hogar.

Ahora les toca a ustedes”, dijo Lourdes Miranda Martínez en el 2017 -una semana antes del paso del huracán María- durante la última entrega del Premio Solidaridad que otorgaba Miranda Foundation en el Museo de Arte de Puerto Rico. Hoy sus palabras resuenan con fuerza, son un poderoso eco que le recuerda al tercer sector sus capacidades y le alienta en esta maratónica lucha por viabilizar un Puerto Rico más justo para todos sus habitantes. 

Miranda ya no está para compartir ideas, para guiar con su sabiduría que siempre privilegiaba el colectivo. La empresaria y filántropa falleció el pasado 5 de diciembre a los 87 años en la isla a la que regresó en el1999, luego de tres décadas de trabajo en Washington D.C. Allí, en el 1992, fundó Miranda Foundation para respaldar el desarrollo de los boricuas de distintas generaciones y quehaceres. Le sobreviven sus dos amores: su hija y colaboradora, la gestora cultural, Cristina King, y su nieto Matías.

Desde que puso pie definitivo en Puerto Rico justo antes del cambio de siglo, Miranda trabajó con más de 250 organizaciones a través de su fundación. A su llegada encontró una sociedad boricua “fragmentada y polarizada”. “Ahí llego al tema de la solidaridad”, contó en entrevista con Oenegé en el 2018.

Miranda se interesó por organizaciones e iniciativas con potencial, listas para crecer y comenzó a apoyarlas con incentivos económicos que respaldaran sus proyectos. Luego quiso festejar la unión de voluntades y en el 2002 estableció el Premio Solidaridad. 

“Me vino a la mente el concepto “solidaridad” como un valor vital de la cohesión social y pensé ‘¿qué hago con esto?’. Quería destacarla, pero no en el área individual, porque aquí siempre la ha habido, lo ves en casos de emergencia, pero la colectiva no la había. Quise resaltar lo colectivo porque resaltar a uno es lo que nos está matando”, explicó la líder el origen del premio que se mantuvo activo durante 15 años en los que se invirtieron $450 mil y evaluaron cerca de mil nominaciones.

La organización o el movimiento ganador recibía $30 mil por promover la solidaridad colectiva y las alianzas multisectoriales en busca del bien común.

“El premio tuvo su función, el tiempo de premiar pasó, es tiempo de actuar. De corazón hemos hecho esto juntos, sabemos lo que hemos hecho, no necesitan del premio para continuar, ahora les toca a ustedes”, dijo Miranda en el 2017 tras anunciar en la ceremonia que acababa el ciclo de premiaciones.

Después del paso del ciclón María, Miranda Foundation aportó al Fondo ADELANTE mediante el cual la Red de Fundaciones de Puerto Rico —hoy Filantropía PR— respaldó las necesidades del tercer sector para continuar sirviendo a sus participantes.

LO QUE PUERTO RICO LE REGALÓ


Miranda recibió a Oenegé en su hogar en el año 2018 en una memorable entrevista
en la que no sólo repasó su vida y obra filantrópica, sino que compartió su sabiduría
y aprendizajes con el objetivo de que nuevas generaciones continúen apostando a la solidaridad.

Un año después, en el 2018, al reflexionar sobre el impacto filantrópico de Miranda Foundation, su líder agradecía la oportunidad de haber conocido personas comprometidas con el crecimiento del país, con el bienestar de sus residentes en todos los rincones.

“Conocí una gente magnífica que me hizo reconectarme con el Puerto Rico al que yo quería regresar. Este país no se hunde mientras haya personas como las que trabajan desde las organizaciones sin fines de lucro. Pero ellos solos no pueden, se necesita una masa, más personas”, declaró al valorar la gestión de nuestro sector social. 

Miranda utilizaba su historia para ejemplificar a dónde puede llevarte el empeño. Se graduó en la University High School de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras en la década del 50 y logró estudiar su bachillerato en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Se casó, vivió en España y a su regreso a Estados Unidos impartió clases de Literatura hispana en Trinity College. En los 60 conoció a la líder comunitaria y activista puertorriqueña radicada en Nueva York, Antonia Pantojas, y colaboró en la creación del Boricua College. Cuando comprendió que debía procurarse su sustento y el de su hija, decidió ofrecer consultorías y traducciones en inglés y español, así estableció Miranda Associates, una compañía especializada en servicios editoriales y educativos.  

