"Yo he estado aquí toda la vida. Cuando yo me fui del colegio, cuando me gradué, mi corazón estuvo aquí", cuenta usando dos idiomas, el de señas que traduce Agnes Cruz, coordinadora académica del colegio, y el español.
Santiago se hace entender. Sus ojos son expresivos, su sonrisa es amplia, pronuncia frases cortas que le permiten decir lo que piensa y siente, y es ágil con sus manos. Habla con los dedos, veloz, segura.
"Las monjas me estuvieron llamando para que yo regresara aquí al colegio", confiesa entre risas, "ellas habían creado mucha confianza conmigo y me habían pedido que fuera la maestra de Religión de kinder. Ahí fue que yo comencé".
Santiago cuenta, además, que a los dos años de comenzar, "la Administración decidió cambiarme como la maestra de Arte". Hace ocho años trabaja en el mismo colegio donde estudió.
"Puedo relacionarme y entenderlos de una forma clara que a veces ni la familia, ni los oyentes pueden entender esa perspectiva". |
"Yo tengo la experiencia, viví aquí, estudié aquí en esta escuela. Como soy sorda puedo entender su forma y esa experiencia la puedo compartir con los estudiantes. Puedo relacionarme y entenderlos de una forma clara que a veces ni la familia, ni los oyentes pueden entender esa perspectiva. Yo, al ser igual, puedo entender esa referencia", resalta durante la entrevista realizada en la biblioteca de la institución educativa fundada en el 1904.
PUNTUAL TOQUECITO
Como maestra de Arte, Santiago atiende todos los grados y por primera vez se le asignó la coordinación de la clase graduanda de duodécimo grado.
Particularmente con ellos, se esfuerza en reducir sus niveles de ansiedad de cara al futuro. "Siempre les explico claro lo importante de mantener esa actitud positiva, esa confianza, esa autoestima, que se acepten como son porque todo lo pueden lograr. Pero si ellos no se aceptan como son es imposible", resalta.
Alcanzar metas tiene dos propósitos: confirmar que pueden y demostrar a la comunidad oyente de lo que son capaces los no oyentes.
"También es bien importante que ellos puedan ser ejemplo para otras personas en la comunidad. Sus metas, su futuro no puede depender de otras personas, tienen que hacer y mostrarlo. Nosotros los sordos tenemos que demostrarlo, no esperar por otras personas", opina.
"Es que muchos sordos no saben qué van a hacer con sus vidas, la comunidad sorda todavía no tiene ese apoderamiento". |
Santiago no cede con el mensaje. A diario les recuerda a sus estudiantes 'tú puedes hacerlo'.
"Siempre trato de enseñarle todos los días eso, recordárselo; ¡el mejor ejemplo soy yo misma!", dice la joven de 36 años.
Difundir dicho mensaje de superación no es exclusivo entre sus estudiantes. "Es que muchos sordos no saben qué van a hacer con sus vidas, la comunidad sorda todavía no tiene ese apoderamiento. Yo preparo muchas actividades, la idea es tratar de mantener la comunidad sorda unida", detalla.
La traductora conoce a Santiago desde pequeña y afirma que desde entonces su liderato fue evidente. Y esa líder ya disfruta la satisfacción que le regalan esos jóvenes que bien reciben su mensaje.
"Cuando se han ido graduando yo me siento muy orgullosa porque veo que van logrando sus metas. Uno se preocupa porque están nerviosos, pero yo sigo pendiente y a todo el que conozco (sordo) le pregunto '¿qué tú estás haciendo con tu vida'?. Yo sigo orientando, aconsejando, siguiéndolos y dándole el toquecito para asegurarme que sigan adelante", sostiene la maestra.
En ocasiones, quienes deben recibir su mensaje son los padres. "Yo voy a diferentes lugares, como hospitales, y me encuentro con padres de bebés o nenes sordos que están temerosos y les digo 'eso no es nada'. Y me preguntan '¿pero cómo lo voy a hacer?'. Y siempre les digo 'tú lo vas a hacer, vas a aprender lenguaje de señas y eso te permitirá conectarte, unirte a él, mostrándole las palabras y poco a poco lo vas a ir logrando'. ¿Que si hay un límite? No, el límite se lo van a poner ellos mismos", insiste Santiago.
Ella ha hecho fácil lo difícil. ¿Alguien lo duda?