Universitarios de Mentes Puertorriqueñas en Acción participaron del proyecto Ciudadanía Activa PR, establecido por la Fundación Ángel Ramos con estudiantes en la UAGM, en Cupey, y la inspiración para adelantar proyectos de servicio fue mutua.


Carolina Mejías Rivera, directora de programas de la organización Mentes Puertorriqueñas en Acción, durante su participación
en el día de charlas. Foto / Suministrada

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé

El servicio voluntario puede ser un proyecto de vida, es más, un proyecto de país. No lo dice un libro de texto o un profesor, se lo confirmaron universitarios a sus pares como parte de la capacitación en participación ciudadana y servicio voluntario para estudiantes que el programa Ciudadanía Activa PR de la Fundación Ángel Ramos ofrece en el recinto de Cupey de la Universidad Ana G. Méndez (UAGM).

Universitarios de  Mentes Puertorriqueñas en Acción (MPA), organización que viabiliza que estudiantes pongan en práctica soluciones a dilemas en sus comunidades desde sus áreas de estudio, fueron invitados a trabajar con los jóvenes de la UAGM.

“Íbamos con la idea de motivar a estos jóvenes y ellos nos inspiraron a nosotros a seguir haciendo lo que hacemos”, resumió la experiencia Carolina Mejías Rivera, directora de programas de MPA, organización cuya base de estudiantes predominantemente es del recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico. Mejías participó del segundo ciclo del Programa de Formación y Desarrolllo de voluntariado para organizaciones sin fines de lucro de Ciudadanía Activa PR.

“Teníamos claro que queríamos enseñarle todas las posibilidades de trabajo voluntario dentro y fuera de la universidad con cosas que pasan en la vida real que nos molestan y cómo podíamos conectar la academia con la realidad para resolverlo. Nosotros en Mentes Puertorriqueñas en Acción conectamos nuestros protectos profesionales con proyectos de vida y de país”, explica Mejías.

Luego de darles a conocer el trabajo que hacen con los estudiantes, realizaron un conversatorio en el que buscaban esas cosas que les intrigan o les molestan en Puerto Rico. Las respuestas resultaron ser esperanzadoras para Mejías.

“Ellos están haciendo su trabajo atentos a lo que pasa en su realidad”, resaltó. “Algunos ya conectaban proyectos con eso y otros estaban intranquilos y pensaban qué hacer”.


Los estudiantes participantes están en su primer año universitario y el
formato de Ciudadanía Activa PR les permite parear intereses con servicio
voluntario en sus comunidades. Foto / Suministrada

Por ejemplo, un joven se mostró inconforme ante la cantidad de deambulantes de su edad que encuentra en las calles y mencionó las acciones que tomaba para mitigar el problema que tuvieran en el momento, como acompañarlos a comer. Convencido de que muchos abandonan la casa por problemas familiares, entre otros, está decidido a crear una fundación que sirva a esa población.

Otra estudiante se prepara en enfermería, marcada por el trato poco empático que recibió un familiar cercano. Servir desde su trabajo en el campo de la salud será su meta de vida y de servicio.

“Lo que a mi me sorprendió es que muchos de ellos estaban estudiando su profesión porque tenían una historia detrás que los conectaba y querían resolver lo que les incomodaba cuando tuvieran esa profesión. Ellos hablaron de que necesitan un espacio dónde conectar ambas cosas y les hablamos del trabajo que hacemos, dándole espacio a los jóvenes para que trabajen por Puerto Rico a través de sus intereses y proyectos. La verdad es que hacen falta más organizaciones como las nuestras porque no damos abasto”, declara Mejías sobre el interés que manifiestan los estudiantes. 

“Por eso nos motivaron a seguir haciendo lo que hacemos porque necesitamos un espacio de ser escuchados, porque hay gente que trabaja en sus comunidades y necesitan saber que no están solos. Hay muchos pares como ellos trabajando por Puerto Rico, es impresionante”, dijo entusiasmada Mejías.

CRECE EL INTERÉS

Este es el segundo año consecutivo que el programa Ciudadanía Activa PR de la Fundación Ángel Ramos impacta universitarios del recinto de Cupey de la Universidad Ana G. Méndez. El primer año se concentró en la planificación del ofrecimiento y en el diseño de un módulo de tres días que inculca el liderazgo solidario y la participación ciudadana. La implantación arrancó el año pasado. 

“Impactamos de diversas formas a estudiantes de nuevo ingreso, becados y a las asociaciones estudiantiles. Con las asociaciones comenzamos la capacitación para crear conciencia sobre las múltiples formas de participación y cómo el voluntariado es la forma más concreta, eso nos llevó a hablar de liderazgo y a proponerle a las asociaciones que comenzaran a hacer servicio voluntario; al menos a realizar dos actividades al año en las que se involucran con organizaciones donatarias de la Fundación Ángel Ramos”, consultora en Desarrollo organizacional y quien lidera para la Fundación el proyecto Ciudadanía Activa PR.

Morales agrega que aunque muchos alumnos de nuevo ingreso provenían de escuelas y universidades donde se hacía servicio voluntario, “carecían de experiencias significativas de participación ciudadana”. “Logramos que la universidad estableciera el módulo y lo acogiera entre los estudiantes de nuevo ingreso entre los cursos que solo ellos toman. El año pasado, 324 estudiantes participaron de nuestro programa y, ahora, 386”, describió Morales.

“No era un profesor hablando desde la teoría o el libro, eran pares haciendo en comunidades proyectos de vida”.

Para variar el acercamiento, decidieron integrar a los jóvenes de MPA durante el segundo día de discusión del módulo en el que se dialogan temas relacionados al servicio y se trabaja una propuesta desde el modelo seleccionado.

“Quisimos que se insertaran para que fuera más dinámico el proceso. En dos días de trabajo ellos impactaron 17 secciones con recomendaciones para convertir el proyecto de voluntariado en tu proyecto de vida y de país. No era un profesor hablando desde la teoría o el libro, eran pares haciendo en comunidades proyectos de vida”, puntualizó Morales.

En agenda les queda la inauguración en diciembre de la Tienda Solidaria que al momento no dispone de un espacio físico fijo en la universidad. En la tienda, los estudiantes intercambian útiles escolares por servicio comunitario que rinden a lo largo del semestre.

“La idea de este año es continuar el modelo que ya sabemos estás siendo exitoso”, culmina Morales.


 

 Ellos conversaron con los universitarios de la UMET:

Luz Santos: Fundación Banco Popular

Cristina Pérez: Vitrina Solidaria

Raquel Laureano: Comunidad Bohiqué

Sheila Burgos: REDENIJ-PR

Paula Landrón: The Deep live Style

Luis Ferrán: MPA

Sabrina Rodríguez: MPA

Andrea Rosario: MPA

Reynaldo Fontánez: MPA

Chris Cuenca: MPA

 

Fotos: Suministrada

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