"Hay gente de las organizaciones sin fines de lucro que todavía no ven el panorama, están en negación. ¡Y las cosas que hace la gente para no cambiar! Pero es algo humano", opina por otra parte, Lourdes Miranda, presidenta de Miranda Foundation.

Sin embargo, agrega Miranda, "hay otras organizaciones que meses antes de que el Gobernador le dijera al New York Times que la deuda era impagable, ya sentían el peso del cambio económico porque no les llegaban los pagos del Gobierno. Hay otras que después del anuncio de la crisis están pensando en proyectos con sustentabilidad para no depender tanto de las subvenciones del Gobierno".

A su juicio, la fundaciones privadas tienen muy claro el panorama económico, por lo que la unión en forma de la Red de Fundaciones ha sido un paso fundamental para enfrentar la época de vacas flacas. "La revitalización de la red ha sido algo positivo y hace mucha falta ahora para apoyar al Tercer Sector. De la crisis pueden salir cosas positivas. El hecho de que haya organizaciones sin fines de lucro moviéndose hacia la creación de empresas sociales quiere decir que vamos ganando. Miranda Foundation está subvencionando a dos que están en eso, lo hemos vivido con ellas. Eso es lo que hay que seguir machacando y no dejarnos agobiar por la crisis, aunque la verdad es que no es fácil", señala la líder.

Esfuerzos en conjunto entre las fundaciones e instituciones encaminan a las organizaciones a entender nuevos esquemas económicos y se insertan en las discusiones públicas en la isla.

Varias auspiciaron la nueva versión del Estudio de las Organizaciones sin Fines de Lucro en Puerto Rico, realizado por la firma Estudios Técnicos. Este dibujó con cifras actuales el trabajo y la aportación que genera el Tercer Sector a la economía y al tejido social, educativo y de salud en el país.

Otras iniciativas se han realizado en conjunto con las organizaciones sin fines de lucro. Por ejemplo, un grupo de presidentes de fundaciones (Fundación Ángel Ramos, Fundación Comunitaria de Puerto Rico, Miranda Foundation y Titin Foundation) y organizaciones sin fines de lucro presentaron en Washington un escrito legal -"amigos de la corte"- solicitando que se declare válida la ley de “Quiebra Criolla” que ordenaría el modo en que el gobierno local cumple con sus obligaciones económicas. El Tribunal Supremo de Estados Unidos les concedió la petición el 4 de diciembre. Esto, a raíz de que el Tribunal acogiera el Certiorari, radicado el 21 de agosto de 2015 por el Gobierno de Puerto Rico con la intención de revocar la decisión tomada por el Tribunal de Apelaciones del Primer Circuito y declare válida dicha ley.

 

IMPULSAR CAMBIO

Y los esfuerzos continúan. En el caso de la Fundación Ángel Ramos, una meta de trabajo activa es viabilizar el desarrollo organizacional de las entidades donatarias. El licenciado Cortés resalta que así ayudan a "fortalecer su gestión administrativa y operacional a través de oportunidades de educación, apoyo, reconocimiento y colaboración".

"Todo esto con la aspiración de que el Tercer Sector en Puerto Rico cuente con organizaciones eficaces y sustentables que sean eje para el desarrollo social y económico del País”.

“Es así como estas organizaciones podrán tener herramientas que les permitan dar continuidad a los servicios que tanto necesitan las comunidades en mayor desventaja socioeconómica en nuestro país", indicó Cortés.

Guiomar García Guerra, directora ejecutiva de la Fundación Flamboyán, señala, por otra parte, que se unieron a la Fundación Kinesis y a la Indiana University Lilly Family School of Philanthropy para realizar un estudio a nivel local acerca de cómo donan las personas en Puerto Rico. Los resultados se deben dar a conocer este año. 

"Confiamos en que este tipo de información ayude a que nuestras organizaciones sin fines de lucro puedan diversificar aún más sus fuentes de fondos para aumentar su capacidad de innovar y continuar la importante labor que realizan”,  señala García.

La directora es fiel creyente del rol activo del Tercer Sector en el replanteamiento de los modos de hacer en la Isla como una de las múltiples herramientas para ir dejando atrás los desafíos económicos.

“La capacidad de que Puerto Rico pueda superar los retos sociales y económicos que enfrentamos depende, en gran medida, de la labor que realizan nuestras organizaciones sin fines de lucro", señala la líder de Flamboyán. "En situaciones de crisis, la demanda por los servicios de nuestras organizaciones sin fines de lucro aumenta y cada vez es más importante que estas sigan atendiendo de forma efectiva algunos de nuestros más serios problemas sociales".

García incluso considera que "hoy más que nunca necesitamos más individuos y más corporaciones que entiendan cómo pueden invertir sus recursos y conocimientos de manera estratégica en nuestras organizaciones sin fines de lucro para influenciar e impulsar cambio".

En sintonía está Beatriz Polhamus, directora ejecutiva de Fundación Banco Popular. "Estamos tomado acciones que antes no tomábamos para ayudar a las organizaciones sin fines de lucro en la búsqueda de la diversificación de fuentes de fondos y en la reducción de la dependencia de concesiones gubernamentales".

Polhamus asegura que, además, están siendo más selectivos en el proceso de adjudicación de asignaciones económicas "para asegurar que los fondos disponibles los destinemos a aquellas organizaciones  que están teniendo mayor impacto y mejores resultados".

Cortés indica que además de unir esfuerzos con otras fundaciones e instituciones locales "para poder agrupar y sumar recursos, al tiempo que seamos más eficientes en nuestras operaciones", se han acercado "de manera muy activa", a diversas fundaciones en los Estados Unidos "con el fin de que inviertan en Puerto Rico".

Las reglas quizás variarán pero el juego no. Organizaciones y fundaciones cambian el paso para asegurarse de que la filantropía deje de ser invisible en el país y se inserte en el cambio de paradigma que urge para encarar los nuevos desafíos. Después de todo saben hacerlo; así trabajan hace años.

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