La realidad es que se han perdido 230,000 empleos, apunta el economista y presidente de Estudios Técnicos. "Hay una situación social muy difícil". Ahora tampoco van a extender el tiempo del desempleo, mas la población está envejeciendo y requiere más servicios sociales. "Esto significa que las organizaciones sin fines de lucro van a estar recibiendo más demanda por sus servicios. Por un lado restricción y, por otro, un aumento dramático y significativo en cuanto a las necesidades" es su predicción.
Sin embargo, no todo está perdido. Por el contrario, el panorama será sombrío pero, también hay elementos y posibilidades que prometen.
Para Carrasquillo, por ejemplo, si bien el sector privado va reduciendo la cantidad de dinero que quiere dar para filantropía, por otro lado, cada vez hay más empresas interesadas en la responsabilidad social y, sobre todo, en lograr resultados. "Quieren un socio de negocios, no una gente que les haga un llorao'", explica. En ese sentido, las organizaciones no gubernamentales tienen oportunidades si reinventan su relación con el sector privado "construyendo alianzas en lugar de acudiendo a pedir donativos".
Es decir que, ante la crisis económica que parece seguirá extendiéndose, existen al menos dos opciones: se puede enfrentar "llorando y poniendo el candado o se puede enfrentar de manera más creativa, como es explorando fusiones posibles, alianzas entre organizaciones", dice Carrasquillo.
¿Pero de qué tipo de alianzas estamos hablando? Por ejemplo, sistemas de cooperación que les permitan compartir gastos.
Otro tema importante que el sector deberá velar con mucha cautela es el de hilar fino al momento de responder a todo lo que el Gobierno deja de hacer. "Hay que ser más discreto. No se puede ser el salvador de la humanidad. Políticamente no es estratégico cubrir las faltas cuando lo que hay que evidenciar es precisamente la necesidad del gasto social".
No es una estrategia sencilla. Una de las perspectivas de futuro con que cuentan las organizaciones es, precisamente, el hacer más rentable la operación gubernamental. Es decir, que si el Gobierno no puede rehabilitar adictos de drogas, por ejemplo, porque le cuesta demasiado, las organizaciones sí puedan hacerlo por un costo menor debido a que sus gastos operacionales, por ejemplo, son menores que los del Estado. Hay que alcanzar la mezcla justa de "estrategia política y estrategia de negocios", dice Carrasquillo.
"Cada vez más nos damos cuenta de que hay que promover la economía social"
En entrevista con OENEGÉ, Samuel González, director de Fondos Unidos de Puerto Rico, señaló que hay un desgaste de los donantes. "Cada año el reto económico es más fuerte y va acentuando las crisis sociales. Vemos la ola de violencia de gente bien joven, balaceras, descomposición".
El líder del tercer sector se pregunta cómo podemos esperar que esos jóvenes crezcan siendo productivos y amorosos si estamos abusando de esa niñez.
Por ejemplo: 19% de los nacimientos en Puerto Rico son de madres de 14 a 19 años. "Por ahí se dice que son niñas criando niños pero eso no es así. A estas niñas las embarazan los adultos. Son adultos abusando de niñas".
Las estadísticas en general aún son tétricas, cuenta González. "Hay escuelas en las que el 37% de los niños no pasan el primer grado. Ya ese niño es un desertor escolar en potencia. El 56% no sabe leer ni escribir al nivel que se espera cuando entra a cuarto grado. El 40% de nuestros jóvenes no tiene diploma de escuela superior".
Desde el año pasado, Fondos Unidos decidió cambiar parte de su modelo hacia la prevención en poblaciones de niñez temprana. Esto "para lograr su potencial porque una vez el niño está en el maltrato, ya está marcado para toda su vida y es tarde, nos toma muchísimo reconstruirlo. Después de cuarenta y siete años nos hemos dado cuenta de que seguir invirtiendo en programas remediales no resuelve los problemas. Cuando la situación económica empeora, hay menos dinero así que hay que ir a lo preventivo".
Este año, varias fundaciones como Ángel Ramos, Banco Popular, Carvajal y Fundación Comunitaria, entre otras, han comisionado la actualización del Estudio sobre las Organizaciones sin Fines de Lucro en Puerto Rico que lleva a cabo Estudios Técnicos. González está muy esperanzado en que éste sirva para convencer al Gobierno sobre el peso y la importancia social y económica de las organizaciones no gubernamentales (OENEGÉS) en Puerto Rico.
Esto no solo es importante para el tercer sector sino también para el futuro económico del País. Para Villamil, en estas organizaciones existe una oportunidad única para el desarrollo económico comunitario. "Lo que estamos viendo es que cada vez más nos damos cuenta de que hay que promover la economía social y eso quiere decir un modelo económico donde las organizaciones tienen un rol mucho más importante".
Los planes están diseñados y echados a correr. Son cada vez más las organizaciones que están reinventando sus acercamientos socioeconómicos y su razón de ser. En Fondos Unidos, por ejemplo, entidad que otorga más de 10 millones de dólares al año a unas 138 organizaciones en Puerto Rico, "no es la única fórmula pero es la nuestra: educación, estabilidad financiera y salud", explica González. "Concientizar, trabajar en un movimiento a favor de nuestra niñez temprana. Y vamos a ayudar a nuestras entidades afiliadas a obtener mejores niveles de eficiencia y utilizar modelos basados en evidencia para ser más autosustentable, demostrar a la comunidad que su labor tiene un resultado medible, que no es solo darle comida a un deambulante".