Pasión por la innovación y por proveer oportunidades a puertorriqueños de todas las regiones de la isla fueron el punto de partida para un proyecto que ya arribó a los sesenta años, la Fundación Ángel Ramos. Y en esta ocasión, el aniversario transcurre de la mano de la celebración de la colectiva con la que se resalta lo mejor del trabajo expuesto en la Sala de Exposición de Arte Fundación Ángel Ramos (SalaFAR) por los pasados dos años. La alianza con el museo santurcino para lograr esta exhibición, muestra el estilo colaborativo que ha procurado la Fundación para maximizar el alcance de sus proyectos.


Licenciado Rafael Cortés Dapena, presidente de la
Fundación Ángel Ramos. Foto / Javier del Valle

“Son seis décadas y, mirando hacia atrás, he estado en la junta de directores por muchos años y he vivido esa historia; doña Tina estuvo 50 años de presidenta y yo diez años. Para nosotros es un orgullo llevar una institución donde la hemos llevado, a realmente ser la institución líder en filantropía. Uno tiene que sentir orgullo por hacer algo por el país”, reflexionó el licenciado Rafael Cortés Dapena, presidente de la Fundación Ángel Ramos.

Tras apreciar la exhibición, la directora ejecutiva de la Fundación, Laura López, destaca que celebrar el sesenta aniversario en el marco de la Segunda Bienal SalaFAR “para mi representa mucho”, puesto que el valor del arte y la cultura fue muy estimado “por nuestros fundadores”, dice en alusión a Ramos y a Hills.  

“Era parte de esa esencia y corazón filantrópico”, afirma López. “Creo que el arte es la semilla que movió la gestión inicial de nuestra fundación, el arte estaba en todos lados. El que hayamos podido continuar apoyando en estos sesenta años de forma consecutiva instituciones culturales en todos los medios, es algo que me enorgullece mucho. Me siento privilegiada de formar parte de esa familia y que la fundación esté celebrando sus sesenta años en medio del arte que es uno de sus pilares y de nuestra razón de ser”. 

Este aniversario permite mirar hacia el pasado y revisar las aportaciones de la Fundación Ángel Ramos mediante iniciativas que viabilicen la mejor educación, los servicios humanos de primer orden y la promoción de las artes y la cultura. Estas áreas de enfoque han definido la ruta.

UN POCO DE HISTORIA

Considerada una de las principales instituciones filantrópicas de Puerto Rico, la Fundación Ángel Ramos, fue uno de los proyectos soñados de su fundador, Ángel Ramos, un gran apasionado de las artes, la cultura y la educación, quien mantuvo siempre una conexión profunda con sus humildes orígenes. Esa conciencia social nutre al día de hoy el espíritu de la institución. 

Ramos, el más exitoso empresario de las telecomunicaciones del país en el siglo XX, creó y dirigió el primer y principal conglomerado de medios de Puerto Rico. Fue dueño del periódico El Mundo y fundador de Radio El Mundo (WKAQ), y fue el primero en llevar la señal televisiva a los puertorriqueños al fundar Telemundo. 


Laura López, directora ejecutiva de la Fundación Ángel Ramos.
Foto / Javier del Valle

Paralelamente, Ramos fue mecenas de incontables artistas puertorriqueños y extranjeros residentes en el país, otorgó becas a estudiantes y apoyó iniciativas musicales y culturales, así como proyectos de obra social en beneficio de los más necesitados. Consciente del valor de su legado empresarial, y con el anhelo de que su visión filantrópica trascendiera, creó en 1958 la Fundación Ángel Ramos con el objetivo de organizar su ya vasta obra social a largo plazo. 

Tras la muerte de Ramos en 1960, su viuda Argentina “Tina” Hills asumió como propósito de vida el desarrollo de la Fundación, que se volcó en apoyos a organizaciones sin fines de lucro, así como a todo tipo de proyectos de relevancia y bienestar social. Bajo la presidencia de Tina Hills, la obra de la Fundación creció enormemente y benefició a miles de puertorriqueños, especialmente a las poblaciones con mayor necesidad. 

Como parte de su liderato, se enfatizó el aporte al desarrollo de la niñez. En esta dirección, la Fundación auspició en 2001 la creación de la Galería activARTE del Museo de Arte de Puerto Rico, espacio pedagógico para niños, familias y educadores. También, bajo la visión Tina Hills, la Fundación adoptó en 2003 la educación preescolar como principal foco de acción. Estos esfuerzos se suman a su aportación a proyectos educativos y sociales como el Instituto Nueva Escuela y la educación Montessori, así como a la comunidad de Cantera. 

“Para nosotros es un orgullo llevar una institución donde la hemos llevado, a realmente ser la institución líder en filantropía. Uno tiene que sentir orgullo por hacer algo por el país”.

Luego de décadas de labor ininterrumpida, la Fundación establece en 1997 el Premio Tina Hills para reconocer la labor del tercer sector en Puerto Rico. Hoy este premio es el más prestigioso galardón de la filantropía en Puerto Rico, símbolo de excelencia y compromiso en el sector. 

En 2009, Tina Hills decidió abrir paso a una nueva etapa en la Fundación y asumió la presidencia el licenciado Rafael Cortés Dapena. El nuevo presidente, de mano con la Junta de Directores, dirigiría un período de expansión y apertura atemperado a los tiempos y a las nuevas necesidades del país. Además de potenciar proyectos de gran envergadura como el Observatorio de Arecibo y el Museo de Arte de Puerto Rico, de diseñar iniciativas de índole cultural como la SalaFAR y familiares como las Actividades libres de costo, el énfasis de su presidencia estaría en la búsqueda de inversión social a largo plazo. 


Integrantes de la actual Junta de Directores de la Fundación Ángel Ramos. Foto / Javier del Valle

 

El desarrollo de la Iniciativa Preescolar y la Iniciativa de Desarrollo Organizacional, junto al Programa de Donativos y a un esfuerzo concertado por estimular una cultura de voluntariado en las organizaciones sin fines de lucro y en el país, se convertirían en los pilares de esta etapa en la Fundación. A su vez, se instalaría una cultura de mayor apertura, creación de alianzas con organizaciones dentro y fuera de Puerto Rico que han probado ser fundamentales en los períodos de crisis. 

La reciente situación puertorriqueña, agudizada por el devastador paso de los huracanes Irma y María, ha representado un golpe contundente para el tercer sector, que a su vez ha respondido con mayor compromiso que nunca. La Fundación ha repensado estrategias para ajustarse a los tiempos, flexibilizando iniciativas y gestando nuevos acercamientos a proyectos, lo que ha representado un giro inesperado, pero necesario, en su historia reciente. 

Con más de 100 millones de dólares donados al día de hoy en Puerto Rico, la Fundación Ángel Ramos, se enorgullece de formar parte del tercer sector del país y de ser una voz líder en el ejercicio de la filantropía y una presencia sólida de apoyo y sostén a lo mejor de Puerto Rico: su gente. 

Fotos: Javier del Valle

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