Sin embargo, a pesar de estar conscientes de su poder participativo en la sociedad, los jóvenes están expuestos a situaciones que atentan contra su productividad y amenazan su escolaridad. Por eso, es de suma importancia crear esfuerzos encaminados a desarrollar políticas públicas y programas alternos destinados a la juventud.

Uno de los pilares para que los jóvenes alcancen su máximo desarrollo es una educación primaria adecuada. Sin embargo, según el Instituto del Desarrollo de la Juventud, cerca del 8 por ciento de los niños(as) y jóvenes entre los 3 y 17 años en la Isla no están matriculados en la escuela. Para atender esa población ―desde un acercamiento y una perspectiva diferente―, existen diversas organizaciones sin fines de lucro que ofrecen servicios de educación alternativa como Nuestra Escuela, Politécnico Amigó, Crearte Inc., Proyecto Casa, Aspira de Puerto Rico, Centros Sor Isolina Ferré, el Programa de Educación Comunal del Entrega y Servicio, (P.E.C.E.S.), Proyecto Nacer, entre otros.

Además de los servicios de educación, los jóvenes cuentan con el apoyo de otras entidades que trabajan para hacer de estos un componente clave de su propio entorno. La educación, el arte, la convivencia y la prevención son factores inseparables para la sociedad, su reformación y la transformación humana. Jóvenes de Puerto Rico en Riesgo, Alianza para un Puerto Rico sin Drogas, Casa de Niños Manuel Fernández Juncos, Andanza y la recientemente ganadora del Premio Tina Hills por Servicios a la comunidad, Boys & Girls Clubs de Puerto Rico son solo algunos de las otras entidades que se ocupan del sector juvenil.

Para el año 2008, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) determinó que los jóvenes representaban el 44 por ciento total de personas en situación de desempleo, lo que repercudía en que solo el 25% de ellos tenía la edad legal para trabajar. Por datos como estos, han sido también varios los esfuerzos multisectoriales dirigidos a propiciar proyectos de participación y autogestión empresarial para los jóvenes, pues así intentan evitar que por desesperación y falta de herramientas terminen conformándose con trabajar el sector informal e ilegal.

Este es mes de ellos. Junio es el mes de la juventud y por eso Oenegé desea ―antes que culmine el mes― celebrar, pero sobre todo reconocer, los esfuerzos que a diario hacen los jóvenes para remendar esa visión de pérdida que tiene la sociedad sobre ellos. Los jóvenes no están perdidos, están conociendo su entorno, participando de él, apoderándose de él y siendo entes y agentes productivos para la sociedad. Los jóvenes tienen un bastión de posibilidades en sus manos y el Tercer Sector es clave en su gestión.
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La Fundación apoya a diversas instituciones que rinden servicios a la juventud en Puerto Rico. En reconocimiento a sus labores, Oenegé reseña el quehacer y el impacto social de dos de estas: Politécnico Amigó y el Instituto del Desarrollo de la Juventud. Para leer los reportajes oprima aquí.

 

 

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