“Nada de lo que hice en mi vida lo hice sin miedo, siempre quise medirme con los mejores”, confesó a Oenegé para más tarde agregar que “el enfoque de la fundación y el premio fue transversal, nunca un área específica, de tender puentes, de juntar gentes, comunidades, ideas; todo eso hacia la justicia social. Ese ha sido el hilo”.

“El otro hilo es huirle al ‘no me atrevo’”, añadió, “haga las cosas, aunque sea con miedo, pero hágalas”.

Partidaria de no temerle al cambio, Miranda confiaba en que la transformación del país era viable y celebraba haber regresado. 

“El mejor regalo ha sido la esperanza” y tener “la oportunidad y el privilegio de hacer”. “Para lo que yo regresé era para hacer algo por mi patria, poder poner mi granito de arena en esta tierra”, dijo.

Con el objetivo de documentar los esfuerzos colectivos en la isla, en diciembre del 2020 presentó el libro “NosOtros: voces protagonistas de una trayectoria de filantropía y solidaridad en Puerto Rico”. Mediante 18 ensayos —de la autoría de diversos aliados filantrópicos de Miranda Foundation— se repasa la huella filantrópica de la entidad a lo largo de 25 años. 

“Míralo aquí, este es el trabajo de todos”, dijo mostrando la publicación durante otra entrevista con Oenegé en ocasión de su lanzamiento.

"Quise resaltar lo colectivo porque resaltar a uno es lo que nos está matando". 
                Lourdes Miranda,
en entrevista con Oenegé
en el 2018

El orgullo provocaba la risa de sus ojos y de sus labios. En esas páginas sobraban las razones para siempre regresar a la solidaridad como vía de cambio. 

“Creo firmemente que la filantropía es una fuerza potente para impulsar el cambio social y apoyar aquello en lo que se cree apasionadamente. El único requisito es la voluntad de hacerlo, independientemente de los recursos económicos, de la condición social o del género. Todos teneos algo que compartir”, escribió para finalizar su ensayo, “Una mirada a la filantropía como la conozco”, incluido en el texto.

“Qué mejor lección de vida que la esperanza”, resumió Miranda a Oenegé tras permitirse mirar atrás y calibrar los aciertos y desaciertos en su caminar, su evolución personal, en la aportación a mejorar la vida de otros.

Tan pronto se dio a conocer la noticia de su partida física, su hija se expresó en redes sociales. 

“Gracias por sus gestos y mensajes de apoyo y amor en esta etapa tan difícil, Matías y yo los recibimos con mucho cariño. Y mi madre en sus nuevos horizontes. Pedimos espacio para nuestro duelo”, escribió King, quizás aliviada tras haber compartido a Miranda con un Puerto Rico que la despide con amor.

Fotos / Archivo Oenegé / Javier del Valle

 

GANADORES PREMIO SOLIDARIDAD DE MIRANDA FOUNDATION


2003 Comerciantes Unidos para el Desarrollo Comunitario de Camuy


2004 Fundación Nueva Escuela para Puerto Rico


2005 Iniciativa Comunitaria de Investigación


2006 Comité Comunal de Corcovada


2007 Prensa Comunitaria


2008 Coalición Pro Corredor Ecológico del Noreste


2009 Grupo de las Ocho Comunidades del Caño Martín Peña (G8)


2010 Alianza Laura Aponte para la Paz Social


2011 First Response Emergency Medical Services (FREMS)


2012 Casa Pueblo


2013 Amnistía Internacional Sección de Puerto Rico


2014 Taller Salud


2015 Ciudadanos del Karso


2016 Colegio de Educación Especial y Rehabilitación Integral, Inc. (CODERI)


2017 Frente Unido Pro Defensa del Valle de Lajas


 

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