Para las maestras de este centro los talleres de APRENDO fueron ese empujón para seguir aprendiendo


 

Por Ana Castillo Muñoz
OENEGÉ

En una montaña de Yabucoa está el Centro de Cuido y Preescolar Edén Paraíso Infantil donde las maestras se convierten en ‘titís’ de sus estudiantes con el fin de despertar en ellos un sentido de comunidad escolar-familiar.

Para que eso se dé ellas reciben todos los días a sus 50 ‘sobrinos’ a partir de las 6:00 a.m. Les preparan desayunos y empiezan el día cantando y entonando el abecedario.

Hace cerca de cuatro meses que este grupo de educadoras culminó los talleres de capacitación del programa APRENDO de Fondos Unidos de Puerto Rico. Este grupo de maestras ha sido el primero en beneficiarse de participar de los cambios del programa que consisten en la integración de visitas de acompañamientos de las talleristas a los centros educativos.

APRENDO se creó con la finalidad de dirigir y adiestrar a las personas que laboran en los centros de cuidos y preescolares para que estos cumplan con los modelos de alta calidad en servicios y de esta forma impulsen el progreso en los niños y niñas del País. Desde al año pasado, Fondos Unidos comenzó a rediseñar el currículo para los talleres, incluyendo a su vez un programa de visitas de mentoría y evaluación.

 

Para la maestra Vivian Silva, los talleres y estas visitas han sido de gran ayuda. Silva lleva más de 5 años trabajando en el Centro de Cuido y Preescolar Edén Paraíso Infantil y desde que participó de los talleres, al igual que sus compañeras, dice que gracias a las técnicas de enseñanza que conoció en APRENDO ha podido lograr que los estudiantes sean los propios gestores de su aprendizaje.

“Ellos (los estudiantes) utilizan más el pensamiento crítico, me dan ideas y yo las hago; eso me ayuda a tener más técnicas para ellos mismos”, expresó. Como educadora comenta que es importante para ella que los niños y las niñas “tengan el control de la clase y que hagan su propio espacio y desarrollen sus técnicas de aprender”.

Antes de los talleres, Silva dictaba la clase mientras los niños y niñas permanecían sentados en las sillas. Por consejos de la tallerista la dinámica cambió. Ahora los estudiantes se sientan en el piso y se ponen de pies para ser parte directa de la lección. Según la maestra del centro, ese pequeño ajuste le permite poder impactarlos individual y fácilmente.

Silva cuenta que participar de estos cursos ha sido una experiencia bien enriquecedora y más aún para ella, pues actualmente está terminando su bachillerato en Educación Preescolar.

Cuando el centro educativo Edén Paraíso Infantil abrió sus puertas tenía como meta brindarles a los niños y niñas un espacio en el que fueran felices. Por eso, Wanda Álvarez, la directora del Centro, motiva a sus empleadas a ser cada día mejores profesionales. Según Álvarez, los conocimientos que obtuvieron en los cursos de APRENDO deben ser continuos. Por lo mismo, todos los meses en la reunión de equipo de las maestras se repasan las técnicas y lecciones que se ofrecieron en los talleres. Esto para mantener la mente fresca y ejercer las prácticas adecuadamente.

“Cuando tú tienes un equipo que trabaja unido, pues entonces llevamos al éxito a nuestra institución. Esto no se compone del trabajo de esta servidora como directora, sino del trabajo - de todas- y que estemos comprometidas con los padres, con la familias y los niños”, comentó.

En Edén Paraíso Infantil basan su filosofía educativa mediante “las 5 C y una S” que son: comprensión, confianza, confraternización, cordialidad, comunicación y sinergia. Bajo esa doctrina, imparten la disciplina y los valores a los niños y niñas. Además, para ellas fue bien importante reconocer que no existen personas disfuncionales y que les corresponde a los maestros y maestras brindar ayuda a los niños y niñas, así como a sus familias, en las diferentes áreas de la formación del ser humano.

Antes de que los niños y niñas regresen a su hogar, toman una siesta y al despertar se preparan para la hora de dibujo. Allí, es cuando más libres están de expresar sus ideas.

Lo más importante para la maestra Silva es hacer ciudadanos de bien y sembrar ese granito de arena en la construcción de un mejor futuro. Cuando se le pregunta qué espera de estos niños y niñas, que la llaman “tití Vivian”, dice que desea “que sean personas independientes, personas de bien, que puedan realizar todo lo que se proponen en la vida, que tengan un buen futuro y que  educativamente sean excelentes. Yo sé que lo van a lograr”.

 

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