Y es que Nuestra Escuela, Iniciativa Comunitaria de Investigación, SER de Puerto Rico y la Fundación Ricky Martin, salieron de sus espacios individuales para integrar sus servicios en una alianza. El Centro Tau parte de un enfoque educativo, salubrista y de justicia social para proveer una cultura de paz, protegiendo, así, los derechos humanos.

El llamado a esta unión fue gestado por la Fundación Ricky Martín teniendo en cuenta el peritaje,  las buenas voluntades y la experiencia de estas entidades. “Ellos están aquí, sobre todo porque han demostrado, a través de los años, un compromiso con un sector de la población que,  por lo general, está invisibilizado o que no ha obtenido los ofrecimientos que deberían tener para desarrollarse”, explicó la doctora Sara Santiago, consultora del proyecto.

La institución educativa, Nuestra Escuela, se encargará del componente escolar, mientras que Iniciativa Comunitaria y SER de Puerto Rico, estarán liderando el componente salubrista y de desarrollo temprano respectivamente.

Nuestra Escuela, presidida por Justo Méndez Aramburu y dirigida por Ana Yris Guzmán, asumirá el componente académico y social de los estudiantes desde los dos hasta los 21 años. Tendrán a su cargo, la educación de 120 niños, niñas y jóvenes que estarán día a día en el centro tomando clases.

Durante los pasados 14 años, el modelo educativo que ha mantenido Nuestra Escuela corresponde a una filosofía de educación integral, independiente y solidaria. Este programa educativo estimula la autogestión de los participantes y propone que sean ellos quienes autodirijan su vida con las herramientas que el centro les otorgará.

Para el presidente de Nuestra Escuela, esta alianza crea un nuevo paradigma en la educación puertorriqueña. “No es solo una fase educativa lo que otorga el centro, sino que también es el elemento para un desarrollo del ser humano sano que cumpla con el mandato constitucional”, sostuvo.

“La constitución de Puerto Rico no es un derecho a la educación lo que garantiza, lo que garantiza es un derecho a una educación que permita el pleno desarrollo de la personalidad del individuo y eso no se ha venido logrando en Puerto Rico. Esta nueva alianza permite la formación cabal del individuo cumpliendo ese mandato constitucional”, añadió.

Por su larga trayectoria identificando las necesidades de los niños y niñas, SER de Puerto Rico estará evaluando a los participantes del Centro Tau con el propósito de diseñar programas individuales que ayuden en el desarrollo y desenvolvimiento de cada uno de ellos. En ese sentido, contribuirá en la capacitación del personal, así como con en el otorgamiento de destrezas y herramientas que ayuden a identificar problemas o situaciones que pudieran afectar el desarrollo del niño o niña. También, tienen a su cargo el cuidado de estos. Eventualmente, los jóvenes más grandes serán evaluados, para a su vez, identificar necesidades en ellos.

“SER tiene un rol de potenciar, de facilitar y sobre todo ese proceso de cernimiento disciplinado. Son muchos especialistas trabajando con los niños y niñas para, entonces completar la evaluación de cada uno para que se le dé lo que necesita. De hecho, SER ayudará a preparar un plan de intervención para cada niñito y será asesor del Centro Tau para que se pueda cumplir ese plan”, agregó Santiago, la ‘arquitecta del junte’, como le llaman los aliados.

Además de ser un espacio de educación y encuentro común, el Centro Tau apela a la equidad. Al menos así lo define Nilda Morales, directora ejecutiva de SER de Puerto Rico, pues para ella el centro viene a ser ese modelo de colaboración que trae un propósito en conjunto, que es “darle futuro a estos muchacho y muchachas” que necesitan de una alternativa diferente para identificar y optimizar todas las destrezas que tienen, desde sus primeras etapas hasta su vida de adulto independiente.

“SER es una organización de muchas ramificaciones. Para solucionar los problemas críticos que enfrenta Puerto Rico se tiene que hacer una unión de esfuerzos, primero, porque compartes conocimientos y experiencias, segundo, duplicas lo que uno hace y lo que otro hace, y tres, cuando remamos en una misma dirección, aunque seamos paralelos y no necesariamente tengamos que converger, todos avanzamos a lo mismo, vamos unísonos, todos vamos ganando en ese trayecto”, apuntó Morales.

Según Méndez Aramburu, con la incorporación de la fase de cernimiento de cada niño, niña  y joven, el  modelo académico psicosocial y biológico de Nuestra Escuela se redondea.

En términos salubristas, comunitarios y sociales, Iniciativa Comunitaria  apelará al desarrollo de los jóvenes mediante talleres de salud física, mental y espiritual. De paso, unirá esfuerzos en la prevención, protección e intervención en los jóvenes. De igual forma, se encargará de unos módulos específicos que se trabajarán en el centro y para los cuales su recurso humano dará apoyo a los miembros de Nuestra Escuela, de manera que así puedan entender este componente salubrista.

Para el director ejecutivo de Iniciativa Comunitaria, el Dr. José Vargas Vidot, el Centro Tau representa el “descubrir el camino hacia el interior del corazón de Loíza que es su niñez y sus jóvenes”.

“A través de esta alianza estamos circulando compasión por sus venas y arterias. Ellos nos formulan, no como un extraño en tierra de excluidos, sino como parte de un latido, de señal de vida de un pueblo que reclama ser parte del todo”, expresó.

En el 2008, se anunció la construcción de Centro Tau, que además de ser un centro educativo sería una plataforma para la acción social y la lucha contra la opresión de la niñez. Al momento, el Centro cuenta con nueve salones, una biblioteca, un anfiteatro, áreas recreativas y un área de cuido y desarrollo para los infantes.

Según Bibiana Ferraiouli, directora ejecutiva de la Fundación Ricky Martín, el Centra Tau nace como respuesta de la primera investigación sobre la trata humana en Puerto Rico, que reveló la presencia de este crimen en la Isla, desde los puntos de drogas hasta la prostitución infantil.

“Los hallazgos de nuestro estudio motivaron a nuestro presidente a ser proactivo y nos propusimos construir el Centro Tau para solidificar el compromiso con la niñez y juventud. Nosotros aspiramos a ser un modelo de transformación teniendo siempre como norte la protección de los derechos humanos”, manifestó.

La fundación Ricky Martín trabaja para combatir la esclavitud infantil y la trata humana. Desde el Centro Tau, la Fundación, además de  haber sido la semilla principal para la construcción del espacio, continuará investigando sobre la trata humana para llevar los resultados de los estudios al país.

La confianza para ese junte fue fundamental.  Tanto Ferraiouli, Méndez Aramburu, Varga Vidot y Morales concuerdan que al principio les costó un poco de  trabajo desprenderse de sus proyectos independiente para trabajar en comunidad. Pero el deseo e interés por lograr un cambio social y la posibilidad de formar nuevos bríos en la forma de trabajo los ayudó a dar el paso. Hoy al ver el Centro finalizado la sensación es otra. La alegría es constante; el espíritu de cambio también. El proceso de transformación aun no termina. Ahora, en las conversaciones se preguntan “qué más puedo dar”.



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