"Ese estilo es una combinación de muchos elementos en mi formación. Primero, me atraían los cómics y pensaba que quería ser ilustrador. A eso se unió mi interés por el cine, por lo que empecé a investigar técnicas de movimiento y secuencia en el dibujo. Luego, empecé a coger clases de arte y descubrí el arte figurativo", cuenta Borrero.

Se enamoró, entonces, de los pintores narrativos del siglo XVII como Rembrandt o Vermeer. "Lo que más me inspiró es ese misterio, el enigma de sus narrativas que queda abierto y está en constante desarrollo. La audiencia tiene la oportunidad de tener una relación constante con la imagen; su simbolismo metafórico es universal", señala el pintor.  

Reencarnaciones, Interior vacío, Hombre en baño, Boda y Mujer en azul son algunas de las pinturas expuestas que ya pertenecen a colecciones privadas. Todas fueron pintadas en óleo y pigmentos fabricados por Borrero siguiendo prácticas antiguas.

 Sobre las escenas de sus obras, el artista acepta que como espectadores "no necesariamente se supone que estemos ahí". "Estamos invadiendo ese espacio, a la misma vez somos cómplices de querer participar y saber más de lo que está ocurriendo. Ese concepto, aparte de las técnicas claroscurescas o antiguas, son el eje central de mi obra", explica.

Nacido en Ponce, a los doce años Borrero emigró con su familia a California. Se graduó de la Academia de Bellas Artes de Pennsylvania y en su tercer año universitario recibió la prestigiosa beca Cresson para viajar y realizar estudios independientes en España e Italia. En el 2003 el artista se trasladó a la ciudad de Nueva York y durante su estadía en la ciudad realizó estudios en técnicas y materiales especializados del arte medieval europeo bajo la tutela del norteamericano Peter Trubig.

Borrero ha sido premiado con varias becas internacionales como las que otorgan la Fundación Elizabeth Greenshields en Canadá y la Fundación Constance Saltonstall en Nueva York. Ha participado en numerosas exhibiciones y sus obras  forman parte de colecciones en Puerto Rico y Estados Unidos. Al momento, trabaja en su Atelier San Juan, situado en la calle San Francisco en el Viejo San Juan, donde hace quince años imparte clases.

El licenciado Rafael Cortés Dapena, presidente de la Fundación Ángel Ramos, expresó que “para SalaFAR el brindar la oportunidad de exponer la obra de artistas como Luis Borrero es una muestra más del compromiso de nuestra Fundación por promover el cultivo de las artes en Puero Rico. Es importante reconocer el talento de los artistas, pues es una forma de mejorar la calidad de vida  en nuestro país”.

SalaFAR, creada en el 2010, ofrece un espacio a artistas puertorriqueños de distintos géneros plásticos para presentar su obra que puede ser apreciada de forma gratuita por visitantes de todas las edades. La sala abre de lunes a viernes en horario de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.

 

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