Maribel Caro

Directora de Jóvenes de Puerto Rico en Riesgo

22 años trabajando en el Tercer Sector

Desde que Maribel Caro se graduó de Sociología en el recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico ha trabajado en organizaciones sin fines lucro: comenzó en Iniciativa Comunitaria, pasó luego a Grupo Pro Derecho Reproductivo y hace un tiempo está en Jóvenes de Puerto Rico en Riesgo.Parecería orgánico para una mujer que se vincula a organizaciones sin fines de lucro desde su base, llegar eventualmente a puestos de liderato.

“Yo pensaría que sí”, opina Caro. “Desde que me gradué de la Iupi no he hecho más que trabajar en organizaciones sin fines de lucro y estoy bien contenta con eso. Pero no te diría que hay una gran distinción entre hombres y mujeres sino que hay una visión clara de por quién trabajar. Lo que hacemos es trabajar”.

“He estado rodeada más tiempo de mujeres que de hombres, solo una vez me tocó un jefe varón, José Vargas Vidot, y él tiene una sensibilidad especial, no es común”, agrega Caro sobre su experiencia con directores y directoras.

Esta líder no escatima al enumerar características que atribuye a las mujeres en posiciones directivas en organizaciones no gubernamentales. “Son comprometidas, sensibles, sensatas, tienen el oído en tierra, son conscientes, justas, inteligentes y tienen pensamiento crítico”, afirma al tiempo que menciona modelos influyentes en su trayectoria profesional como Margarita Sánchez, Mercedes Cintrón, Jossie Pantojas y Aurinet Torres.

El futuro femenino en el Tercer Sector le parece muy esperanzador. “Las organizaciones sin fines de lucro están llenas de mujeres en formación. Nosotras estamos en formación y estamos formando a la misma vez. No sorprende que una mujer comience como voluntaria y siga educándose y trabajando hasta llegar a la dirección. El futuro pinta bien”, puntualiza Caro.

Lyvia Rodríguez

Directora de la corporación del Proyecto ENLACE del Caño Martín Peña

16 años trabajando en el Tercer Sector

El que mujeres y hombres sean socializados de forma distinta desde la niñez, propicia las condiciones para que ejerzan el liderato de manera diferente, afirma Lyvia Rodríguez. Y si resultara natural que una mujer que trabaja en una organización sin fines de lucro desde la base llegue al liderato, le parece que podría estar vinculado “a la forma en que le asignamos roles a los hombres y las mujeres”.

“Si los estudios indican que, en efecto, las mujeres tienden a participar más en actividades del Tercer Sector que están vinculadas con los servicios sociales, eso sería un reflejo de cómo hay una distinción de roles de acuerdo al género y no debería ser de esa manera. El hecho de que una persona sea mujer, debería o no estar correlacionado al tipo de trabajo al que podrían tener acceso de forma más fácil; es como decir que ciertas posiciones en entidades privadas y públicas son más afines con las mujeres como ser maestra o enfermera. Si en el Tercer Sector hay esa división en organizaciones sin fines de lucro que ofrecen servicios sociales, evidenciaría que tenemos mucho que atender en asuntos de género y roles”, manifiesta Rodríguez.

La titular insta a que, en caso de desigualdad, el tema se aborde más allá de las cantidades de puestos que ocupan las féminas. “Además de derechos y aspectos como salario justo se debe atender lo que se hace todos los días en las organizaciones; cómo te aseguras que la mujer pueda trabajar de forma más efectiva en las comunidades, cómo se diseñan y ejecutan programas y proyectos. No es solo números, es un asunto de contenido que también  debe estar sobre la mesa”, indica Rodríguez.

Aunque advierte que no son características exclusivas del género femenino, la directora señala que en las líderes del Tercer Sector“ hay un nivel de entrega y compromiso hacia el trabajo que les destaca”. “Quizás haya algo en estilos de liderazgo también”, dice. “Las mujeres en general tienden a ser bien fajonas,comprometidas con la misión de la organización, dedicadas y pueden hacer mil cosas con facilidad en distintos aspectos a la misma vez”.

En sus años de labor se ha topado con “mujeres maravillosas”, entre muchas líderes comunitarias como Juanita Otero Barbosa y María Hernández, presidenta de la junta directiva de la organización que tiene a cargo Rodríguez.

A los visitantes extranjeros que llegan a Proyecto ENLACE le llama la atención que aquí “las mujeres tienen sus trabajos, llegan y participan en procesos de la comunidad”. “Me parece importante destacar eso, son mujeres trabajadoras que tienen inquietud de trabajar por sus comunidades y han llegado a ocupar posiciones de liderazgo en forma consistente, en mayor posición que los varones”, acaba Rodríguez.

Tania Rosario

Directora de Taller Salud

17 años trabajando en el Tercer Sector

Tania Rosario ha pasado por organizaciones sin fines de lucro de corte cultural, artístico, educativo y de salud. Sabe de primera mano que el Tercer Sector es homogéneo y diverso. Al comparar su liderato femenino y masculino, percibe diferencias.

“Quizás la más evidente para mí es que las mujeres tendemos a un liderato en redes”, resalta Rosario.

“En general, las líderes en el Tercer Sector somos mujeres de muchos recursos que podemos lo mismo facilitar una reunión, que guiar una caminata, que ser las que sacan la nómina o las que convencen a toda una familia y red de amigos a que apoyen su proyecto. En general, muchas compañeras directoras de otras organizaciones echamos mano de múltiples y bien diversos recursos personales. Eso es interesante de ver, no es un liderato tradicional de poder hegemónico incuestionable y no es que no se dé -hay veces que hay que usarlo-, pero eso marca la diferencia”, menciona Rosario.

Que la génesis de las organizaciones sin fines de lucro sean las comunidades que sirven, a su juicio aumenta las posibilidades de que “muchas mujeres podamos desarrollar aptitudes de liderato al interior de las organizaciones que se militan”. “La organización provee un caldo de cultivo de líderes. El mismo contexto lo hace más probable; empiezas como joven voluntaria, terminas de estudiar una carrera vinculada, quizás luego eres empleada de la organización y en un pase de batón generacional te permiten dirigirla”, sostiene Rosario.

Entre sus jefas y mentoras ha identificado “mucho compromiso en el pase de batón generacional para yo ejercer liderato en mejores condiciones y con mejor conocimiento que ellas”.

Tiene múltiples mentoras que han servido de modelo como Vilma González, Nirvana González, María Reiná, Alana Feldman o Rosa Luisa Márquez, entre otras. “Son mujeres que han sido generosas con lo que saben y con regalar todo eso para asegurar continuidad”, aplaude Rosario.

“Las organizaciones de hoy no son las mismas que a finales de los noventa. Eso dicho, pensaría que en las organizaciones donde sus líderes han surgido de la base, principalmente, hay unas diferencias entre hombres y mujeres. Hay una parte del Tercer Sector que todavía se siente atraído a los modelos corporativos como si parecernos a eso añadiría  credibilidad. En esas esquinas del Tercer Sector predominan los líderes masculinos tradicionales, son reclutados por sus competencias, no por su trasfondo de comunidad o como voluntario. Ahí puedes ver diferencias en el ejercicio de liderato. Pero todavía algunas organizaciones tienen  esa elasticidad que permite que una persona de la comunidad -que puede ser geográfica o de interés por participar en una organización- se pueda desarrollar como líder”, finaliza Rosario.

 

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