BENDICIÓN-ES - Rosario Fernández Esteve

BENDICIÓN-ES
Rosario Fernández Esteve

26 / octubre / 202

Texto: Laura Bravo López

El presente proyecto fotográfico de Rosario Fernández Esteve se ha ido construyendo sobre un conjunto de poéticas paradojas: es una serie generada, simultáneamente, desde el dolor y desde el amor; es una despedida y una certeza de presencia eterna; es la manifestación del tacto, del beso y la caricia, en un contexto de aséptico aislamiento provocado por una cruel pandemia.

Durante varios meses del año 2020, la artista emprende una serie que tiene como protagonista a su madre, de quien ella y su padre comienzan a despedirse. Las fotografías retratan sus encuentros cotidianos en el hogar familiar, documentando los cuidados y las muestras de afecto que se desarrollan a diario. En el proceso de aceptación del destino para el que los tres se preparan, Rosario Fernández Esteve revela también la fe y el profundo sentimiento religioso de sus padres. Su mensaje se dibuja, a veces, como un eco contemporáneo del Ars moriendi, un compendio de enseñanzas, de tradición medieval, cuyo propósito es la preparación espiritual para afrontar el final, con esperanza y sin miedo.

En conjunto, las imágenes se envuelven en un marco de tranquilidad y de sosiego, a pesar de la aflicción que se genera en algunos tramos del trayecto. La cámara se convierte en un instrumento narrativo con el que se traza una historia íntima y emotiva, en ocasiones amarga, pero siempre envuelta en una intensa dulzura, nacida de unos lazos familiares que se estrechan con fuerza en cada paso del proceso. En este sentido, las fotografías comparten la naturaleza del diario personal, del álbum familiar y del ensayo fotográfico, con profundas connotaciones afectivas, sobre la paulatina despedida de quien fue el origen de la propia vida de la artista. En algunas ocasiones, observamos cómo la cámara le permite acariciar su piel en la distancia, solamente con la mirada. En otras, nos invita a respirar el mismo aire que envuelve cada escena. También nos conduce a unirnos, a través de la empatía, al abrazo y al gesto de las manos que se estrechan.

Compartir un dormitorio con la persona que se ha amado durante toda la vida implica extrañar con dolor su presencia cuando su cuerpo no se siente al otro lado de la cama. Para afrontar su ausencia, como Rosario Fernández Esteve y su padre parecen indicarnos, la luz de su mesita en el cuarto puede dejarse prendida, como una memoria certera de que ella siempre estará presente. Bendicion-es se convierte, en definitiva, en un sentido homenaje y en una vigilia extendida, que perdura eternamente mientras sepamos rendirnos al innegable poder de estas fotografías.