"Al principio la gente me cuestionaba ¡y yo ni estaba ahí al momento del accidente!", manfiesta la joven madre. "Yo que estaba tan dolida y que venga un inoportuno a decirte algo. Con el tiempo uno va relajándose, es algo que vas a cargar el resto de la vida, así que uno tiene que acostumbrarse a esa gente imprudente y contestar educándolos".

El incidente sucedió en Coamo y en el CDT estabilizaron al pequeño.

"Allí lo rasparon y después lo enviaron a Centro Médico y ahí es que viene lo bueno porque empiezan a investigarte a ver si fue maltrato. Mi mamá nos dijo a mi hermano -que estaba en casa cuando pasó el accidente- y a mi, 'mientras uno diga la verdad no hay problema'. Y eso hicimos. Nos entrevistaron varias veces por separado y todo salió bien", rememora Colón.

Si alguien la entiende es la fundadora de Fundación A-Mar, Bonnie Guzmán Enseñat. El 31 de diciembre del 2009 cambió la vida de su hija menor, entonces de cuatro años, y la de toda su familia. Una estrellita encendida le cayó en la ropa a la niña quemándole el torso.

"En segundos toda tu vida cambia", reconoce Guzmán, " yo decía '¿qué es esto?' y en el Hospital Auxilio Mutuo me decían 'mamá, tu hija no sale de intensivo, se queda un mes o más'. En Auxilio le hicieron ocho operaciones y de ahí empezamos con las clínicas que Shriners (Hospital for Children en Boston) tiene en el Hospital de Veteranos".

"Cuando fui a buscar un grupo de apoyo no había nada", continúa el relato Guzmán, "y yo hice una promesa. Cuando ves la niña viva y que las quemaduras no cogieron su carita das gracias y quieres evitar que otros nenes pasen por esto. A los cinco meses A-Mar ya estaba incorporada, empezamos ayudando a los padres con los pasajes para Boston y seguimos pendiente de lo que necesitaran acá para seguir recibiendo tratamiento. Al principio me decían 'no vas a durar un año porque nadie entiende la prevención'. Yo lo que quiero es no ver más a un niño quemado".

El movimiento de la piel es fundamental aún en las etapas más dolorosas y, además, hay que mantenerla lubricada para que no se reseque y empeore la recuperación. Guzmán resalta que factores como consejos incorrectos transmitidos entre generaciones o el machismo, dificultan la educación. Si la cuidadora es la madre, siempre será considerada culpable.

La familia de Cristian ha viajado cuatro veces al hospital en Boston con la ayuda de la fundación. Se ha trabajado con su piel que ya no luce comprimida y le sustituyeron el pelo perdido en la cabeza.

La madre indica que al niño se le explicó claramente lo que le sucedió. "Él no lo cuestiona. Es un nene bien normal, bien contento y no ha tenido problemas de adaptación", describe a Cristian. 

DEFINIR EMOCIONES

Maricel Ocasio Figueroa es sicóloga clínica y arte terapeuta y se ha especializado en atender la población de niños y jóvenes quemados en Puerto Rico.

"Hemos visto que esto le puede pasar a cualquiera en cualquier parte", dice la sicóloga sobre la incidencia de casos y agrega que algunas poblaciones tienen cierta predisposición a sufrir accidentes.

"Se ve en los que tienen comportamientos impulsivos y eso es temperamento. Ese es el nene o la nena bien activo, que todo lo averigua y lo intenta. Si no son supervisados o son estructurados con respecto a límites establecidos, ellos siempre van a ir más allá".

En la terapia lo primordial, explica la especialista, es "desarrollar una relación". Se habla con papá y mamá sobre los pormenores del caso y se les concientiza que la manera en que ellos reaccionen a la situación será imitada por sus hijos. Entonces se realiza la primera actividad de arte que se inserta en el modelo de terapia Cognitivo conductual para trauma. El mismo comprende ocho módulos.

"Usualmente les pido, para empezar, que dibujen a una persona cogiendo una manzana de un árbol, que es una evaluación bien breve de la arte terapia porque puedes comparar la etapa de desarrollo del niño o joven con su capacidad verbal, creativa y emocional. Discutimos el dibujo y seguimos nombrando emociones para que aprendan las palabras con las que pueden describir un sentimiento".

Parte del modelo incluye discutir el evento que provocó la quemadura. "Pero depende de ellos, yo no voy a forzar esa conversación", alerta, "hablamos cómo el suceso puede tener un impacto en tu vida pero no tiene que ser determinante. Hablamos de las reacciones de sus amigos, de sus familiares, de la reintegración a la escuela y de los desconocidos que siempre te preguntan, '¿qué te pasó?'".

La autoestima debe fortalecerse en todas las etapas, puesto que llegarán a la adolescencia en la que será más importante la apariencia. "No todo el mundo grita '¡aaaa!' en crisis pero comoquiera es difícil y hay que darles ayuda. Dedicamos tiempo a definir lo que es ser lindo por dentro y por fuera", comenta Ocasio.

Las historias en su oficina se repiten. Está la de Jheran quien, intrigado con el encendedor que su papá usó para prender una vela en su bizcocho de cumpleaños, no pudo con la curiosidad y esperó a que este se durmiera para intentar prenderlo solo. Lo logró una vez, dos veces y, a la tercera, una chispa cayó en su ropa y quemó su pecho y su cuello.

-Jehran, te vas a mejorar.

-Sí.

Con este diálogo el niño casi culmina su vivencia en una historia con dibujos, creada junto a la sicóloga. Lo próximo es la palabra FIN a colores. Cuando el dolor pasa, la vida sigue valiendo la pena.

  

  

  

  

 


Fotos por Juan Carlos Álvarez Lara

Web Analytics