Allí, la artista expuso una colección de rostros y miradas cautivadoras. Detrás de cada imagen hay una historia que contar. Su mirada es capaz de presentarnos una realidad que no conocemos. La transparencia de su fotografía nos revela la verdadera historia que hay detrás de cada uno de esos rostros.

El trabajo ha ganado prestigiosos premios, como el primer lugar en el certamen International Photography Contest de National Geographic en el 2007, cuando una de sus fotos, tomada a Shanti Harijan, una mujer de la India, resultó electa entre 25,000 fotografías. Su exposición, cuya temática es "el espíritu del elemento humano", se compone de 19 fotos tomadas en medio de los viajes humanitarios que realizó entre 2003-2011. Y es que, en los últimos 16 años, esta fotógrafa ponceña ha realizado hasta un total de trece viajes a países lejanos, enriqueciéndose culturalmente y, sobre todo, sirviendo de manera voluntaria a comunidades muy diversas. La artista no solo nos ha traído un sinnúmero de anécdotas y experiencias magníficas para contar sino que, en cada viaje, engrosa una colección extraordinaria, compleja y profunda de retratos.

"Los rostros me llaman"

La fotógrafa se enfoca en la mirada de las personas. A medida que realiza sus labores humanitarias, hace una búsqueda de rostros. Mayormente retrata a las personas serias. Dice que es en ese preciso momento cuando las personas le hablan de su vida. A través de la mirada logra captar una verdad genuina. Ya en la segunda etapa de la fotografía les pide que sonrían. "Tengo que conquistarlos primero para poder tomarles la foto", cuenta Viveca, a quien no siempre se le hace fácil conseguir el rostro que quiere fotografiar. Muchas veces ha tenido que pagar para conseguir que las personas confíen y posen para ella. La mayoría de estos 'modelos' (que en realidad son personajes que ella encuentra por las calles) nunca ha tenido una cámara de frente. Ese objeto – la cámara – suele resultarle intimidante al retratado, lo que hace el proceso de la sesión de fotos uno más trabajoso. Pero con la ayuda de un traductor, la artista logra enamorar a estas personas.

"Mi corazón está libre para que otros puedan entrar"

Estas experiencias durante 13 años de viajar el mundo le han servido de lección a Viveca. Ha abierto su corazón a nuevas comunidades. María Teresa de Calcuta fue una de sus grandes influencias. Precisamente, Viveca tuvo la suerte y el honor de poder compartir con ella durante una semana en su centro en Calcuta, India, donde la fotógrafa llegó, enviada por un gran amigo cura, a ofrecer su voluntariado. "Tan pronto llegué, (la Madre Teresa) me mandó a bregar con las tuberculosas, a bañarlas, vestirlas, darles de comer, cargarlas".

Sobre la Madre, dice que tenía un carácter "muy muy fuerte pero estaba llena de amor". De ella aprendió que "la iglesia somos nosotros". Al igual que Teresa de Calcuta, Viveca está convencida de que, si todos ayudáramos a una persona, habrían menos problemas en el mundo.

"Hoy día yo no tengo religión", dice. "Pero en aquel momento la tenía. Estas experiencias fueron una revelación. Descubrí que Dios es de todo el mundo y que, realmente, las reglas de la religión dañan el espíritu humano. Las imposiciones religiosas oponen al mundo. Hoy vivo libre de religion. Mi corazón está libre para que otros puedan entrar".

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