Con más de 200 invitados internacionales, la isla se prepara para ser el epicentro del diálogo en torno a la lengua española del 9 al 19 de marzo

Por Oenegé
Cada tres años, la comunidad cultural hispánica se reúne en un país determinado para reflexionar en torno a los nuevos retos que enfrenta el idioma español, pero también para celebrar ese primer gran filtro que tenemos para entender y desentrañar el mundo en que vivimos: nuestra lengua materna.

El ejercicio se ha tornado cada vez más urgente. Cada vez el español tiene más hablantes en el mundo y recientemente un estudio del Instituto Cervantes confirmó que nuestro idioma vernáculo es el segundo más hablado en las redes sociales de Facebook y Twitter. De hecho, es la tercera lengua más hablada en Internet después del inglés y el chino. Sin duda, se trata de una lengua indispensable en el siglo XXI, con una historia sólida y una producción literaria de incuestionable calidad que hay que continuar estudiando de cara al futuro.

Y en esta ocasión, Puerto Rico, es el gran anfitrión de este magno evento, el Congreso Internacional de la Lengua Española 2016. Esta cita trienal se celebra ininterrumpidamente desde el 1997 y ha tenido como sede a México, España, Argentina, Colombia, Chile y Panamá.

La edición puertorriqueña tiene como eje temático “El idioma español y la creatividad” y será dedicada a los poetas Luis Palés Matos, Pedro Salinas y Rubén Darío. Entre las personalidades invitadas más esperadas lo están el Premio Nobel de Literatura Jean-Marie Le Clézio y el Premio Nobel de Ciencia, D. Mario Molina, así como nuestro escritor nacional Luis Rafael Sánchez.

La agenda de actividades incluye un paseo del libro, conversatorios, Festival de documentales iberoamericanos, intercambios estudiantiles con los Premios Nobel invitados, certámenes de ensayo para estudiantes, encuentros con clubes de lectura, exhibiciones, conciertos y, sobre todo, la oportunidad de escuchar de primera mano a autores que pocas veces el público tiene oportunidad de conocer.

El Congreso promete ser un encuentro no sólo para pensar a partir del lugar del español en el mundo y en los logros y aportaciones al pensamiento y a la cultura universal que se han hecho en español, sino también será una gran fiesta, un punto de encuentro para el diálogo desde una isla que muchos consideran una gran frontera del idioma. También, desde un país que ha defendido su lengua materna, sin cerrarse al contacto con otras lenguas, tan propio de los tiempos modernos.

Desde ese diálogo se construyen futuros y, esta vez, Puerto Rico será quien brinde abono a ese inmenso semillero de ideas.

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