La pareja estaba compuesta por Luis Méndez Vaz y María Bagur. En la casa familiar se criaron sus hijos y, uno de ellos, Eduardo Méndez Bagur, vivió en ella durante su adultez. Tanto cariño sentía por la estructura, que estableció legalmente que la donaría para que fuera convertida en un museo donde se exhibiera su colección de muebles y su guagua Studebaker del 1949, diseñada por Raymond Loewy, uno de los diseñadores industriales más influyentes del siglo XX. Méndez Bagur era un conocido negociante especializado en el área de la mecánica de autos.
No fue difícil, entonces, identificar en qué se especializaría el museo. De ser conocida como “la casa rosada de don Eduardo”, el espacio fue bautizado comúnmente como “la casa rosada del diseño”, aunque su nombre oficial es Museo de Arte y Diseño de Miramar (MADMI). La colección de muebles de Méndez Bagur y, por supuesto, su camioneta Studebaker, son exhibidos de forma permanente. Igual se resaltan objetos que poseía Méndez Bagur que ilustran las líneas de diseño moderno de su época; desde la tostadora del pan hasta herramientas como la aceitera.
El guión curatorial del MADMI fue realizado por la especialista Marilú Purcell en el año 2015.
“Los objetos que don Eduardo adquirió eran modernos y entran en la filosofía de la importancia del diseño para mejorar la calidad de vida”, expone Purcell.
“Todo el concepto del museo está atado al desarrollo del diseño industrial aquí porque queríamos llenar un vacío de investigación y ser un centro de apoyo para los diseñadores. Eso va desde destinar un mini conference que hay aquí donde ellos puedan reunirse con sus clientes, hasta usar el espacio para mostrar sus propuestas nuevas, como es el caso de la línea de ropa que mañana sábado 7 de septiembre presentará la diseñadora Yayi Pérez. Tenemos un plan estratégico de cinco a diez años de cómo va a ir creciendo el museo y cómo nos abriremos a la comunidad, porque siempre hemos querido ser accesibles”, agrega Purcell.
PASEA POR EL MADMI
En su sala de entrada, una exposición documenta el legado de uno de los primeros diseñadores industriales boricuas, Duncan del Toro, quien laboró activamente en la década del ‘40 hasta su muerte en el 1950 con apenas 30 años. En la sala, diseñadores actuales como Javier Olmeda y René Delgado reinterpretaron piezas siguiendo sus bocetos.
El MADMI celebra la intermitente historia del diseño local con piezas que la describen como la clásica silla isabelina con coronamiento de concha, la cerámica utilitaria que trabajaban las fábricas Caribe China, Puerto Rican Pottery e Isla del Sol o la losa criolla que lograban compañías como Jiménez Ribot.
De igual manera presenta piezas modernas como los materos de “Cierra tus ojos”, obra de Vladimir García; la instalación “Calendario: la luna de las noches”, de Ana Rosa Rivera Marrero ; y la serie de fotografías “Paraíso terrenal”, de Aaron Salabarrías, entre otras.
Purcell y la directora del museo, Nicole Pietri, han seleccionado las exposiciones que se han presentado desde que abrió el MADMI en el 2018 con diseños de Lorenzo Homar quien, cabe señalar, vivió dos décadas en la casa que usó como taller. Otros creadores que también la convirtieron en su hogar creativo fueron Juan Ramón Velázquez, Ada Bobonis y Aaron Salabarrías. Desde el 2006 hasta el 2016 la casa estuvo desocupada hasta que comenzó su renovación. Las divisiones originales de la estructura fueron respetadas en el diseño realizado por el arquitecto Alberto Ferrer, para la firma Ferrer, Sierra y Cardona.
“Es la primera vez que se presenta formal y conscientemente el trabajo de diseñadores puertorriqueños en un museo”, explica Pietri, “y la gama de visitantes ha sido súper abarcadora. Ha venido mucha gente de todas edades”.
“Parte de nuestra filosofía es cambiar esa idea de que los museos son templos de contemplación”. |
La meta inmediata hasta el 2020 es, según subraya la directora, “romper la barrera entre la gente y los museos”, para que sientan mayor interés hacia su contenido.
Mediante materiales “bien digeribles” las exposiciones hilvanan el impacto del diseño en la vida cotidiana y en el arte plástico. Ya han mostrado el trabajo de artistas locales como Lorenzo Homar o Charles Juhasz, entre otros, en su rol de diseñadores. Al momento, puedes ver “Diseñando utopías”, del artista Nathan Budoff, a cuya apertura asistieron casi 600 personas.
“Queremos que el museo sea accesible. Todas las aperturas las hacemos con casas abiertas y eso ayuda a que la gente que venga, se sienta bien en el museo y pueda tomar fotos. Parte de nuestra filosofía es cambiar esa idea de que los museos son templos de contemplación. Ya estamos trabajando en el diseño de un recorrido para personas invidentes y la programación se está expandiendo para atraer otros públicos”, aseveró Pietri.
Desde abril del año pasado, el MADMI ha fortalecido una alianza con el Departamento de Educación mediante la cual brindan talleres a maestros para que puedan orientar a sus estudiantes sobre el diseño industrial como una posible carrera profesional. Apoyan este museo, además de su fundación privada, Titín Foundation y UBS impulsa el programa educativo que dirige Nadja de la Torre. Para allegar más fondos, el MADMI alquila un espacio para actividades corporativas y eventos de recaudación.
El museo abre de martes a sábado en horario de 10:00 a.m a 5:00 p.m. Para información, llame al 787-995-7063. La donación de entrada es de $5 para adultos, $ 3 estudiantes, y los maestros y profesores entran gratis.
Fotos: Javier del Valle