Otro hallazgo a resaltar en este estudio, trabajado desde el 2014, es la falta de conocimiento de los ciudadanos sobre la labor que realizan las organizaciones sin fines de lucro en el país. Ambos datos ofrecen un amplio espectro de posibilidades de recaudación de fondos al Tercer Sector, de cara a los años de recrudecimiento en la crisis económica.


Dra. Guiomar García, directora ejecutiva de la Fundación Flamboyán.

Guiomar García Guerra, directora ejecutiva de Fundación Flamboyán, indicó que Giving in Puerto Rico presenta, de manera científica, el perfil del filántropo puertorriqueño. El estudio se inserta en el trabajo similar Giving USA.

"Son las personas las que pueden lograr cambios", detalló García para luego añadir que la filantropía canaliza de forma estratégica las voluntades de grupos o individuos comprometidos con una meta.

"La filantropía logra resultados increíbles", aseguró y agregó que "es un vehículo ágil y flexible para llegar a la raíz de un problema".


Vadim Nikitine, Co-fundador de Fundación Flamboyán, comparte con estudiantes de
escuela superior asistentes a la actividad.

La directora ejecutiva de Fundación Flamboyán mencionó iniciativas que se han destacado en distintas ramas como la creación del Poste-rriqueño, la reinserción en la vida escolar de más de 40 mil estudiantes mediante la Alianza para la Educación Alternativa y los esfuerzos de recogido de más de 190 mil libras de basura en las costas, ríos y lagos a cargo de Scuba Dogs Society, entre otros.

"Todos tenemos la capacidad de impulsar logros como estos, de ser agentes de cambio, no importa el dinero que tengamos. Busquemos una meta filantrópica", exhortó García.

Como parte de la presentación de los hallazgos, brindaron sus testimonios personas que de modo consistente donan al Tercer Sector en Puerto Rico: Michelle Carlo, Ricardo y Cristina Villalón, David Scanavino y Lourdes Miranda.

"Yo soy fiel creyente de que los niños hacen lo que tú haces, no lo que tú dices y yo quería ser un buen ejemplo para mis hijos", dijo Carlo.

 

CON O SIN DINERO

La doctora Una Osili dirigió la investigación que tocó 847 hogares puertorriqueños alrededor del país. Las entrevistas fueron personales. En el grupo se incluyó a 95 hogares de ingresos altos ($150 mil de ingreso o capital neto de más de un millón excluyendo el valor de su residencia principal) y el resto pertenecía a la población general.

"No podemos cambiar lo que no conocemos, mejorar la filantropía es parte de mejorar el mundo. Sabemos que la generosidad no es ajena a Puerto Rico, pero faltaban los datos de quién da, cuánto da y a qué causas. Pero dar no solo se trata de dinero, es tiempo también", explicó Osili.

Los hallazgos revelaron prácticas de donaciones espontáneas y consistentes, hacia organizaciones sin fines de lucro, entre la mayoría de los encuestados. En el renglón de población general, el 74.9% donó dinero junto a un 88.4% en el otro renglón. El donativo promedio reportado en todos los hogares fue de $285.00 mientras que en los de ingresos mayores la cantidad promedio fue de $1,171.

"Ambos grupos encuestados en Puerto Rico manifestaron similares motivaciones para realizar donaciones: devolver a la comunidad, dar espontáneamente al necesitado y la creencia de que su ayuda puede hacer la diferencia".

Comparado con la versión estadounidense del estudio, la población  general local supera en prácticas filantrópicas a la del norte, mientras que entre el grupo con altos ingresos es a la inversa.

Ambos grupos encuestados en Puerto Rico manifestaron similares motivaciones para realizar donaciones: devolver a la comunidad, dar espontáneamente al necesitado y la creencia de que su ayuda puede hacer la diferencia.

Instituciones religiosas y que apoyan causas de salud cuentan con la mayoría del apoyo de ambos grupos. Además, comparten prioridades sociales, siendo la educación y la salud las que más les interesan. Por lo general, apoyan dos organizaciones sin fines de lucro.

Dos de cada cinco familias se identificó como voluntaria en alguna causa social. Ambos grupos encuestados reportaron altos niveles -71.1 % población general y 73.7 % entre familias de alto poder adquisitivo- en el segmento de apoyo informal que puede ser, por ejemplo, ayudar a un vecino o a un extraño.

La mayoría de los encuestados desconoce los beneficios contributivos disponibles tras las donaciones al Tercer Sector. Las familias que dijeron no donar a organizaciones sin fines de lucro manifestaron la falta de recursos económicos como la razón principal.

También, Osili destacó sobre los resultados del estudio el desconocimiento entre los boricuas de la filantropía y el trabajo de organizaciones sin fines de lucro. Un 67.1 % de la población general se considera novato en el tema versus un 39.0 % entre el segmento de mayor capacidad económica.

 

Y AHORA QUÉ

"Los puertorriqueños son increíblemente generosos", dijo la doctora Osili al resumir los hallazgos del estudio.

La especialista mencionó que ahora existe una gran oportunidad de maximizar la donación formal. "Hay que aumentar la educación del donante. La caridad comienza en casa", manifestó Osili quien contestó preguntas del público que contó con estudiantes, directivos de organizaciones sin fines de lucro y fundaciones.

En un aparte con Oenegé, la directora de Fundación Flamboyán invitó a las organizaciones sin fines de lucro a ser "más ágiles" al comunicar "quiénes son, dónde están y dar a conocer la labor preciosa que hacen".

"Además tienen que estar más preparadas para recibir voluntarios y darle seguimiento al donante, ya sea el que te donó un pesito o mil, tienes que dejarle saber qué hiciste con ese donativo", acabó García.

 

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