Además, es algo que viene desde los orígenes mismos de la institución, pues muchos recuerdan que incluso antes de la creación de la Fundación, Ángel Ramos fue fundamental en el apoyo a los músicos y cantantes puertorriqueños, tanto en sus estudios como en el desarrollo de sus carreras internacionales. Además, de ser siempre recordado por ser uno de los primeros en traer cantantes de ópera de primer nivel al teatro de la Universidad de Puerto Rico, así como por llevar cantantes de la isla a presentarse en el Carnegie Hall en Nueva York, en lo que fue el primer concierto en dicha ciudad de cantantes de ópera puertorriqueños.

De manera, que pocas cosas podrían haber sido más congruentes con el propósito y la historia de la Fundación que contar en aquella velada con la presencia y el talento de esta orquesta estudiantil, compuesta por unos 80 estudiantes del Conservatorio, casi todos en nivel de bachillerato y algunos estudiantes de maestría. Todos bajo la dirección del maestro Roselín Pabón. Para muchos aquella noche, la sorpresa no fue la aparición de la orquesta ni el repertorio, sino más bien el alto nivel y la calidad alcanzado por el grupo de jóvenes músicos que logró en poco tiempo cautivar a la audiencia.

De inmediato, quedó claro en la Fundación Ángel Ramos que Puerto Rico debía conocer y reconocer el talento de estos artistas en formación, de estos jóvenes puertorriqueños que dicen mucho de lo que somos. Después de todo, en medio de tanto pesimismo, de tantas crisis en todos los niveles -económica, social, política, empresarial, educativa etcétera- es importante recordarle al país que tenemos muchas razones por las cuales sentirnos orgullosos. Y sobre todo que Puerto Rico es mucho más que las estadísticas, porque si cada semana un grupo de jóvenes es capaz de reunirse motivado por el interés de seguir aprendiendo cada día más sobre la música, hay un futuro posible muy distinto al que imaginamos.

De ese interés surgió la creación de una gira de conciertos alrededor de la isla con la Orquesta, así como con cantantes invitados de los talleres de ópera del Conservatorio. La idea, además de que la gira sirva como un espacio de taller y experiencia artística en el escenario para los jóvenes, tiene como meta seguir estrechando lazos con las instituciones sin fines de lucro que la Fundación Ángel Ramos apoya.

Así las cosas, el pasado sábado 1 de noviembre finalmente comenzó la gira de conciertos en el pueblo de Ponce y con los Centros Sor Isolina Ferré (CSIF) como institución anfitriona. La audiencia estuvo integrada en su mayoría por estudiantes de escuela superior de los programas de educación alternativa que los CSIF tienen en Ponce, Guayama, Caimito y en el residencial Villa España en San Juan.  Conocidos como CAPA, el programa denominado Centro Académico Psicosocial Alternativo se enfoca, entre otras cosas, en la promoción de las diferentes manifestaciones de las artes, como en este caso la música. Además, está dedicado a trabajar con estudiantes que han abandonado la escuela o que están en riesgo de hacerlo, para que puedan lograr la meta de obtener su diploma de cuarto año.

Se trata pues, de un esfuerzo que responde a la misión y visión de los CSIF, una institución sin fines de lucro que promueve el desarrollo integral del ser humano a plenitud con justicia, dignidad, respeto y amor. La organización se vale de la intercesión, la capacitación, la tecnología y la autogestión para impactar positivamente a más de 71,800 participantes de todas las edades: desde niños y adolescentes hasta adultos y personas de mayor edad. CSIF ofrece programas correctivos y de prevención, desarrollo humano y desarrollo comunitario que brindan soluciones para enfrentar problemas como la deserción escolar, la violencia, el desempleo y la crisis económica. Los diferentes programas y servicios se ofrecen en la región de Ponce, en diversos sectores de Guayama, San Juan y Canóvanas y otros pueblos de la Isla.

La gira de conciertos continuará en marzo del próximo año con un concierto en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré y la institución anfitriona será la Alianza para un Puerto Rico sin Drogas. A lo largo del próximo año habrá otras paradas que se espera sean en los pueblos de Mayagüez y Utuado.

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