"El instrumento me ha dado demasiadas oportunidades en mi vida, y me ha hecho progresar como músico y como ser humano. He podido viajar, pertenezco a esta orquesta que es un privilegio... Una de las cosas maravillosas de haberme topado con la música es que encaminó mi vida. Yo antes no estaba seguro de lo que yo quería hacer y gracias a la música, ya tengo algo por lo que enfocarme, con lo que trabajar, por lo cual estoy bien contento. Es algo que a mi me gusta, me estoy dedicando a hacer algo que me gusta. Y ése es el mensaje que quiero llevarles, que se enfoquen y busquen hacer algo que realmente les apasione, que les guste, que los llene de vida". manifestó Ramos ante la mirada atenta de una audiencia compuesta por estudiantes de escuela superior de los programas de educación alternativas que los Centros Sor Isolina Ferré (CSIF) han establecido en Ponce, Guayama, Caimito y el residencial Villa España en San Juan. Precismente, la promoción de las diversas manifestaciones de las artes, forman parte del enfoque del Centro Académico Psicosocial Alternativo (CAPA), que se ocupa de ofrecer un currículo especializado que tiene como objetivo principal evitar la deserción escolar.
El mensaje de este joven ocurrió como preámbulo a la inauguración de una gira de conciertos que la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Música de Puerto Rico ofrecerá alrededor de la Isla, convocada por la Fundación Ángel Ramos, entidad que tiene el interés de dar a conocer el talento de la juventud puertorriqueña en tiempos en los que el pesimismo y una pobre percepción de sí mismos inunda las mentes de muchos puertorriqueños. Sin duda, presenciar a un grupo de jóvenes interpretar música como regalo y estímulo para otros jóvenes como ellos, es prueba de que habrá crisis de muchísimas cosas, pero no hay crisis ni de talento ni de esperanza.
Eco de estas ideas se hicieron el licenciado Rafael Cortés Dapena, presidente de la Fundación Ángel Ramos y Loren Ferré Rangel, integrante de la Junta de directores de los CSIF quienes ofrecieron mensajes de bienvenida al púbico, entre quienes se encontraban integrantes de las juntas de ambas instituciones, así como la directora ejecutiva de los CSIF Sister Mildred Vázquez, el rector del Conservatorio de Música, Carlos Conde y el principal mecenas de la música en nuestro país, Guillermo Martínez, quien al escuchar el mensaje del joven no reparó en recordarle con entusiasmo que las orquestas sinfónicas afinan con el La del oboe y que el oboísta principal del Metropolitan Opera House, es el puertorriqueño Pedro Díaz.
Mucho más que una orquesta de estudiantes
Una de las metas de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Música de Puerto Rico, no sólo es el alcanzar un sonido profesional, sino ofrecerles a sus 80 integrantes la experiencia formativa de tocar en una orquesta y presentarse en conciertos. Ése es el objetivo de esta gira de conciertos orquestada por la Fundación Ángel Ramos y la razón de ser de este recorrido musical que comenzó el sábado en el teatro de la Universidad Interamericana de Ponce y que continuará el próximo año diversos pueblos de la Isla. La gira se proyecta además como una oportunidad de experiencia profesional para los estudiantes, así como una plataforma de difusión de su talento y un regalo de optimismo al país. Después de todo, a todos nos hace falta recordar las cosas buenas.
Durante el concierto los jóvenes dieron muestra de dicho profesionalismo al presentar un repertorio variado en el que demostraron energía y calidad interpretativa, bajo la batuta del maestro Roselín Pabón, quien ofreció breves explicaciones sobre la historia de las piezas. Abrieron el concierto con la famosa Obertura de El barbero de Sevilla, de G. Rossini; interpretación que les permitió demostrar pasión y velocidad. Acto seguido, el barítono Ricardo Rivera, interpretó junto a la orquesta la pieza Largo al Factotum, también de El barbero de Sevilla. Rivera, con su teatralidad y su voz, rápidamente se ganó el favor del público que documentaba su presentación con sus celulares.
El concierto continuó con el Capricho Español de N. Rimsky-Korkasov, luego la mezzo-soprano Odemaris Ortiz, interpretó Las Carceleras de Las Hijas del Zebedo de R. Chapi. A ella le siguió la soprano Ámbar Colón quien cantó la también famosísima O mio babbino caro de Gianni Schicchi, de G. Puccini y como último cantante de la velada se presentó el tenor Peter A. Rivera con la mundilamente conocida O sole mío de E. Di Capua.
La velada continuó en una nota puertorriqueña con la interpretación de Verde Luz, de Antonio Cabán Vale, a cargo de Odemaris Ortiz y Peter Rivera; seguido del Lamento Borincano de Rafael Hernández a cargo de Ámbar Colón y Ricardo Rivera. Y para finalizar los cuatro cantantes subieron juntos al escenario para interpretar juntos Preciosa, también de Rafael Hernández; el Brindis de la Traviata de G. Verdi y la Mazurca de las Sombrillas de Moreno-Torroba. Los aplausos fueron de pie.
"Estoy muy emocionado porque dimos un buen concierto, los jóvenes se crecieron grandemente. Ellos dan el todo con mucho amor, con mucho empeño. Estoy muy contento y satisfecho y a seguir trabajando para seguir mejorando", comentó al finalizar el maestro Roselín Pabón quien ensaya con los jóvenes seis horas a la semana, a las que se suman los ensayos seccionales, así como el apoyo individualizado que ofrecen los profesores del Conservatorio.
Respecto a cómo compara su experiencia como director de esta orquesta, en comparación con su labor al dirigir en distintas ocasiones a la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico (OSPR), Pabón recalcó que: "Los estudiantes son muy diferentes porque dentro de sus posibilidades, la música yo diría que, posiblemente, no es tan excelente como cuando se toca con la OSPR pero tiene una frescura y una energía que solamente le da la juventud. Y esa sorpresa en la que de momento, te dan un sonido que parecen profesionales y esos son los momentos que uno dice que vamos por buen camino. Se está trabajando bien, están comenzando a captar lo que debe ser un sonido orquestal depurado, un sonido balanceado, un sonido agradable al oído humano que lo escucha. Lo importante es que sientan y vean el compromiso".
Y el compromiso llega desde muy temprano, según enfatizó el rector. "Yo creo que una de las cosas a las que que podemos atribuir la calidad de la orquesta es nuestra conexión con las escuelas libres de música y de bellas artes. Muchos de mis colegas en el Conservatorio, que estudiamos juntos, ahora son los líderes de estas escuelas. Desde hace dos años, con los pasados dos rectores, hemos comenzado una agenda de hacer estas alianzas más fuertes con las escuelas libres de música y de bellas artes. Creo que esta comunicación hace que podamos estar monitoreando estos niños desde pequeños y cuando llegan al Conservatorio ya tienen un nivel. Estoy seguro de que la calidad se debe a la gran labor que se hace en las escuelas de bellas artes y libres de música", puntualizó Conde.
A la salida, los jóvenes compartieron informalmente y poco a poco fueron regresando a sus destinos. Hacía mucho calor en Ponce ese sábado, pero con buena música, hasta el calor se siente más bien como brisa tibia. Enhorabuena.